Mientras que la reunión anual del solsticio de invierno era llevada a cabo, Hestia estaba preocupada.
La flama del hogar estaba más apagada de lo que estaría normalmente, Hestia creía que tenía que ver con todo el odio hacia Zeus que uno de sus hijos profesaba, el niño llevaba meses deprimido, no comía adecuadamente, no dormía y era muy volátil y Zeus se hacía de la vista gorda, por lo que Hestia se había dado a la tarea de echarle un ojo.
Cuando lo había conocido en su primera hoguera en el campamento, Hestia lo había notado como un niño muy excitable, emocionado por estar ahí. Le había contado que en su casa no era bienvenido, que sus tíos lo odiaban y que sus padres habían muerto cuando él aún era un bebé.
De vez en cuando, cuando más campistas llegaban, Hestia volvía a Harry y ambos fingían que Harry no tenía ni idea de que era una diosa, era divertido ver como Harry seguía intentando tratarla como una niña común y corriente mientras a la vez trataba de respetarla.
Hestia había llorado un poco cuando notó que Harry estaba siendo abusado, lo había escuchado mientras se lamentaba porque su padre no se molestaba en reclamarlo incluso cuando él había descubierto su origen, lo escuchó decir que quería mudarse de piel porque la suya había sido tocada.
Estaba tan lastimado que Hestia sentía la necesidad de intervenir, así que lo hizo.
—Señor... ¿se me permite hablar? —preguntó, los ojos de los demás posándose en ella.
—Adelante —dijo Zeus—. Te escuchamos.
—La flama del hogar se está apagando, en nuestra familia hay personas peleando y odiando por nuestras acciones. En especial su propio hijo, señor. Ha sido tan lastimado en el mundo mortal, ha descubierto por su cuenta su ascendencia y aún así... se pregunta si nunca lo reclamará. Lo he escuchado decir que ni siquiera se quedó atrás para revisar que su padre mortal no muriera. Todo ese odio hacía si mismo se refleja en cuan menguante está la flama y eso me preocupa.
Zeus miró a su lado, Hera parecía disgustada por el recordatorio de que había por ahí un hijo más de Zeus, como si no fuese suficiente con Thalia, la semidiosa que había muerto para que sus amigos llegaran al campamento.
—El reclamo llegará cuando muestre dominio sobre mis dominios, mientras tanto...
—Pero lo hace, continuamente —intervino Dionisio—. Con cada día que pasa, Henry se vuelve más susceptible a atraer tormentas eléctricas. Este verano estuvo a punto de inundar nuestros campos de fresas.
—Harry acaba de pasar por algo que un niño no debería de experimentar fuera de sus condiciones, en Escocia no ha parado de haber tormentas eléctricas desde octubre.
—Lo resolveré, entonces, cuando vuelva al campamento —se quejó—. Volvamos a lo importante...
Hestia se desconectó de la reunión, mirando hacia la flama, tratando de saber si el reclamo era lo correcto.
Sabía que era algo que el semidios anhelaba, pero si se enteraba de que tuvieron que intervenir... estaría furioso.
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28 de Diciembre, 2004
Harry se sentó en su escritorio con el diario abierto de par en par, lo había rescatado del baño de Myrtle después de que la fantasma se quejara de que le tiraron un libro con un aura bastante extraña, decía pertenecer a un tal Tom Riddle y cuando interrogó a Myrtle al respecto, se fue chillando por uno de los inodoros.
Harry, tentativamente, escribió en el diario.
"Hola, mi nombre es James Evans".
Si el diario resultaba ser la conciencia viviente del asesino de sus padres, Harry tendría muchas preguntas que hacer al respecto.
Resultó, de hecho, que estaba en lo correcto.
"Hola, James. Mi nombre es Tom Riddle. ¿Puedo preguntarte dónde encontraste mi diario?".
La respiración de Harry se atascó un poco, su mano tembló mientras escribía.
"Encontré este diario en un baño... desde hace un par de semanas he escuchado una voz extraña y siempre que la sigo, termino en ese lugar".
"¿Voz?, ¿puedes entender lo que te dice? ¿en qué casa estás?".
"Sí, dice que está hambriento. Soy un Slytherin. ¿Sabes algo sobre la cámara de los secretos? Dicen que se abrió hace poco más de sesenta años, pero los profesores no quieren hablar de eso".
"Puedo mostrarte, si quieres".
"Sería genial, tal vez si descubro la verdad, todos dejen de mirarme con odio por poder hablar con las serpientes".
Harry sabía que esa información cambiaria la forma en la que ese... recuerdo, recipiente de conciencia o lo que sea, lo miraba. Se reflejaría más y más en él.
Harry observó como el diario se habría a la mitad, la tinta escribió una fecha —12 de Junio, 1943— y Harry terminó siendo absorbido por el diario.
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24 de Febrero, 2005
"Puedes acceder a la Cámara de los Secretos tu mismo, creo que eres mi descendiente, después de todo".
Harry sonrió con burla, algo que Tom Riddle no podía ver. Se lo estaba ganando a su manera, su vitalidad se sentía menguante pero no importaba, estaba cada vez más cerca de acabar con sus problemas.
"¿Qué es lo que tengo que decir?".
"Di "ábrete" en lengua pársel, encontraras el lavabo correcto cuando mires bien, tiene una serpiente grabada".
Harry caminó por los pasillos hasta el baño de Myrtle, le contó lo que iba a hacer y le pidió que buscara a Snape en caso de que Harry no regresara.
Susurró la palabra y bajó sintiéndose muy sucio cuando toco tierra, o bueno, montones y montones de huesos. Una criatura milenaria debía de tener hambre después de comer tan poco durante años.
Tom le dijo que el basilisco podía controlar sus ojos de muerte, siempre y cuando llegara hablando en pársel, Harry aun no entendía muy bien cómo funcionaba, pero... bueno. Supuso que nadie vivió lo suficiente para investigarlo.
Cuando llegó a la cámara principal, el agua inundaba un poco el piso, olía a estancado, como si todos los baños descompuestos del campamento estuvieran regados por ahí, ugh.
—¿Comida? —siseó una voz que llevaba tiempo escuchando en las paredes, Harry cerró los ojos.
—Lo siento, amiguito, no hay comida para ti.
Harry sintió una presencia semisólida detrás de él, se dio la vuelta, Tom Riddle estaba ahí.
Y bueno, era algo guapo.
—Hola, James.
Harry sonrió.
—Hola, Tom.
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Mr. Lightning [Hiatus]
Fanfic01.08.2023 - #1 en #Harcy Harry Potter era un semidiós, todas las cosas raras que le habían pasado en la vida... no eran precisamente su culpa, sino de su ascendencia. Percy Jackson no quería ser un semidiós, era peligroso, mortal y le había costad...