4. Amorodio

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Hailey

Había pasado una semana desde que fuimos a la fiesta y solo había convivido con Denisse en tres almuerzos.

No había progresado nada en recordar.

Había tenido citas con Dra. Millers y sus terapias no funcionaban ya casi era año nuevo y yo estaba en mi habitación ahogandome en mis propios pensamientos, quería saber quién había entrado a mi cuarto a poner esa carta, tenía cierto miedo de que el asesino pudiera saber que estoy aquí y viniera a terminar lo que no pudo hacer.

Me levanto de la cama, tomo una ducha caliente, optó por el uniforme de el psiquiátrico no estaba para elegir que ponerme, me quedo mirandome al espejo no sabía si sentirme bonita o no, no sentía nada simplemente era yo, detallaba cada parte de mi.

Mis ojos color azul grisáceo que hacían juego con mi cabello que desde nacimiento era un negro azabache, siempre me pregunté que porque ya que toda mi familia eran pelirrojos, lo único que sabía era que nací así por mi abuelo el cual ya había fallecido, simplemente no sabía que sentir al verme ahí con ojeras y cara de no poder más.

Decidí ir a ver a Denisse necesitaba salir de mi agonía mental, voy a su cuarto y ella se me hace divertida siempre intenta hacerme reír haciéndome sentir cómoda, estábamos cantando Break my heart de Dua Lipa cuando sonó una llamada en mi teléfono.

Era mi mejor amiga, tenía días sin responderle, hasta hoy.

- Hailey?

- Bueno?

- Dios, estaba tan preocupada por ti.

Habla en su acento Español que tanto la caracteriza.

- Creí que no te volvería a contactar, porque no respondías mis mensajes?

- Solo no quería hablar.

- Hailey.

- Mmm?

- Se que lo que paso fue algo grave y no te gusta hablar de tus sentimientos pero estoy aquí y puedo ir a verte cuando quieras.

Lágrimas bajaron por mis mejillas, sentía que al menos alguien podría entenderme.

- Si, solo dame tiempo.

Corte y sentí un vacío grande junto con un dolor en el pecho el cual hizo que me deslizara por la pared hasta quedar agachada abrazándome a mi misma, haciéndome la misma pregunta.

¿Por qué tenía que pasar esto?

Regreso a mi habitación, cerrando la puerta.

Enciendo la lámpara de la peinadora pegando un brinco al oír una voz ronca detrás de mi.

- Ya veo que tus padres no te enseñaron modales.

Asustada quedó sentada y lo veo vestido todo de negro casi una sombra lo único que sobresalia eran sus ojos azules y su azabache negro.

Agarro la plancha y lo apunto levantándome de la silla.

- Cómo entraste?

Deja ver sus perfectos dientes.

- Crees que es difícil abrir una puerta de estas?

- Eres un imbécil.

El se me acerca y yo refuerzo mi agarre apuntandolo con la plancha.

- Ni te atrevas a dar un paso más.

- Y si lo hago, que harás?

Le tenía tanta rabia, odiaba que me retarán.

- No sabes las muchas cosas para nada lindas que se hacer con una plancha de cabello.

- No creo que una plancha pueda hacer mucho.

Siguió acercandose y le fui arrojar la plancha cuando una de sus manos la detuvo sosteniendo mis dos manos pegandome hacia la pared acercándose a milímetros de mis labios.

- Mañana a media noche en la azotea.

Me soltó y se acercó a la puerta.

- Al menos la próxima pide permiso antes de entrar pijo de mierda.

Su risa ronca me hizo hervir la sangre

- Deja de ser más malcriada y tendré modales.

Cerró la puerta y me tire a la cama gritándole a mi almohada, lo odiaba simplemente por ser lindo creía que tenía al mundo en sus manos odiaba a ese tipo de personas, tome una ducha para después dormirme.

Desperté con el sonido de la alarma, me dolía la cabeza horrible, después de arreglarme noto que en la peinadora había un papel.

" No confíes en nadie, todos quieren algo de ti pero tú me perteneces "

Sentí náuseas guarde el papel en mi bolsillo y salí de mi habitación.

Estoy en el comedor veo a Denisse la cual me hace señas que me acerque, me siento con ellos.

Denisse hablo:

- Cómo dormiste?

- Bien, supongo

Termino de comer, dejo la bandeja cuando la Doctora Millers me llama por los altavoces indicándome que tenía visita.

Entro a la sala de visitas, la Dra Millers me recibe indicándome que la visita está en el cuarto 6, al entrar quedo estupefacta a quien veía...

Era Ryan, mi novio desde que tenía 16 y el 18, siempre estuvo ahí para mí, lo amaba con todo mi corazón.

Salí corriendo abrazandolo fuertemente haciendo que lágrimas corrieran por mis mejillas lo ví a los ojos uniendo nuestros labios en un beso apasionado y ansioso.

Nos mirábamos sin decir nada hasta que el rompió el silencio:

- Cómo te sientes?

Que pregunta de tantas cosas que podía hacer tenía que hacer eso preguntar cómo putas me sentía, no sabía que decirle.

- Bien, supongo que bien.

El ríe haciendole que se le marquen los hoyuelos en los cachetes.

- Conmigo no tienes que fingir.

- No estoy fingiendo.

Tensa la mandíbula y se me acerca creando un círculo de confidencialidad.

- Estoy tratando de averiguar quién hizo lo de tus padres.

Era obvio que hiciera algo así, era hijo del jefe de la estación de policía y tenía acceso a todo

- Y que has averiguado?

- Solo te diré que no estás segura aquí.

Veo como mete su mano en la chaqueta deslizando algo por debajo de la mesa

- Tómala y no le digas a nadie que la tienes.

Tomo lo que tenía notando que es una navaja de 9 centímetros en metal rojo, la guardo en el costado de mis medias.

- ¿Crees que no estoy segura aquí adentro?

- Solo es por precaución.

El altavoz suena anunciando que ya el tiempo habia acabado, lo abrazo despidiendome de el.

Voy camino a mi habitación cuando mi teléfono vibra recibiendo una llamada de un número desconocido:

- Hola?

Se oye una respiración seguido de:

- Siempre serás mia Hailey

La piel se me erizó, apague mi teléfono encerrandome en mi habitación...

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Hola

Disculpen por no actualizar últimamente solo que no he tenía el tiempo suficiente de escribir y ya estoy retomando, espero que disfruten no olviden votar y dar su opinión en los comentarios. Los quiero ❤️

Hailey: La verdad tras la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora