La vida del doctor Zee Pruk y el cantante Nunew Chawarin se vuelven a cruzar tras varios años desde su primer encuentro.
(...)
"No creí que lo volvería a ver, no en un lugar como este y mucho menos esperaba ese brillo en sus ojos cuando nuestras mir...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Zee
A medida que el clima se volvía más frío dando paso al invierno, la relación que nos habíamos dispuesto a forjar avanzaba con miras a pronto poder presentarnos como pareja del otro.
La relación con Edwin era cada vez más cercana, al punto de haber recibido una invitación para el festival de su escuela. Este hecho me emocionó durante horas hasta que este pequeño demonio me lo sacó en cara para intentar avergonzarme.
Aunque este tiempo trajo consigo cosas buenas, también descubrió secretos enterrados para no volver a la superficie. La pelea por la custodia de Edwin se complicaba cada vez más. Lo que en un principio comenzó como una denuncia por maltrato, terminó en una guerra por ver quién se quedaría con la tutela. La primera denuncia avanzó, pero tras dar una primera fecha para el juicio, esta cambió drásticamente a dentro de unos meses.
Tiempo que Knight aprovechó para reclamar la tenencia, aunque esta se negó debido al anterior proceso aún abierto.
Todo esto pasó días después de que se presentara en el colegio de Edwin e intentara llevárselo a la fuerza. Aún recuerdo ese fatídico día en el que por primera vez ese pequeño niño lloró sobre mí tras una gran discusión con aquel hombre.
Al enterarse de ese suceso, mi futuro novio ordenó su primer golpe, dándole donde más duele a cualquier empresario que vive netamente por su empresa y dinero, poniendo en duda la imagen de Knight, tras desenterrar secretos sucios del hombre como el lavado de dinero.
Hoy primero de septiembre creí que sería un buen día. Había dormido bien luego de ver un show en el que apareció Nunew, también pude pasar tiempo con Edwin ayudándolo con su presentación y, por último, mi cama olía al perfume dulce de Nunew luego de que hace unos días se quedara a dormir. Sí, todo indicaba que hoy sería un buen día, pero para mi mala fortuna tenía frente a mí a un detestable hombre con sus guardaespaldas detrás protegiéndolo.
—¿En qué puedo ayudarte? —pregunte, esforzándome por mantener un tono cortés debido al flujo de personas en el primer piso del hospital.
—Quería conversar contigo sobre el joven Perdpiriyawong. Tengo entendido que fue hospitalizado hace unos años luego de un accidente automovilístico. ¿Estoy en lo correcto? —preguntó, su sonrisa fría y su falsa pena al contar los hechos eran como una daga helada. Estaba seguro de que ya estaba al tanto de todo.
—Si mencionas que pasó hace años, lamento decirte que mi memoria no es tan buena como para recordar cada detalle. Pero, sobre todo, mi hospital no brinda detalles sobre sus pacientes. Así que, te invito a retirarte. Tu presencia aquí no es bienvenida. —mi paciencia estaba desgastada por su mirada de superioridad. Pase por su lado cuando el infeliz se atrevió a hablar.
—Es una pena que perdiera a su bebé tan joven. ¿Es que acaso ya no puede tener otro? —se atrevió a mencionar, mostrando por fin su verdadera cara. Lo observé unos segundos, sintiendo cómo la ira se apoderaba de mí, para luego solo dar unos pasos lejos de él y escucharlo gritar —¡¿Por qué no le das un hijo?! ¡Quizás así se olvide del mío!