La nueva profesora

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Albus y Remus compartían vivencias y experiencias con las demás personas que estaban en la fiesta de cumpleaños de Lilith, mientras comían torta felices.

No podremos quedarnos mucho tiempo-dijo Lupin- sabes bien que tenemos deberes en el colegio que debemos cumplir en un hoy.

¡Oh, no te preocupes!-le dijo Madeleine-yo entiendo eso, pero de todas formas les agradezco que hayan venido al cumpleaños de mi pequeña.

De hecho- dijo Dumbledore- yo te quería hablar de eso un poco ahora, ya que Remus sacó el tema del colegio.

Dime- le dijo la bruja.

¿Te acuerdas de la profesora Trelawney?-le preguntó Albus.

Pero, por supuesto-le dijo la adivina-esa profesora se hizo famosa porque a todo mundo le presagiaba la muerte y desgracias, pero en el fondo era excelente.

Bueno, ella se tuvo que retirar por temas familiares del Colegio- dijo Albus- y me quedé sin profesora de la asignatura de Adivinación.

¡Qué lástima!-lamentó Madeleine.

Remus me contó que tú eres experta en el tema- dijo Albus- y te preguntaría si te interesaría trabajar en Hogwarts, tomando esa asignatura.

¿Yo, trabajar en el Colegio?- preguntó asombrada la bruja.

Así es, como tu hija entrará este año, te servirá para poder verla más seguido también- le dijo el Director- además tendrás tu sueldo, tu propio despacho y dormitorio, además de todas las facilidades que le otorgamos a nuestro cuerpo de profesores, sólo si tu quieres, claro.

¿Es difícil enseñar?- le preguntó Madeleine a Remus.

Madeleine, tú ya has hecho clases a varias de estas personas del tema de mancias de adivinación, anímate, lo harás bien-le contestó Lupin.

Además- dijo Dumbledore- le enseñarás a alumnos que van desde tercer año hacia arriba, no a niños pequeños.

Madeleine se quedó pensando, la idea le parecía tentadora, podría tener su propio sueldo todos los meses y ver los avances de su hija.

Aceptaría sólo con tres condiciones-dijo la bruja.

¿Cuáles?-preguntaron ambos profesores.

Primera condición: tengo que seguir atendiendo a mi clientela, por último los fines de semana, no puedo dejarlos botados- dijo Madeleine.

Ningún problema- dijo el Director- las clases son de Lunes a Viernes, generalmente los sábados y domingos están a libre disposición del profesor, a menos que realice reforzamiento académico, ¿Cuál es la segunda condición?.

Debo tener un laboratorio para mi libre disposición para poder realizar las pociones mías y de mi hija, ya que ambas presentamos condición vampírica.

Hay muchos laboratorios en Hogwarts, no hay problema con eso, te designamos uno y asunto arreglado-dijo Dumbledore- ¿y la tercera?.

Mi hija debe tocar piano para retrasar sus síntomas durante el pletunio, cantar y tocar piano la relaja enormemente y ayuda a que la poción que le doy le haga efecto más rápido-dijo Madeleine.

En eso no hay problema- dijo Lupin- todas las salas comunes de las casas de Hogwarts cuentan con piano, para que los alumnos puedan tocar de manera libre.

Con lo hermoso que canta y toca piano- dijo Dumbledore- el jefe de casa que le toque quedará encantado con ella, no es problema.

Ok, entonces, acepto- dijo Madeleine.

El Director extendió el contrato de la nueva profesora de la asignatura de adivinación , indicando donde debía firmar. Madeleine firmó dos copias, una para el Ministerio de Magia y la otra copia era para que quedara en disposición el colegio.

¡Ah!, lo otro, mi hija no puede quedarse sola acá, si ella entra el 1 de septiembre, yo entraría con ella a Hogwarts- dijo la bruja.

No hay problema- dijo Dumbledore- si, voy a avisar desde ahora cuando tenga el timbre de aprobación del Ministerio a los demás profesores que hemos conseguido una nueva profesora de la asignatura de adivinación y cuando llegues el 1 de septiembre, dejas a tu hija a cuidado de Hagrid con los demás alumnos y te presentamos rápidamente al cuerpo de profesores, aunque creo que ya conoces a la gran mayoría.

Ok, así lo haremos entonces- dijo Madeleine.

Lilith justo se iba acercando a la mesa donde estaban ellos para compartir un rato con gente adulta, ya que ella se sentía mejor con personas mayores que ella que con niños de su misma edad-

Te tenemos una sorpresa, mi pequeña- dijo Lupin.

¿Qué sorpresa tío Remus?- preguntó la niña.

Voy a trabajar en Hogwarts como la nueva profesora de adivinación-le dijo su madre.

¡Oh!, ¡Qué fantástico!- exclamó su hija- ¿Entonces nos iremos juntas el 1 de septiembre?-

Así es- dijo Madeleine.

Yo las pasaré a buscar temprano-le dijo Lupin- para que nos vayamos en el tren camino al Colegio.

¡Que rico Tío Remus!- exclamó emocionada su ahijada- ¡Estaremos juntos como siempre!.

Si, mi pequeña- le dijo el licántropo-pero en el colegio deberás portarte muy bien como hasta ahora.

¿Y tú me harás clases tío Remus?- preguntó curiosa la niña.

Si, yo seré tu profesor de Defensa contra las Artes Oscuras-le respondió Lupin.

Y, cuando tenga dudas, ¿Podré consultarte mami?- preguntó Lilith.

Por supuesto hija- le respondió Madeleine- como cuando estabas en el colegio y resolvíamos todo juntas.

Bueno, entonces las esperaremos el 1 de septiembre a ambas en el colegio- dijo Dumbledore.

Si, profesor, ahí estaremos felices de llegar al Colegio- dijo Lilith.

De nada pequeña- le contestó Albus- cantas muy hermoso, fue un gusto conocerte, pero ahora por la hora debemos partir.

Gracias por todo Albus- le dijo Madeleine- el 1 de septiembre estaremos ahí

Dumbledore y Lupin se despidieron de cada una de las invitadas y sus niños, de Lilith y Madeleine quienes lo acompañaron a la salida y despidiéndose de ellas, se fueron por aparición a Hogwarts.

Nuestro Dulce SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora