➤ PAUSADA
Jeongin es un omega asustadizo y Hyunjin se asegurará de ganarse su confianza.
┆hyunin
⤷ historia original
; omegaverse
: desarrollo rápido de la historia
: contenido sensible, advertencias en el primer cap
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Todo aquello era dictado a un pequeño pelinegro quién temblaba de miedo por la mirada fría que recibía, sus ropas no servían de nada con lo fría que estaba la noche.
Aquel chico nacido en un bar de mala muerte por el cual fue vendido por 800 000 wones al tener 7 meses de vida a la casa hogar quien recibía a todos los bebés no deseados, y él fue uno de tantos.
—Y-Yang Jeongin.—habló murmurando y sintiendo su cuerpo temblar más.
—Repite las reglas.
—No hablar, no mirar de más, no tocar a nadie, obedecer todos los deseos y ordenes de Alfa y no negarse.
—¿Qué pasa si te revelas siendo omega o alfa?
—Alfa me matará.—contestó llorando, según la casa hogar sería un beta por no tener ninguna característica, todos en la casa hogar eran betas y los que resultaban ser alfas u omegas eran expulsados y nunca nadie sabía a dónde los llevaban.
Y Jeongin creía con todo su ser que sería beta para toda la vida porque con 15 años no ha tenido ningún síntoma de revelación ni rastro de un aroma.
—¿Qué pasa si Alfa no te elige para el próximo año?
—Alfa me matará.—repitió cerrando sus ojitos al sentir la mano de la mujer acariciarle el cabello.
—Sígueme.
El pequeño seguía torpemente a la mujer quien le dió un tour por toda la inmensa mansión mientras seguía explicando y diciéndole infinidades de reglamentos y órdenes, él sólo asentía y le seguía.
Había crecido en una Casa Hogar, desde muy pequeño se encargó de cuidar a bebés y atenderlos; porque en la Casa Hogar cada día llegaban muchos bebés que fueron abandonados o que sus familias simplemente los vendió o desechó, sabía que eso era un acto tan cruel porque ningún bebé merece rechazo por su propia familia.
Jeongin desde pequeño cuidó de muchos niños sin padres, iguales a él.
Sabía cómo fue su nacimiento y todo aquello, al parecer su madre era una persona que daba servicios sexuales a los alfas en aquel oscuro pueblo, uno de tantos le dejó embarazada y se fue por siempre, su madre lo trajo a luz pero lo vendió a la primera persona que se encontró.
Probablemente fue afortunado de que aquella persona haya sido la Madre Mayor de la Casa hogar quien le brindó comida y "cuidados" aunque aquello siempre fue escaso por los pocos recursos de aquel lugar.
De un día a otro la Madre Mayor de la casa llegó a donde estaba rodeado de bebés llorando de hambre y le informó que alguien lo había comprado.
Que había sido vendido y comprado por un alfa a las afueras del pueblo.
Lloró por horas y por todo el camino cuando supo para que fue comprado, odiaba tanto vivir de esa manera pero era lo único que conocía ya que nunca recibió educación ni información del mundo real.
Nunca supo que aquello que vivía no era normal, que aquello era completamente ilegal.
Recuerda perfectamente las palabras que la Mayor le entregó ese mismo día en la mañana antes de partir; "Fuiste comprado para lo que naciste, eres hijo de una omega sucia que entrega su cuerpo a los Alfas y tú naciste para eso".
—No creo que te importe compartir habitación con la servidumbre, has vivido así toda tu vida.—la mujer soltó con desprecio aquellas palabras mientras abría una puerta de madera mostrando una habitación pequeña y con seis personas dentro.—Ellos te explicarán mejor y para mañana ya sabrás todo. Entra.
El chico entró y brincó en su lugar cuando la puerta fue azotada a su espalda, miraba con miedo a las personas y una chica se le acercó tomándolo de los hombros, temía que le hicieran daño.
—Denle la bienvenida al nuevo esclavo, ¿qué edad tienes?
—De seguro ni le enseñaron a hablar, mira esa ropa sucia y esa cara fea.—habló un chico acercándose para pellizcar sus mejillas con fuerza.—Ya me pregunto que tanto le hará Alfa el día de mañana.
—No lo asusten.—un tercer beta se acercó y tomó al pequeño de los hombros, este se dejó llevar a una cama sin rechistar.—No te preocupes pequeño, seguro tu serás el doncel de la nueva omega.
Sus ojitos brillaban de terror sin entender lo que quería decirle, tan sólo se imaginaba lo que le harían el día de mañana, ya que creyó fielmente en las palabras de la Madre Mayor.
Iban a utilizar su cuerpo, iban a tocarlo.
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A la mañana siguiente fue despertado por la chica.
—¡Levántate!
Se puso de pie y juntó sus manitas detrás de su espalda a como estaba acostumbrado para esperar órdenes.
—¿Y qué crees que haces? Vámonos.
Jeongin caminó detrás de aquella mujer mientras miraba atento cada parte de la casa, anoche no puso atención por miedo pero ahora debía estar atento.
—El te dirá que hacer.
Miró hacia donde le señaló y era un chico pelirrojo, sonrisa bonita y rostro perfecto. Aunque su rostro bello fue una farsa al acercarse ya que su sonrisa desapareció, Jeongin se sentía cohibido y tonto.
—No tengo humor así que pon atención, voy a explicarte lo que debes hacer.
Dio pasitos torpes cada que se movían de un pasillo a otro, el chico hablaba demasiado rápido pero lograba entenderlo perfectamente.
Todo fue bastante tranquilo a como se esperaba que fuera, ya que el chico le apoyó en un nuevo tour por toda la mansión, explicó pacientemente la labor de cada empleado y absolutamente todas las reglas.
También explicó cómo funcionaba los rangos de la servidumbre, quienes usen ropa azul eran los "jefes" por así decirlo, los de ropa verde eran como los de en medio y los de ropa café eran los inferiores, eran quienes cualquiera podía pisotear.
Al parecer Jeongin sería el doncel de la Omega de Alfa, el chico le explicó que Alfa cada cierto tiempo trae a un o una omega diferente, que de ahora en adelante se encargaría de atender a todos los omegas que alfa traería y que su trabajo dependería si dicho omega le ordena limpiar o simplemente estar a su lado.
Jeongin quiso preguntar si iban a usarlo para aquello pero temió que fuera a hacerse verdad y no habló en ningún momento.
Pasando las siete de la tarde ya se había aprendido las reglas y de cómo sería su vida a partir de ya. Temía mucho porque el beta le explicó que si hacía algo mal recibiría un castigo de parte de la servidumbre y de Alfa.
Y Jeongin se consideraba muy tonto con los quehaceres, por eso en la Casa Hogar sólo sabía cuidar de bebés pero eso a quedado atrás.
Pronto una campana sonó por toda la casa y el beta llamado Jun le dijo que Alfa llegó a casa.
Su pequeño cuerpo tembló por completo cuando dijeron que debían recibirlo.