La vida del doctor Zee Pruk y el cantante Nunew Chawarin se vuelven a cruzar tras varios años desde su primer encuentro.
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"No creí que lo volvería a ver, no en un lugar como este y mucho menos esperaba ese brillo en sus ojos cuando nuestras mir...
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Narrador Omnisciente
—Puedo sentir la mirada de Nunew quemándome la nuca por estar hablando a solas contigo.
—Lo sé, ya debe estar formando pucheros, pero tienes que saber esto y si lo comento frente a él, lo negará, después de todo Nhu es una persona amable.
—Es bueno, algo obstinado y mandón, pero es dulce, una persona muy dulce —aseguró Zee con una gran sonrisa recordando algunos de los momentos que pasó al lado de aquel chico.
—¿Te gusta Nhu? —preguntó Edwin sorprendiendo a Zee — Bueno, no importa en este momento, lo que quería decirte es que la doctora que me atendió le pidió quitarse la mascarilla y cuando lo vio no dejó de hablar de lo emocionada que estaba de conocerlo y bla bla, la entiendo conocer a Nunew en persona debe ser un sueño cumplido, pero él estaba claramente incómodo y ella ni siquiera lo noto; tampoco me revisó así que estaba por irme cuando tú apareciste.
—¿Por qué no preguntaron por mí en la recepción?
—Nhu dijo que seguro estarías ocupado, así que no le digas nada o se sentirá mal.
—Comprendo, vamos con él antes de que me salte encima.
—¡Bienvenidos a casa infieles! —mencionó el joven con los brazos cruzados y una expresión caprichosa.
—Eres mi tutor, así que no te puedo ser infiel, él no es tu pareja, así que tampoco te puede ser infiel y esta no es una casa, es un hospital Nhu —objetó entre pequeñas risas el niño para abrazar la cintura del joven que lo recibió feliz con una sonrisa.
—Tienes razón, mi winie es tan inteligente —hablaba Nunew acariciando los mechones del niño.
Por otra parte, el pelinegro los observaba con una pequeña sonrisa casi imperceptible, la verdad le sorprendía gratamente lo bien que se llevaban el joven y el niño a pesar de haberse conocido hace tan poco tiempo.
La imagen de Nunew sonriendo y mirando con tanto amor a alguien tan pequeño e inofensivo era algo que le gustaría enmarcar por mucho tiempo en sus recuerdos.
Ya habían llegado al penúltimo piso del hospital, lugar donde se encontraba la oficina del presidente, es decir, del joven Zee Pruk Panich. Edwin observaba el lugar, sorprendido por las hermosas pinturas colgando de las blanquecinas paredes. Su curiosidad terminó alejándolo de ambos adultos que lo observaban felices.
—No creí que nos volveríamos a ver tan pronto, Nunew —comentó con una pequeña sonrisa el doctor.
—Para serte honesto, yo tampoco. No tenía planeado traerlo aquí después de todo —comentó Nunew. Zee se sintió rechazado en conjunto con su hospital por el joven cantante, que no parecía ser consciente de cómo esas palabras habían afectado al médico.
— ¿No nos consideras un buen hospital? —preguntó seriamente Zee con un tono de voz irónico, pues se sentía orgulloso y seguro de la calidad de trabajo que ofrecía su hospital.
