Al día siguiente me encuentro a Gus de camino al gimnasio y voy con él sin hablar casi nada. Al llegar nos sentamos con los demás sin saber que va a pasar ya que Hugo está despedido.
Entra Ester con Alberto, empezamos mal.
—Ayer hablé con los padres de Silvia y está mucho mejor —Nos comenta Ester—. También quiero deciros que hemos decidido seguir adelante con las clases especiales, pero con Alberto.
—Alberto dándonos clase de cómo ser buena persona, interesante —Dice Lena con sarcasmo.
—¿Qué ha pasado con Hugo? —Pregunta Erika pasando de Alberto.
—Ya no está en este centro —Nos explica Ester.
—Porque lo han echado a patatas —Sigue Andrés de brazos cruzados.
—Nadie ha echado a nadie. Hugo se ha ido por decisión propia —Nos miente.
—Eso es mentira —Grito dando un golpe en la mesa.
—Naia calmate —Me pide Ester.
—Es que no me lo creo —Me defiende Marga.
—Ya, es que se ha ido sin despedirse —Le apoya Erika.
Ester continua mintiendo y paso de seguir con esta tontería así que dejó de escuchar.
Alberto comienza la clase y se hace muy aburrida. La trata como si fuera una normal, enseñando en un pizarra y nadie atiende. Todos estamos asqueado.
Al llegar a casa veo que no hay nadie y me tumbo en el sofá con el móvil. Más tarde toco algo con la guitarra hasta que decido salir a la calle a dar una vuelta, pero sin el skate.
Me encuentro a Marga con su grupo que al parecer van muy pedo así que bebo algo yo también en cuanto me convencen de quedarme.
Marga me pregunta por Erika, no sabemos dónde está y nos ponemos a buscarla hasta encontrarla casi inconsciente. Andrés y Jaco cogen a Erika y la llevamos hasta la farmacia de su padre aprovechando que él no está. Marga se para a hablar con Irma, la profesora de mates para cubrirnos y cuando llegamos vemos a ¿Hugo?
Erika está inconsciente en el suelo y nos sentamos todos con ella. Hugo empieza a darle leves bofetadas en la cara intentando que reaccione y seguido de eso se altera. Poco después reacciona y cuando la empleada del lugar dice de llamar a una ambulancia, ella se levanta y se va a buscar su riñonera.
Hugo va tras ella y justo llega Marga. Los cuatro vamos a por ellos.
—Va borracho —Nos dice Erika alucinada.
Pienso en sus 18 meses sin hacerlo. A caído muy bajo.
Marga agarra a Erika y le pasa el brazo por encima del hombro alejándola de Hugo.
—¿Por qué te has ido del colegio sin decirnos nada? —Pregunta Marga algo afectada.
—Me han echado.
Marga y Erika se van con Jaco detrás.
—No te importamos una mierda —Andrés me agarra la mano tras eso y nos vamos.
Nos vamos de camino a la casa ocupa a buscar la riñonera de Erika ya que estaba llena de dinero, a demás de llevar sus llaves y demás. Hugo nos sigue, pero le evitamos.
De camino vemos al otro grupo, Gus, Lena y Nourdin. Nos saludan con asco y risa menos Gus, que me saluda con una sonrisa de verdad y le devuelvo el saludo.
Me desvío del camino y no entro a la casa ocupa ya que no me da muy buen royo, pero poco después empiezo a recibir llamadas de Marga.
Una hora después, cuando estoy sentada en un banco de la calle me llama de nuevo y lo cojo.
—Naia ven a la casa ocupa. Hugo está aquí y no despierta —Me pide alterada.
Voy corriendo al ser consciente de lo mucho que ha bebido y hasta la mañana siguiente no despierta. Darío graba todo mientras se despierta y cojo su móvil.
—¡Eh! Dámelo —Lo intenta coger.
—Deja ya de grabar. Que cansa —Le devuelvo el móvil y él lo guarda.
Hugo se reincorpora y nos sentamos con él. Le llama Ester y Marga lo coge, pero luego se lo pasa a Hugo y le dice dónde estamos.
Hugo le pregunta a Erika por la riñonera, pero nunca la encontraron.
—Mejor. Tienes que dejar esa mierda. Todos tenéis que dejar esas mierdas —Nos dice medio cao—. Los porros, pastillas, heridas, teléfono...
—Y tú tienes que dejar de beber. Ya ves la que has liado, no? —Le comento.
Él solo suspira.
—Se nos sale el dolor por los ojos. Consumimos y nos sentimos de puta madre, pero luego se nos pasa y se nos acumula el dolor —Hace una pausa—. ¿Eh Jaco? Debe ser una mierda sentirse inferior por ser inmigrante —Jaco hunde la cabeza—. Andrés. Vienes de fuerte y de chungo, pero a lo mejor tu padre no es un buen ejemplo.
—¿Y tú si? —Se defiende él y Hugo niega.
—¿Y tú Naia? Siempre a tu bola cómo si fueras sola por el mundo.
—¿Ahora estamos en clase o qué? —Se mete Darío.
—Es peligroso usarlo como parche para el dolor porque crece y al final nos revienta en la cara. Le tenemos que hacer frente antes o después. —Nos mira a todos.
Después de eso salimos de la piscina abandonada en la que estábamos y vamos a casa con suerte de que la mía está vacía.
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𝐇𝐈𝐓 - 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙤𝙣 10
Teen FictionNaia Romero. Una chavala más pequeña que el resto del grupo, pero con una dura vida por detrás que en realidad pocos conocen. Hit se meterá en su vida sin su consentimiento y le ayudará a ser feliz. A creer en la vida. 1#hit