Mantengo mi brazo en alto, pensando si encajar la llave en la puerta o no. El corazón me late con velocidad.
Teo, mi hermano, apoya la mano en mi hombro intentando calmarme, cosa que surge efecto. Me dedica una media sonrisa.
Entonces abro la puerta y cojo una bocanada de aire antes de entrar juntos en mi casa.
Mi familia está reunida en el salón, viendo la tele. Hasta que al escucharnos llegar, centran su atención en nosotros.
Miran a mi acompañante con el ceño fruncido.
—No sabía que traerías a un amigo —Mi tía deduce acabar con ese incómodo silencio.
—No es mi amigo.
Me miran más extrañados aún.
—Esto va a ser complicado —Me susurra el pelinegro dando a notar sus nervios.
—Él es Teo —Señalo al nombrado.
—Encantado. Soy Adrián, su hermano mayor —Mi hermano se levanta y estrecha su mano tras la lenta reacción del otro.
—Adrián —Teo se queda paralizado al procesarlo.
—¿Estás bien? —Le pregunta el mayor sin entender lo más mínimo.
—Sí, bueno, es que...
—Adri —Le interrumpo al ver que sus nervios no le permiten ni hablar—. ¿Te acuerdas de Teo, verdad? De nuestro hermano.
Él abre los ojos como platos al sacar las conclusiones.
—No querrás decir que... —Intuye mi hermano sin ser capaz de terminar.
Asiento intentando contener las lágrimas. Mis hermanos se miran. Como si no hubieran pasado años desde la última vez que se vieron. Como si con tan solo ver sus ojos supieran lo mucho que se han echado de menos.
Parecen segundos eternos los que transcurren en silencio antes de que Adrián se lance a los brazos de su hermano menor. Escucho como sollozan casi al unísono.
Analizo la escena. Algo que nunca pensé que ocurriría. Algo que me hace tremendamente feliz. Algo irreal que es raramente real.
Los tres hermanos volvemos a estar reunidos después de tantos años.
Abren los brazos y me atraen hacia ellos convirtiéndolo en un abrazo grupal lleno de sentimiento. Mis lágrimas empiezan a caer y los abrazo con todas mis fuerzas. Escondo la cara entre sus cuerpos y me percato en la paz que siento al tenerlo a los dos junto a mí.
...
Ya es de noche y estamos los tres hermanos tumbados en el sofá mientras vemos un programa de televisión.
El día ha sido tan extraño que no termino de asimilarlo.
—¿Y cómo han reaccionado tus padres? —Adrián inicia la conversación.
—Ha sido raro —No suena muy convencido—. Supongo que les costará un tiempo asimilarlo
—A todos —Aseguro antes de suspirar agotada.
—Bueno, ellos siempre seguirán siendo tus padres —Le intenta animar nuestro hermano mayor poniendo una mano en su hombro en signo de apoyo.
—Sí, me cuidaron más que los nuestros —Bromea, aún que todos sabemos que en el fondo le duele.
—Eso tampoco es especialmente difícil —Le sigo el rollo fingiendo no haber sufrido una punzada al corazón.
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𝐇𝐈𝐓 - 𝘼𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙨𝙤𝙣 10
أدب المراهقينNaia Romero. Una chavala más pequeña que el resto del grupo, pero con una dura vida por detrás que en realidad pocos conocen. Hit se meterá en su vida sin su consentimiento y le ayudará a ser feliz. A creer en la vida. 1#hit