4| ʟᴏꜱ ʜᴀᴍꜱᴛᴇʀꜱ

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Me paso el recreo sola en un banco, como de costumbre. Me fijo en que el grupo de Marga y Lena de echan miradas hasta que se ponen a hablar Hit y Marga. Me levanto y paso por su lado para intentar escuchar algo y los escucho hablar de la quema de coches al igual que me miran descaradamente.

Casualmente tras lo anterior, en el comedor veo a Silvia hablando con el grupo de Marga, pero de buen royo.

Después de clase llego al gimnasio y veo salir del baño a los dos grupos, frunzo el ceño extrañada y detrás mía entra Hit con una señora en silla de ruedas y algunos profesores que me amargan al verlos aquí. Llevan unas jaulas que dejan sobre la mesa.

—¿Habéis comido bien? Yo no. Estaban un poco rancio los macarrones ¿Verdad Lena? —Dice Hit frente a ellos.

Lena sonríe y los demás se extrañan.

—Os he visto muy juntos en la comida. Salvo excepciones —Nos vuelve a señalar a Darío y a mí.

Nos sentamos en tres filas, yo en la final junto a Darío y dos profesores ya que las de delante están ocupadas por los dos grupitos.

—Cada día vamos a escuchar una historia. Hoy le toca a mi amiga Maya —Comenta poniéndose frente a nosotros— Somos amigos desde hace ya unos cuantos años —Le da un beso en la cabeza y se sienta en una silla.

—Hola chicos, hola chicas. Un gusto. Sois más niños en persona. —Se quita la chaqueta riendo levemente.

Hit se dedica a encender la pantalla que hay detrás de la señora.

—Bueno, en 2005 obtuve la Green card para poder trabajar como profesora de español en Estados Unidos y pues durante casi una década estuve trabajando muy feliz en una escuela —Hace una pausa mientras escuchamos atentos— Hasta que en el 2012 un alumno me disparó y desde entonces esta silla de ruedas es mi mejor amiga.

Nos quedamos alucinados aunque unos lo muestran más que otros. Yo tiendo a rascarme la nuca.

Mientras que ella comenta, Hit pone un plano del instituto y después una foto de Maya y él con varios alumnos. No se parece nada al Hit de ahora y se escapa una risa burlona.

—Erick y Adam Golden —Nos presenta dos chicos de la siguiente foto—. Unos hermanos gemelos, estaban en décimo grado. Pues a los trece años obtenían calificaciones aceptables. Tenían los mismos gustos, amigos, interés por los ordenadores. —Todos miramos las fotos de la chavales_ Pero a los quince años Erick decide apuntarse a clase de informática y sus calificaciones comienzan a ser excelentes. Sin embargo, Adam no. Él se engancha en el mundo de la dark web, horas y horas encerrado en su cuarto frente al ordenador —Mientras nos enseña un vídeo de Adam—. Deja de ir a clase, de quedar con amigos... Luego de dos semanas, Adam se viste de negro con una pistola llena de municiones y vuelve al instituto, pero antes mató a su madre —Nos pone el vídeo en el que ocurre lo recién dicho.

Froto mis manos en mis ojos impactada al verlo.

—Luego recorre en coche los 4 kilómetros que lo separan de su objetivo, nosotros. Lo que van a ver ahora es una muestra de los tres minutos y veinte segundos más largos de mi vida. —Sigue con una expresión desagradable.

Hit cambia el vídeo y nos enseña cómo Adam se baja del coche para empezar su locura.

_Murieron dieciocho niños y seis adultos —Maya nos mira a todos—. Esto que viene ahora es para mí lo más interesante de la grabación. El momento en el que su hermano Erick intenta detener la masacre y Adam se dispara a si mismo al verle.

—Miren chicos, Erick y Adam tenían la misma procedencia, amigos, gustos... Pero en un momento uno decide ser una persona y el otro alguien completamente diferente. —Nos explica ella—. Adam lleva muerto ocho años. En cambio, Erick, con quién tengo todavía contacto, va a empezar a trabajar en la Nasa en septiembre.

Hit apaga el proyector y el gimnasio se queda en silencio. Lena empieza a susurrarle a Marga y ella se niega, pero no se porqué.

—¿Alguien sabe la diferencia entre elegir y decidir? —Nos pregunta Hit junto a Maya.

Nadie responde.

—Pues deberíais. Porque cuando elijáis quienes queréis ser vais a tener que tomar las decisiones adecuadas. Cada decisión nos compromete con lo que queremos —Nos intenta hacer recapacitar—. Evidentemente, Maya no ha elegido ir en silla de ruedas, pero ha decidido seguir adelante —Vuelve a darle un beso a Maya en la frente.

Irma, la cual se sienta a mi lado, se levanta y empieza a aplaudir junto a David y algún que otro del grupito que se suma desganado.

—Bueno, ahora he traído unos regalos. Hámsters —Nos cambia de tema.

—Los hámsters son para niños pequeños. —Se defiende Andrés.

_Para pequeña ya está Naia, dáselo a Ella —Comenta Nourdin.

—Para pequeño tu pene —Me levanto de mi asiento.

—¿Por qué no te callas un rato? ¿O es que de pequeña no te enseñaron? —Se levanta el también vacilón.

La rabia recorre mi cuerpo y me planto frente a él con ganas de pegarle un puñetazo.

—He aprendido mejor que tú, yo no voy metiéndome con la gente por ser un gilipollas sin futuro —Le empujo.

—Te vas a llevar una hostia más grande que las de tu padre -—Me empuja él.

Ester y Hit se acercan a separarnos, pero ahí es cuando exploto y le doy el puñetazo que tanto quería delante de todos. Hit me agarra por detrás y yo intento salir. Ester se pone entre los dos por seguridad.
Consigo soltarme de Hit y me voy corriendo del gimnasio.

Al llegar a la entrada del edificio empiezo a darle golpes a la pared por la mano abierta soltando la ira.

—¡Para! ¡Naia para! ¡Te vas a hacer daño! —Poco después llega Hit corriendo y me frena.

No decimos nada más. Me siento en un banco que tengo al lado y apoyo mis brazos en mis rodillas evitando que me vea la cara y las lágrimas hasta calmarme.

—Toma. Ahora que estás calmada coge a tu hámster —Me ofrece una jaula con un hámster dentro.

—¿En serio tengo que llevarme un hámster a mi casa? —Comento abrumada.

—Y tan enserio. Para ti el blanco. Simboliza tu versión Erick —Me responde y me lo da a las manos.

Yo lo cojo y empiezo a mirarlo.

-—Los tenéis que cuidar, alimentar y sobre todo querer mucho porque son vuestros antídotos.

—¿Por qué estás mojado? —Le pregunto al darme cuenta que me ha mojado a mi también.

—Los aspersores del techo echaron agua.

Me llevo a mi nuevo hámster a mi casa y le doy de comer un trozo de lechuga cortado con las manos a pedazos y me tumbo en el suelo con el hámster en la jaula y me quedo mirándolo apoyada en una almohada con música de fondo.

𝐇𝐈𝐓 - 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙤𝙣 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora