La vida del doctor Zee Pruk y el cantante Nunew Chawarin se vuelven a cruzar tras varios años desde su primer encuentro.
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"No creí que lo volvería a ver, no en un lugar como este y mucho menos esperaba ese brillo en sus ojos cuando nuestras mir...
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"Cada vez que veo tu sonrisa, mi corazón salta un latido. Es como si cada rayo de luz que emana de tu alegría iluminara mi mundo, haciéndome caer más y más enamorado de ti."
Lunes.
Mensaje en la casilla de voz:
"Buenos días Dr. Panich, llamamos de Alchemist recibimos un mensaje suyo durante la amanecida que decía "Lo siento, cancélelo y mándeme el recibo de los gastos". Entendemos que ha cancelado su reserva. Nos gustaría saber si hubo algún inconveniente que le impidió asistir. Si fue así, ¿le gustaría reprogramar su reserva para otra fecha? Agradeceríamos su pronta respuesta. Gracias por elegir nuestro restaurante una vez más, esperamos poder servirle en el futuro."
El sol ya se encontraba presente en el cielo cuando aquel hombre de cabello negro y figura fornida se despertaba. Con un bostezo, se levantó de la cama y se estiró, sintiendo cómo sus músculos se desperezaban después de unas buenas horas de descanso.
Caminó hacia la cocina, sus pies descalzos golpeando suavemente el suelo frío. Encendió la luz, revelando una cocina moderna y bien equipada. Se dirigió hacia la nevera y sacó algunos ingredientes al azar acostumbrado a comer lo primero que tuviera a la mano cuando tenía poco tiempo antes de ir a trabajar.
El sonido de los huevos chisporroteando en la sartén llenó la cocina mientras el aroma del café recién hecho comenzaba a impregnar el aire.
Mientras el desayuno se cocinaba, se apoyó en la encimera, disfrutando un rato del silencio de la mañana. Observo durante unos minutos el cielo a través de los grandes ventanales con la impresión de que aquella gran iluminación en el cielo traería seguramente una fuerte lluvia unas horas después.
Después de preparar y servir su desayuno, comenzó a reflexionar sobre los eventos de las últimas horas. Mientras lo hacía, revisaba las fotos que había tomado secretamente de Nunew con su teléfono móvil. Jugaba con las imágenes, acercándolas y alejándolas, todo el tiempo luciendo una sonrisa que ni él mismo esperaba tener por algo tan ordinario como una foto.
Concluyó la mañana con una conversación serena con el dueño del restaurante al que se suponía debía haber llegado con Nunew al amanecer. Después de esa llamada, se dirigió a su hospital, todavía sonriendo después de haber establecido una nueva foto como fondo de pantalla en su teléfono.
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