Nuestro Dulce Secreto

Lectura Informativa

Severus estaba con el libro de los niñas vampiro, sentado cómodamente en la poltrona de su despacho, a su lado estaba su esposa corrigiendo trabajos y pruebas.

Había un apartado que versaba de la primera menstruación de la niña vampiro y lo que se debía hacer en estos casos.

"Cuando la niña vampiro comienza con su primer período menstrual, es normal que se asuste y quiera huir de todas las personas, es un proceso natural como el de todas las mujeres del planeta, pero es el padre quien debe calmar los dolores uterinos de la pequeña".

Estás absorto con el libro-le dijo la bruja.

Así es- le dijo el pelinegro- estoy leyendo sobre la primera menstruación que tendrá nuestra hija, ¿Tú sabes a qué edad vendrá ese instante?.

La niña tiene doce años- dijo pensante la madre de ella- por lo tanto le vendrá entre esta edad hacia los 13, no más allá.

Espero que no tenga que hacer nada "anormal" en esta situación- comentó el pocionista- ya vi que soy yo el que me debo hacer cargo.

Es anormal en el mundo de los humanos, pero en el nuestro no lo es- dijo la bruja.

Severus seguía leyendo para informarse de todo, quería estar preparado para afrontar este tema con su bebé.

"La niña vampira no sólo presentará sangrado y molestias, también dolores muy fuertes, que se alivian en primera instancia, colocando la mano del padre en su vientre, pero esto es sólo al principio, después cuando aparezca la menstruación de lleno, tendrá que aliviar sus molestias, estimulando su clítoris, estando ella amamantando a la vez a su padre".

Madeleine-dijo Severus, espantado bajando el libro a su regazo.

Dime-le dijo su esposa- ¿ya te salió algo que lo encuentras anormal?.

Si- le dijo el pelinegro- puedo ya, colocar mi mano en  su vientre, eso no tiene nada de malo, pero estimularle el clítoris... ¡Por Merlín Madeleine!, ¡Es mi hija!, sigo preguntándome quién escribió este libro pervertido.

La bruja iba sonriendo donde su marido, quien se agarraba las manos en su cabeza.

Tranquilo- le dijo ella- si quieres que esté contigo en ese momento, cuando ocurra, sólo debes pedírmelo.

Amor mío- le dijo Snape- lo que menos que quiero es hacerla sentir incómoda, en serio, te juro que eso me preocupa mucho más que todo lo restante.

No me harás sentir mal- le dijo la bruja- te dije que esto es totalmente normal.

Prácticamente- le dijo el pocionista- es tener sexo de a poco con mi hija, con mi pequeña, con la razón de mis ojos, créeme- le volvió a decir- esto es difícil y complicado para mi, ella es mi niña, ¿Cómo la puedo corromper de esa manera?, no es ético, ¡¡es algo incestuoso!!.

Severus- le dijo ella- si no lo haces tú, la niña buscará en otro quien se lo haga y ahí el peligro será mucho  mayor- se iba acercando hasta hacerle cariño- eres tú quien debe hacerlo, yo estaré tranquila si tu cumples tu rol con ella.

¿Por qué debe ser así esto?- le preguntaba angustiado- ¿Por qué no existe otra forma de hacerlo?.

Porque así es en nuestro mundo, amor- le dijo ella- y si tú no lo haces, la niña buscará esa falta de amor contigo en otro hombre y está el riesgo que salga un tipo que la dañe.

¡¡Nadie dañará a mi pequeña!!, ¡¡No permitiré que nadie se le acerque!!-dijo furibundo el pocionista.

Entonces tendrás que hacerlo tú-le dijo suavemente la bruja- tú cuando te casaste conmigo, dijiste que harías todo lo que fuera necesario para que estuviéramos bien, bueno ésta es una de las condiciones, debes proteger de esta forma a la niña y a las que vendrán.

O sea, ¿También tendré que hacerlo en algún momento con nuestra pequeña que llevas en tu vientre?- preguntó horrorizado.

Así es- dijo ella- y con las que vengan.

¡¡Libro maldito!!- gritó Snape- espero no ocasionarle ningún trauma a mi niña con esto.

Sólo se lo ocasionarás si tu no lo haces- le dijo su esposa- porque ahí te vendrán remordimientos.

Bueno- dijo suspirando cansado mirando al techo- si no hay otra forma, ni modo, tendré que hacerlo y prepararme para ese momento.

Estaré contigo siempre- le dijo su esposa-si lo llegas a necesitar.

Gracias mi amor- le dijo el pocionista, acercándose a ella dándole un beso tierno.