Capítulo 9: El Titán Anormal

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La rubia permaneció sentada al lado de Jean sin decir ni una palabra. Aunque la situación no hubiera mejorado, al menos había podido descansar un poco y lo agradecía verdaderamente.

—¡Ayumi! —la llamó Mikasa al mismo tiempo que aterrizaba encima del tejado después de haber utilizado su equipo de maniobras para llegar hasta allí.

La rubia levantó la mirada de inmediato en cuanto oyó la voz de su compañera y se quedó paralizada. Después de todo lo que había pasado se había olvidado completamente de Mikasa.
Antes de ir a la batalla, Ayumi le había prometido que protegería a Armin y a Eren, pero no había podido hacerlo con este último. ¿Como se suponía que la rubia iba a contarle a la pelinegra que el castaño había muerto? Ayumi sabía que estaban muy unidos y darle esa noticia iba a destruirla de la misma forma que lo había hecho con ella misma.

La rubia se levantó nerviosa y Jean lo notó al instante. Si antes sospechaba de que algo había pasado, ver a Ayumi de esa forma, lo confirmaba completamente.

—Ayumi, ¿estás bien? —le preguntó Mikasa al notar que su compañera estaba bastante nerviosa—. ¿Donde está Armin?

—Está... Está allí sentado —le respondió la rubia cuidadosa mientras señalaba hacia un lado del tejado ya que cuando estos habían llegado allí, tanto el rubio como la pelirroja se habían ido a un lado para estar solos.

—¿Y Eren? —le preguntó la pelinegra mirando de un lado a otro al no verle junto a Armin—. ¿Donde está?

—Mikasa...

—¿Que pasa, Ayumi? —le preguntó impaciente—. Dime de una vez donde está Eren.

—Yo... No... —dijo la rubia tratando de encontrar las palabras adecuadas, pero entre el nerviosismo, la culpa y el ardor que sentia en su garganta a causa del cúmulo de lágrimas en sus ojos, no pudo decir nada más.

La pelinegra, al ver que su compañera no decía nada en claro, decidió ir directamente hacia Armin y preguntarle que había ocurrido.
No era tonta. Mikasa sabía perfectamente que había pasado algo ya que era la primera vez que veía a Ayumi de esa forma. Normalmente era fuerte y decidida, pero para que en ese momento fuera todo lo contrario, tendría que haber pasado por algo traumático.
Además, que no quisiera decirle donde estaba Eren, provocaba que la pelinegra se incomodase todavía más.

La rubia observó desde lejos como Mikasa se agachaba para hablar con el rubio.
Este parecía estar igual que antes, así que si Ayumi no había podido decirle nada, lo más probable es que Armin tampoco pudiese.
Entonces, el rubio se incorporó de golpe provocando que todas las miradas de sus compañeros que residían encima del tejado, se fijaran en él.

—¡La unidad trigésimo cuarta de cadetes; Thomas Wagner, Nac Tius, Mylius Zeramuski, Mina Carolina, Eren Jeager... Los cinco han cumplido con su deber y han muerto heroicamente en combate! —exclamó Armin y todos los cadetes abrieron los ojos de par en par sorprendidos.

Todos sabían que había pasado algo con la unidad de Ayumi, pero no esperaban que hubieran tenido ese final tan desgarrador.
Mikasa tuvo la misma reacción, pero adoptó de inmediato un rostro inexpresivo y se levantó. Ésta pasó andando por al lado de la rubia y aún sabiendo lo que había ocurrido, no quiso decir nada.

—Mikasa... —la llamó Ayumi temblorosa y la susodicha la miró fijamente—. ¿Por qué...? ¿Por qué no dices nada?

—Porque ahora no es un buen momento para emocionarse —le respondió indiferente.

—¿Que no es un buen momento? —le preguntó la rubia sorprendida—. ¡Yo estaba al cargo de ese escuadrón y no pude salvarlos! ¡Vi como los titanes se los comían uno a uno! ¡A Eren...! —se detuvo, ya que aunque Armin hubiera confesado lo que le había ocurrido, todavía seguía sin poder decirlo en voz alta—. Eren me salvó la vida y no pude salvarlo —agachó la cabeza resentida y algunas lágrimas cayeron de sus ojos directamente hacia el suelo.

BORN FOR THIS | Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora