Overlord: El que se quedó PRT. 2

Capitulo 6 Volumen 8

Coloquen su atención a este volumen y léanlo bien porque este capítulo revela cositas...
Al final del capítulo hay sorpresa.


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"... Entonces, lo siento, simplemente no estoy seguro". Calca le explicó a la sucubo.

Albedo ocultó su decepción detrás de la taza de té que tomó mientras Calca explicaba lo que sabía. "Son tan reservados que no debería sorprenderme en absoluto".

"Eso es cierto, cuando nuestra nación se separó de la suya, las cosas estaban tensas, los tesoros que obtuvimos fueron pocos y ninguno está registrado como 'objetos mundiales', me temo". Calca sacudió levemente la cabeza y miró por la ventana, Albedo inconscientemente imitó el gesto, y por una buena razón. Afuera, en el patio, el Padre de Todo estaba dando tumbos con sus tres hijos, los gemelos de Albedo y su medio hermano un poco mayor. Su risa era rica y parecía provenir de algún tipo de felicidad existencial que Albedo no podía entender del todo, salía cada vez que miraba hacia el cielo como si realmente no pudiera creer que el mundo existiera.

"Te ríes mucho". La Santa Reina dijo con tranquila apreciación: "A veces es difícil creer que es real. La mayoría de los reyes... la mayoría de los nobles... sus hijos son meras herramientas. La felicidad fugaz y rara, el amor, una consideración secundaria. La familia es un mero motor de seguridad. ¿Pero él? Él no los ve así, ¿verdad?

"No. No, no lo hace." Albedo se levantó y alisó su vestido, fue a la ventana y miró hacia abajo, Ainz sabía que sus esposas estaban en el piso superior, pero en momentos como este estaba segura de que él no le estaba prestando atención, todo su corazón, su toda su mente, todo en él estaba enfocado en el momento. La estimación de Calca de las familias nobles sonaba cierta, encajaba con las historias que ella también conocía, de los reyes y reinas de Yggdrassil. Maldad con sus propios hijos... impensable. ¿Hacer lo que quieras con las cosas que no tienen otro propósito que el tuyo? Incluso los gobernantes de este mundo no son tan malos como los de allí, con razón nuestro Señor eligió sacarnos de ese lugar. Pero en este lugar, Calca tiene razón en eso... tantos en este mundo valen tan poco más que meros gusanos, o menos.

"Son un trío afortunado... pero si pudiera preguntar, Albedo, ¿por qué estás buscando algo así?" preguntó Calca y se puso de pie, se puso de pie junto a la sucubo, la única en todo el mundo que había conocido de la que se podía decir que era más hermosa que ella sin lugar a duda. Le dolía menos ahora que Calca sabía que la Omnimadre del creciente Imperio de Nazarick fue creada por un Dios desaparecido, pero, aun así, poniéndose al lado de la Omnimadre, la Santa Reina no pudo mantener a raya al menos una pequeña punzada de celos.

"¿Por qué preguntas por qué pregunto?" Albedo preguntó con solo una mirada por el rabillo del ojo. La mano de Calca descansaba sobre la ventana de vidrio y sus ojos estaban enfocados hacia abajo, Cocytus, su guardaespaldas e instructor de los niños en las primeras lecciones de espada, se podía escuchar ofreciendo paseos a hombros a los niños pequeños, su voz entrecortada y apagada era tan familiar ahora que Calca podría haber leído sus mandíbulas incluso si no hubiera escuchado una palabra en voz alta.

"Porque es mi marido. Porque me preocupo por él de formas que nunca esperé. Porque es mi amigo. Porque es el padre del único hijo que tendré. Porque él es mi Rey. Porque soy leal al hombre que acabó con la podredumbre de mi país y nos aseguró la paz con la Reina de la Escarcha. Elige cualquiera de esos. Elige todos esos. Todos son suficientes por sí solos". Calca dijo con la voz de la más verdadera realeza nata, segura en su rectitud e indudable en su postura erguida, no se inmutó ante el silencio de la sucubo.

Albedo la estaba evaluando, Calca podía sentirlo, la forma en que el ojo lateral subía y bajaba, buscando algo, analizando algo que Calca no podía ver por sí misma.