Empiezan las clases, primer día aquí y mis ganas todavía no las encuentro.
—Venga pasad, no tengáis miedo —Nos anima Hit al vernos a todos parados en la puerta.
Aparto a la gente que me tapa el camino para dirigirme a unos de los sitios de la última fila. Entonces, el resto de mis compañeros imitan mi
acto.-—¡Por dios! ¡Ha venido hasta Teodoro! —Se burla Hugo provocando risas en el ambiente.
—Teo, es Teo —Le corrige el nombrado de mala gana.
—¿Tú sabes lo que significa tu nombre en griego? —Se levanta de su mesa y le pregunta.
Teo se le queda mirando con interés. Solo de mirarlo se me devuelve el estómago para el mal sentido. Me hace recordar tanto que me entran ganas de estamparlo un buen puñetazo.
—Regalo de dios —Me adelanto ganándome suficiente miradas.
—Ya habría que preguntarle a tus padres... —Hit se ríe.
—¿A cuál de todos? ¿A los que me adoptaron o a los capullos que de verdad me pusieron el nombre? —La clase se silencia de repente y cierro los ojos unos cortos segundo para controlar mi estrés—. Pero la verdad que «Me la pela».
—Lo daba por hecho —Hugo intenta ignorar lo anterior escuchado y todo vuelve a la normalidad —¿Y algo más te la pela?
—Pues todo.
—Yo de hecho te la tengo que sudar bastante —Asiente—. ¿Y tus amigos?
Es gracioso, hablan con sarcasmo pero también con sinceridad.
—Yo no tengo amigos —Se le entrecorta la voz radicalmente.
—¿Ah no? Yo pensaba que la rubia esa era tu amiga —Hugo señala a Chelo.
—No, nadie es amigo de nadie. Te putean y te traicionan. Mis padres de hecho los primeros.
Silencio en toda la sala.
—¿Pero porque has elegido meterte conmigo con toda la peña que hay?
—Creía que te la pelaba todo —Opino en voz alta, pero no termino de entender si para mí misma, para él, o para todos.
«Uhhh» se escucha de fondo.
—Tú callate imbécil. A tí nadie te ha pedido opinión —Se gira bruscamente a mirarse.
—¿Acaso la necesito de un jodido niñato adoptado?
—¡Eh! Naia calmate. Esto no va contigo —Me ordena Hit alterado al escuchar mi ofensivo comentario.
Levantó los brazos indicando mi rendimiento. No lo digo porque me importe que sea adoptado, de hecho, «me la pela» una barbaridad. Pero no soporto al niñato este. Solo con verlo el corazón se me desboca al recordarlo todo, al recordar lo vivido en este pueblo y lo que no voy a hacer es quedarme callada mientras su mirada me jode el día inexplicablemente.
Hit se pasea por la clase mientras da su gran discurso, pero no le presto ni la mínima atención. Hasta que se para delante de la pizarra.
—Yo he venido aquí a una sola cosa. Yo estoy aquí para pelar cebollas —Se ríen ante su comentario, pero yo pillo el mensaje oculto de la frase—. ¿Y cuándo pelas cebollas qué pasa?
-Lloramos, ¿pero no queremos llorar, verdad? -Dan responde a su pregunta con un tono amenazante.
—¿Cómo que no? Vamos a llorar a moco tendido. De rabia, de frustración, y con suerte, de alegría.
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𝐇𝐈𝐓 - 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙤𝙣 10
Ficção AdolescenteNaia Romero. Una chavala más pequeña que el resto del grupo, pero con una dura vida por detrás que en realidad pocos conocen. Hit se meterá en su vida sin su consentimiento y le ayudará a ser feliz. A creer en la vida. 1#hit