Tenemos que hablar

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Al día siguiente Ainhoa me envió un breve mensaje, tenemos que hablar, no ponía nada más. Yo tenía que hablar de muchas cosas y ella parecía que no quería hablar de nada, pero no podía quedarme con la intriga. Por un lado, pensaba que si ya estaba todo dicho no sabía que más decirle. Yo me lancé y ella me rechazó y ese era el fin de la historia, pero algo me decía que no era así, porque si no a santo de que me escribía ese mensaje. Por eso estaba enfrente de la puerta de la habitación 208 para tener una conversación con mi jefa o mi amiga o lo que quisiera que fuéramos y dejar claro exactamente el qué. Pues no lo sabía, estaba muy nerviosa, llamé ligeramente a la puerta y esperé unos segundos, nadie contestaba. No podía hacerlo, me di la vuelta y me dispuse a marcharme cuando oí su voz a mi espalda —¿Luz? — Tuve que darme la vuelta, huir cuando ya te han visto no es del todo bonito.

—Me has dicho que teníamos que hablar y he venido a hablar ¿Puedo pasar? —Señalé la puerta del cuarto.

—Sí claro pasa—Hizo un ademán amable invitándome a entrar dentro, me paré en medio de la habitación mientras ella se sentaba en la otomana.

—Bueno, de qué quieres hablar.

—No, sé, eres tú la que me has escrito para hablar. ¿no? — Me mantuve con los brazos cruzados.

—Ya, pero es que yo ayer ya dije demasiado, por eso, habla tú—Ainhoa frotaba sus manos nerviosa.

—Pues ayer, se me fue...lo de ayer fue raro

—Raro fue—Asintió—Pero raro bien o raro mal.

— Raro mal tampoco, raro normal— Contesté confundida—Claro, estamos muy estresadas y lo raro es que no me morreara con el robot de cocina.

—Ya, y tú tienes a Paolo, qué también...— En ese momento algo en mí cambió.

—¿Es por eso? ¿Es la excusa que te pones? —

—No, Luz, no estoy buscando excusas, simplemente tienes pareja y eso es un hecho.

—¿Y si no la tuviera?

—Si no la tuvieras el problema sería el mismo, Luz, soy alcohólica, emocionalmente inestable y estoy muy dañada. No sé si puedo confiar en nada y en nadie y esa no es una forma de empezar nada con nadie.

—Me sigue sonando a una excusa, Ainhoa.

—Luz, ni siquiera tienes claro lo que sientes, por qué quieres meterte en una relación tan complicada teniendo en cuenta que no tienes ganas de comprometerte en una mucho más sencilla. — Eso me dio que pensar, era verdad que huía del compromiso con Paolo, pero no pensaba que fuera algo comparable con la relación que tenía con Ainhoa. Lo nuestro era distinto por muchos motivos primero, porque no era una relación apresurada, basada en la atracción física, no habíamos empezado por ahí como Paolo y yo, de hecho, apenas nos habíamos besado y ya sentía cosas por ella, era algo que se había cocinado a fuego lento, desde el amor y el respeto. Lo segundo porque yo si estaba dispuesta a arriesgarme por ella, lo que pasa es que no sabía cómo explicárselo.

—Creo que no lo entiendes— Ella cogió mi mano.

—Creo que ni tú misma lo haces, por eso debes dejar de forzar las cosas, Luz.

—Lo dices porque no te gusto.

—Lo digo porque es lo mejor para todos, para mí, para ti y para él, Luz. Paolo es parte de esto queramos o no y me has dicho mil veces que es muy bueno y que no quieres hacerle daño.

—Y no quiero hacerlo, tampoco entiendo porqué te cuesta tanto reconocer la verdad.

—Luz, no se trata de la verdad, se trata de que no es el momento. —Me senté a su lado.

—¿De verdad tú puedes contenerte? Porque yo no.

—Es mejor que te vayas,Luz—No quería irme en ese momento, solo quería besarla y, por mucho que lonegara, pensaba que ella quería besarme a mi también, pero como ella decía noera el momento, antes necesitaba comprobar una cosa.


Ya sé que este cap es muy cortito, pero si me dejan los viajes y las migrañas mañana escribiré mucho más

A fuego LentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora