Casamiento y Sospechas

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Severus se levantó del lecho que compartía con su bruja, mientras a ella la veía dormir plácidamente y aprovechó de ir a ducharse.

Se vistió con un elegante conjunto grisáceo y una capa del mismo tono, tomó papel y lápiz y le dejó a su lado una nota junto con una bella rosa violeta. Salió de allí y fue a buscar al juez mágico para que los casara.

Madeleine despertó al poco rato que Snape se fue de la casona, vio la nota y la leyó: 

"Amor

Vuelvo en dos horas más, voy a buscar el juez mágico para que nos case en la casona, así que prepárese, porque pronto serás la Señora Snape, te ama"

S.S.

La bruja vio la rosa violeta, se levantó de la cama y fue a la ducha a bañarse, al terminar con ello, fue a su armario, sacó el vestido de cuero, medias de malla negra y sus mejores botas. Se vistió y terminó de maquillarse, se colocó su capa negra y fue hacia abajo, esperando a su futuro esposo.

El pelinegro llegó con el juez mágico, arreglaron la sala de estar lo que más pudieron y procedieron a la ceremonia íntima, los dos solos, ya que así lo acordaron mutuamente.

Estamos aquí-dijo el juez mágico- para celebrar el matrimonio entre Severus Snape y Madeleine Parker-Owels, señor Snape por favor, proceda a recitar sus votos.

Madeleine- dijo el pocionista, sacando la argolla para ella-yo te entrego a ti esta alianza de amor y fidelidad como una prueba de que estoy completamente enamorado de ti, que estaré contigo en las buenas y en las malas, en la pobreza y en la riqueza, en la cordura y en la locura y te protegeré con mi vida, a ti y a nuestra hija Lilith, hasta que la muerte nos separe.

El maestro de pociones le colocó en el dedo anular izquerdo la argolla a ella, mientras Madeleine sacaba la argolla de la caja para colocársela a su amado.

Severus-dijo la bruja-yo te entrego a ti esta alianza de amor y fidelidad, como una prueba de que estoy completamente enamorada de ti, que estaré contigo en las buenas y en las malas, en la pobreza y en la riqueza, en la cordura y en la locura y me sentiré honrada junto a mi hija Lilith que seas parte oficial de nuestra familia, hasta que la muerte nos separe.

La adivina le colocó en el dedo anular izquerdo la argolla a el, mientras se miraron felices tomándose de la mano.

Los declaro ante las leyes mágicas que nos conciernen, marido y mujer- dijo el juez mágico-puede besar a su esposa.

Severus tomó el rostro de la bruja y la besó con dulzura.

Bien- dijo el juez mágico- deben firmar acá ambos y he terminado este tema.

Firmaron ambos un libro, el cual el juez tomó, les dio a ambos la mano y se fue rumbo a sus oficinas.

Bueno, amor mío- le dijo el pelinegro- oficialmente desde ahora eres mi esposa, la señora Snape, así que ahora pidamos a nuestros elfos que nos den un desayuno acorde a esta celebración.

¡Gastón!-dijo la bruja.

Apareció el elfo con un ¡Pof!

¿Llamó a Gastón, ama?- preguntó el elfo.

Si, tráenos un desayuno con una torta de novios y champagne por favor-le dijo la bruja.

Enseguida ama y ¡Felicidades!-dijo el elfo desapareciendo con un ¡Pof!.

Gracias mi amor- le dijo el pelinegro.

Gracias a ti, por hacerme feliz en este día-le dijo la brujita.

Apareció Gastón con lo acordado y ambos dueños de casa le dijeron que podría retirarse.

El maestro de pociones descorchó la champagne y le sirvió a su amada y a él también, se cruzaron los brazos, felices brindando por su matrimonio.

Siéntate amor, te serviré torta- le dijo su esposo.

Te haré mientras el café arábigo que tanto te gusta-le dijo ella.

Prepararon así su desayuno de recién casados, en la tranquilidad de su hogar, comiendo y riendo felices.

Después de comer, fueron a su dormitorio a descansar y a procederse a amarse, terminaron cansados y se durmieron felices.

Había transcurrido unas pocas horas, cuando Madeleine fue apurada al baño, Severus despertó casi de inmediato, vio que ella se encerró en el baño y la sintió vomitar.

Preocupado, se levantó y golpeó la puerta.

¿Te sientes bien, amor mío?-le consultó.

Sintió la cadena del retrete y ella le abrió la puerta.

¿Amor?-le preguntó- a ver, míreme.

No sé que me pasó, devolví la champagne, no sé que me sucedió-le dijo ella-nunca me enfermo y menos por trago.

Vamos cariño, vamos a la cama- le dijo su esposo- te cuidaré.

La llevó a la cama y la notó helada, inmediatamente fue a buscar mas frazadas para poder taparla, se acostó al lado de ella y procedió a descansar.

Soñó con ella que la veía embarazada, tenía gemelas y le costaba caminar.

Despertó de repente, de nuevo ella estaba en el baño vomitando, se volvió a levantar, abrió la puerta del baño y la vio vaciando su contenido en el water.

Amor, no quiero que me veas en este desastre- le dijo ella- cierra la puerta por favor.

En la enfermedad y en la salud, ahí estaré yo- le dijo el pelinegro, tomándole el pelo para que no se manchara su cabello con vómito.

Tiró la cadena, tapando el water y la llevó al lavamanos, donde le enjuagó la boca y su rostro.

No quiero ser una carga para ti, este día comenzó tan bien, no lo quiero echar a perder- le dijo ella apenada.

No eres mi carga- le dijo el pocionista- eres mi esposa y te cuidaré con esmero, vamos a la cama, te haré un testeo con mi varita.

Le secó el rostro con una toalla, la llevó del brazo para que no se cayera, abrió las cobijas de la cama y la acostó ahí, cogió su varita y apuntó en su vientre.

¿Para qué es eso?-le preguntó ella asustada.

Tranquila, mi amor- le dijo el maestro de pociones- jamás haría algo para dañarte, es un testeo de embarazo, si sale blanca no hay nada, si sale azúl es que estás embarazada.

La varita apuntó en su vientre y salió la punta de ella, de color azúl.

¿Vamos a ser padres?-preguntó la bruja.

Si mi amor-le dijo él- y déjame decirte que soy el hombre más feliz del mundo, desde ahora te haré las pociones necesarias para las náuseas y las otras pociones, tendrás que dejar de tomar la poción anti-vampiro porque es abortiva, pero yo te compensaré y te cuidaré.

¿No estás enojado?-le preguntó la bruja.

No- le dijo él- si bien es cierto, que no planificamos esta hija, ahora podré darme el gusto de pasar el embarazo contigo, cuidarte, protegerte y mimarte como debí hacerlo al nacer Lilith.

Se pondrá celosa la niña, dejará de ser tu princesa-le dijo ella.

Recuerda que ella es mi polola ahora- le dijo Snape entre risas- la princesa la tienes acá dentro de ti.

Pero se pondrá celosa igual-le dijo Madeleine.

No, yo le daré a ella el lugar de polola- le dijo el pelinegro- tu tendrás el lugar de esposa y esta hermosa princesa también tendrá su lugar, despreocúpate, nadie tendrá celos la una de la otra.

Severus y Madeleine durmieron abrazados y el pocionista puso su mano en su vientre para no perderse esta vez, ningún movimiento por muy pequeño que fuera de su retoña. 

Nuestro Dulce SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora