En el baño, me lavo la cara intentando sacar el estrés. Ayer apenas dormí pensando en mi tía, dormí temprano y desperté a media noche. Me asusta que mi tía haya prometido cambiar. No se cómo saldrá y sigo sin acostumbrarme a sentirme querida.
Alguna que otra lágrimas se me escapa y la escondo rápido. Entonces, salgo y me dirijo al gimnasio, pero me paro en la puerta pensando si entrar o no mientras festejan la noticia de Gus, hasta que escucho mi nombre.
—¿Y Naia? Si venía con Gus—. Hugo se extraña al no verme.
—Se paró en el baño, ya llegará—. Explica Gus restando importancia.
—¿Seguro? —Gus asiente—. ¿Alguien sabe qué tal le fue la charla con su tía? —Pregunta, pero nadie sabe nada.
—Con todo el lío de ayer fue difícil—. Se excusa Jaco.
—Como haya salido mal no se va a presentar—. Asegura Hugo rascándose la nuca.
—Pobrecita —Dice Silvia con cara apenada.
—Ya, es muy pequeña para todo lo que lleva encima —Le sigue Erika.
—Naia es una chica especial. Ha tenido una infancia muy dura y lo lleva en su memoria todos los días de su vida —Explica Hugo y se que tiene razón—. Tengo que admitir, que fue la más complicada del grupo. Tiene la costumbre de cerrarse en banda y aunque ya no lo haga tanto, todavía le queda un largo camino para ser feliz —Se le escapa una sonrisa de orgullo—. Por eso supe que tenía que estar en este grupo, porque estaba rota y necesitaba ser curada.
—Yo no sé cómo puede aguantar tanta mierda —Dice Darío.
—Es pequeña, pero fuerte. Lo supe desde la primera vez que la vi —Confiesa Hugo.
-—A mí al principio me parecía una niña creída, pero ya he visto lo que es de verdad, lo que hay tras esa careta y es increíble cuando la conoces —Dice Nourdin, nunca pensé llevarme tan bien con él después de todo.
—Cualquiera lo diría, los primeros días os dabais de leches —Se burla Marga.
La sonrisa bonita se me escapa al oír todo eso sobre mí y entro disimuladamente en el gimnasio. Saludo con la cabeza y lo entienden a la perfección. Dejo el móvil en la cesta y me acerco al grupo que están todos de pie, ya que esta vez no hay sillas. Todos se me quedan mirando con una mirada cómplice por lo hablado anteriormente. Se creen que no lo se.
—¿Qué tal con tu tía? —Me pregunta Andrés acercándose a mí.
—Bien, supongo —Sonrío inmensamente y todo el grupo se lanza a abrazarme, todos menos Lena, que prefiere observar desde la oscuridad y yo también lo prefiero así.
Por un momento, toda mi inseguridad desaparece haciéndome sentir querida de verdad.
—Enhorabuena —Me felicita Hugo con una sonrisa y guiña su ojo derecho.
—Chicos —Llamo su atención—. Sois los mejores amigos que he tenido nunca —Hacen una mutua reacción alegre y me corresponden. Sentía la necesidad de decirlo, ahora que tengo de verdad a alguien a quien sincerarme.
—¿Naia diciendo eso? ¿Te has dado un golpe o algo así? —Se burla Hugo provocando risas.
—¡Zasca! —Grita Jaco cómo el día del vertedero.
—Si quieres que te diga "te quiero" no te burles de mí —Le vacilo pícara.
—¡Zasca! —Vuelve a gritar y Erika le da una colleja haciéndole callar.
Hugo decide empezar la clase e invita a acercarse a un señor con una bolsa de balones de baloncesto que estaba apartado.
—Bueno chicos, él nos trae una propuesta para fin de curso —Explica Hugo señalándole.
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𝐇𝐈𝐓 - 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙤𝙣 10
Ficção AdolescenteNaia Romero. Una chavala más pequeña que el resto del grupo, pero con una dura vida por detrás que en realidad pocos conocen. Hit se meterá en su vida sin su consentimiento y le ayudará a ser feliz. A creer en la vida. 1#hit