cinco

205 26 6
                                    

Dos días desde que abandonaron al omega.
Dos días que Harua rogó e imploró que le dejaran salir para buscarlo.
Dos días en los que no supieron nada de Jeongin.

—¡Cállate ya!—gritó Kia soltando un fuerte golpe contra la mejilla de Harua.—En la noche saldremos y si no lo encontramos tampoco importa, informaremos a Alfa que escapó y él lo encontrará para matarlo. Ahora cállate y come que no importa ese estúpido omega.

Harua esperó a que dieran las once de la noche y estuvo listo cuando la puerta fue abierta, ansiaba saber algo de su hermano, ansiaba saber que nadie le tocó y que se encontrara bien.

Caminaron por muchos callejones mientras alumbraban con la linterna en cada esquina, no había rastros de Jeongin por ningún lado y ya habían caminado mucho.

Hasta que se detuvieron cerca de un bote de basura.

Harua sintió su corazón terminar de romperse.

Su hermano estaba ahí, estaba completamente desnudo y sucio, abrazaba sus rodillas y temblaba contra la pared, se veía destrozado.

Kia se acercó y lo tomó del cabello con total asco cuando identificó su rostro.

—¡No! ¡No! ¡Ya no! ¡Ya no por favor! ¡Ya no más! ¡No!—su voz estaba tan destrozada y todos se dieron cuenta que aún estaba bajo el efecto del celo por su aroma y por que sus ojos estaban de color negro, cuando un omega está en celo el color de sus ojos se vuelve más oscuro y normalmente los ojos de Jeongin eran de un color gris.

Sin piedad alguna Jeongin fue llevado de regreso a la casa, todos miraron su cuerpo lleno de marcas y suciedad. Todos supieron que alguien abusó del omega pero nadie decía nada.

Kia lo arrastró hasta el baño y le limpió de todo rastro de suciedad que llevaba encima.

—Ya está.—anunció secando su cuerpo y buscando alguna marca en su cuello pero no, no estaba marcado.—Jeongin reacciona.—dio leves golpecitos en su cara pero ya estaba desmayado, totalmente débil y derrotado después de gritar por horas.

Le vistió con una bata y ropa interior y lo cargó hasta el sofá donde todos esperaban saber algo de su estado.

—Tiene heridas en su pecho, tiene golpes por todos lados y ya saben lo obvio. Alguien abusó de él y no sabemos si fue entre varios Alfas o cuántas horas fueron, no me importa lo que le hicieron.—anunció Kia cubriendo al omega con una manta.—Está débil y no puede hablar, mañana el primero que se despierte que lo atienda y que revise su... ahí abajo.—habló con asco y desprecio.

—Yo me quedo.—habló Shiro.—Tu duerme en mi habitación.—habló para el beta menor quien asintió y siguió a Hana y a Kia.

Shiro suspiró mirando hacia Jeongin, había pensado que el omega huiría pero al parecer no hizo eso, el tonto se quedó en ese callejón y alguien abusó de él. Ahora debían atenerse a las consecuencias de haber cometido tal estupidez de sacarlo de la casa.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ServitudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora