Overlord: El que se quedó PRT. 2

Capitulo 123 Volumen 7

El corazón de Brain se sentía como si estuviera a punto de explotar cuando cayó, se arrodilló y dijo: "Toda mi vida he vagado solo, desde que era un niño. Eso no cambiará ahora como Emperador. Recorreré todo el Imperio para ver que es lo que debería ser, lo que podría ser, y convertirlo en el tipo de lugar en el que nuestra hija crecerá feliz. Únete a mí. Sé mi Emperatriz y recorreremos juntos el Imperio y nuestros estados vecinos.

El breve pánico de Zesshi cuando comenzó a caer sobre una rodilla, se redobló cuando se dio cuenta de lo que estaba preguntando, y que todavía tenía su mano y sin duda podía sentir su pulso acelerado. "¡No puedes... no puedes atrapar a una mujer con la guardia baja así!" Ella chilló.

"¡Solo di que sí, mamá!" Layali gritó, rompiendo el silencio de la multitud incrédula.

"¡Estoy...! ¡Obviamente, la respuesta es si! ¡Pero no puedo permitir que tu papá piense que puede tomarme por sorpresa de esa manera! ¡Establece un mal precedente!". Zesshi exclamó y tiró de él para ponerlo de pie.

Se besaron, apasionadamente, incluso con violencia, como si estuvieran envueltos en otro duelo.

Y el rugido de la multitud inesperada comenzó de nuevo.

"¡Larga vida al emperador! ¡Viva la Emperatriz!" Gritó el pregonero, y la multitud acogió la llamada como si fuera un canto religioso, espadas, lanzas, puños... todo repetía el estribillo.

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Arriba, la realeza que rodeaba a Ainz lo miró consternada, excepto por uno. "Pero... nombraste a Aureole Omega, tú... no entiendo..." La voz de Calca estaba llena de preguntas, pero Albedo se apresuró a detener la curiosidad con una risa plateada.

"Todavía eres un novato en este juego, supongo". Albedo dijo con una sonrisa encantadora cuando su pecho se calmó y su risa embriagadora murió. "Cuando nuestro Señor se decidió por Aureole Omega, por supuesto percibí un fragmento de su plan, aunque primero tuve que explicárselo a ella. Verás, el Reino de Nazarick es nuevo, su poder se extiende por todas partes, pero esto solo puede crear más miedo ya que muy pocos de nuestra gente son conocidos en alguna parte. Su plan maestro se remonta a la conquista de nuestros primeros campeones externos, al reclutar a los de este mundo para su lado, nuestro maestro se ha asegurado de que tengamos "embajadores" de algún tipo. Personas vinculadas a nuevas tierras que darán tranquilidad a esos pueblos. Si hubiésemos enviado a pelear a Aureole Omega, hubiera ganado, pero ¿quién la conoce? Tal ignorancia crea ansiedad. Pero al reclutar nombres famosos que son bien conocidos o reconocidos, Fluder,

"Así que Brain Unglaus... ¿no era tuyo desde el principio?" preguntó Draudillón.

La sonrisa de Albedo era inhumana en su amplitud en su rostro, "Precisamente, lo hicimos uno de los nuestros, él gobernará y lentamente hará que el Imperio se sienta cómodo con nosotros nuevamente, si toma una generación olvidar la guerra perdida, ¿y qué? Tenemos tiempo." Hizo un gesto desdeñoso y giró la cabeza para ver a la nueva pareja real sostener a la nueva 'Princesa' y anunciarla como tal levantándola por encima de la cabeza y gritando su nombre.

"¿Pero tenías todo esto planeado, desde el principio, desde el momento en que se sugirió el torneo para decidir el más fuerte y ganar el trono?" Preguntó la Reina Lobo, mirando directamente a Ainz.

La mente de Ainz estaba acelerada mientras trataba de comprender cómo Albedo llegó a la conclusión de que sí, recordando el día de la selección, murmuró en voz alta: "Ni siquiera será un concurso".

Todos y cada uno, salvo Albedo, se quedaron boquiabiertos cuando el significado de las palabras de Aureole Omega llegó a casa.

"¿Qué?" Ainz preguntó cuando se elevó el grito ahogado. "¿Dije algo extraño?"

"No, mi señor, solo los ha asombrado con su previsión, como se esperaba del padre de mi hijo". Albedo dijo y puso su mano sobre donde crecía su hijo.

"Su intención de vagar por el Imperio mientras gobierna podría ser buena, al menos al principio, asentándolos y haciéndolos sentir cómodos, consolidando el poder... pero eso sigue siendo potencialmente peligroso". La Reina de la Escarcha comentó. "Tuve que hacer lo mismo cuando comenzó mi gobierno después de la guerra, y de vez en cuando todavía tenía que solucionar problemas".

"Eso también ha sido arreglado". Albedo dijo con una sonrisa.

Levantó un dedo para pedir un momento de silencio hasta que se abriera la Puerta.

A través de él llegaron cinco figuras familiares para sólo dos de los presentes.

Renner, por una vez, fue tomado completamente desprevenido. "¿Tú no...?" Ella cerró la mandíbula con incredulidad.

Los cinco estaban vestidos con armaduras blancas y capas extraídas del tesoro de Nazarick, y se arrodillaron cuando Ainz se puso de pie y los enfrentó a todos.

"No son del todo ellos mismos, al menos no como eran... Demiurge los ha mejorado un poco". Albedo dijo mientras se hacía a un lado para permitir que los otros miembros de la realeza miraran a los recién llegados. "Ya no son exactamente humanos, pero... pueden verse como antes, y eso es todo lo que necesitan. Unos cuantos nombres famosos más para tranquilizar tanto a la gente común como a los nobles, y proteger a nuestro nuevo aliado.

La mujer en el centro sacó su espada y presionó la punta contra la piedra, inclinó la cabeza y, mientras los demás se ponían las manos sobre el corazón y bajaban la mirada, ella habló. "Lakyus se presenta a su maestro, su Señor Creador, triturador de la espada maldita y verdadero señor de este mundo, dime, dinos, ¿qué órdenes le darás a tus Rosas Impías?"

"Ella y el pequeño todavía son un poco melodramáticos". Albedo criticó despreocupadamente. "Pero tener unos cuantos dobles más grandes alrededor ha hecho extremadamente feliz a Pandora's Actor y, por supuesto, eso es lo que nuestro maestro quiere para todos sus hijos".

Contento de saber la respuesta a al menos una cosa, Ainz accedió de inmediato y dijo: "Sí, lo es. Eso es exactamente lo que deseo. Ahora, tal vez deberíamos reunirnos con el nuevo Emperador y la Emperatriz, y celebrar su coronación antes de reconocerlos y asegurar la estabilidad del Imperio, ¿o alguien tiene algo más?" Sugirió Ainz, y cuando no hubo nada miró hacia abajo a la cara de Lakyus. 'Lástima que tuvo que morir, pero no pudo adaptarse como estaba, y al menos ahora está bien'. Se reconoció a sí mismo, su corazón dio un vuelco cuando se dio cuenta de lo poco que eso significaba para él a pesar de haber sido camaradas al menos brevemente.

"Ven con nosotros." Dijo a las Rosas Impias y a la realeza que se encontraban dentro de su esfera, y abrió la salida.

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