Capítulo 19

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‹ Narra Na Ri ›

Sus manos eran suaves y delgados, continué hacía sus brazos con pequeños bellos no tan visibles a simple vista, sintiendo como todo el cuerpo de Jimin temblaba. Al subir por sus hombros eran más voluminosos que la primera vez que lo vi, el ejercicio que estaba haciendo le había proporcionado unos notables músculos, al tener mis manos sobre su pecho podía sentir como la respiración de mi pareja había aumentado, él permanecía con la mirada agachada y yo continúe hacía el aquel rostro, sus ojos me miraron y como la primera vez me quedé atrapada en ellos... El cabello rubio que en ocasiones le tapaban los ojos, después me alejes para prender la luz.

Jimin estaba en ropa interior, tenía unas grandes cicatrices en los tobillos como si hubiera sido encadenado, latigos en las piernas que a pesar del tiempo todavía permanecían, en sus brazos habían unos pequeños arañazos que él se hacía en momentos de ansiedad aunque eso poco a poco dejaba de hacerlo; al ir detrás suyo pude ver en su espalda moretones que ya desaparecían aunque habían dejado pequeños pigmentos por el lado de las costillas, unos tatuajes en la espalda de media luna y otro de una ave, dos tatuajes que habían sido hechos de por vida.

Al abrazarlo por detrás retuve mis lágrimas de solo imaginarlo, cuando decidí sacarlo de ese lugar vi algunos cuartos manchados de sangre y la forma en que estaba sobre esa camilla era obvio el tal maltrato que había sufrido. Era un hermoso ángel con las alas rotas, pero eso no significaba que dejaba de ser un ángel... Para mí era un ser inocente, alguien que era capaz de sacrificarse por la salud de su madre, un hombre con corazón noble a quién la vida puso en mi camino y comparado a mis cicatrices por las luchas que hice por obligación de mi padre era muy diferente, las circunstancias eran distintas, pero eso ya no importaba. Al besarlo podía sentir como él me abrazaba con fuerza, era un beso dulce y tierno, más que algo carnal lo nuestro era la unión de dos almas rotas y perdidas, que habían encontrado la luz al final de la oscuridad...

• Al día siguiente •

— Hay algo que nunca te conté, cuando estaba en el teatro yo tuve una amiga... Se llamaba Jennie, ella era amable conmigo, siempre me daba algunas sorpresas y era la única quién me levantaba el ánimo en esos días; un día me dijo que estaba esperando un hijo mío, me alegraba esa noticia y pensaba en escaparnos juntos, pero ella era una dama de compañía para Namjoon y cuando él descubrió que estaba embarazada no dudó en asesinarla. Debí decirte esto en el momento en que empezamos a salir, no sabía si debía contártelo o si quedarme callado.

— Lamento que ella fuera asesinada y también lamento sobre tu hijo. —Na Ri soltó un suspiro al quedarse apegada al pecho desnudo de su pareja.— ¿Sabes algo? Eh pensando en empezar a dejar el pasado y escribir uno nuevo ¿Qué te parece?

— ¿Cómo escribir uno nuevo?

— Por ejemplo, yo aprendí defensa personal porque algunos hombres son unos depravados y quería hacer justicia por las mujeres... Es tu turno, deja volar tu imaginación.

— Dediqué mi vida a hacer ballet, tuve un accidente y por eso tengo unas cicatrices ¿Qué tal? —Pregunté al mirarla y ella solo sonrió, nuestras manos unidas y este sentimiento indescriptible me hacían sentir que el mundo era mío.—

                                     ∞∞∞

Winter se encontraba en la parada del bus, esperando ansiosa a que el bus aparezca y cuando lo hizo un gran tumulto de gente se metió sin respetar la fila haciendo que la joven se quedará afuera, entonces el tiempo pasaba indicándole que llegaría tarde al trabajo.

BLACK SWANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora