Capítulo 14: Deseos Primarios

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Después del gran discurso que había dado el comandante Pixis, fue a reunir a sus mejores soldados, Ian, Riko y Mitavi, para formar la élite que acompañaría al castaño en su misión de sellar el muro.
Por otra parte, Ayumi, Mikasa, Armin y Eren se encontraban en una parte de lo alto del muro apartados mientras esperaban nuevas órdenes.

—Lo siento, Eren —le pidió disculpas el rubio—. Al final, por mi culpa, toda la responsabilidad va a recaer sobre ti.

—En estas situaciones tu siempre tomas la decisión correcta —le dijo el castaño—. Al igual que Ayumi. Siempre confío en ti.

—Eren, yo... —trató de decir la pelinegra, pero el susodicho en seguida la detuvo.

—Esta vez no vienes —le dijo—. Te han asignado al equipo de señuelo.

—Pero yo... No puedo dejarte solo —le explicó Mikasa—. Si lo hago seguro que...

—Corta el rollo de una vez —volvió a interrumpirla el castaño—. Ya te he dicho que no soy tu hermano pequeño ni tampoco tu hijo.

—No seas tan duro con ella, Eren —le riñó Ayumi—. La entiendo. Ya te perdimos una vez y ninguno de nosotros soportaría perderte de nuevo.

—Smith, Ackerman —las llamó Ian, el jefe de la unidad de élite—. Os unís a la unidad de élite que protegerá a Jeager. Necesitamos vuestras habilidades. En marcha, partimos ahora.

Ambas asintieron y junto a Eren, se marcharon con el capitán Ian. En cambio, Armin se fue por el otro lado ya que estaba asignado al equipo de señuelo para distraer a los titanes del muro interior.

La rubia, la pelinegra, el castaño y el capitán, se reunieron con el resto del equipo de la élite y empezaron a correr sin detenerse por lo alto del muro para llegar hasta la gran roca.

—Así que un arma humana de alto secreto —comentó Ian y miró a Eren—. Mientras puedas sellar ese agujero, nosotros te protegeremos. Contamos contigo.

—Si, señor —le dije el castaño.

—Eren, ¿te encuentras bien? —le preguntó Mikasa algo preocupada.

—Si —le respondió sin más.

—Eren —le llamó la atención la pelinegra ya que no terminaba de creer a su amigo.

—Te digo que estoy muy bien —le dijo el susodicho agotado de la preocupación de Mikasa—. Mucho mejor que cuando nos tenían rodeados.

—Más te vale —le advirtió Ayumi—. Porque si nos mientes y no te encuentras bien, todo esto será en vano. ¿Lo has entendido?

—Ya he dicho que si, Ayumi —le respondió el castaño algo molesto—. Dejar de preocuparos tanto por mi.

—Mi misión es preocuparme por ti, Eren —le recordó la rubia y el susodicho la miró sorprendido—. Así que no me pidas que no lo haga.

—Aquí no jugamos a papás y mamás —intervino Riko mientras se posicionaba entre ellos para detener la conversación.

—Ya lo sé —le dijo el castaño algo avergonzado.

—No puedo creer que dejemos el destino de la humanidad en manos de un mocoso como tú —le dijo Mitavi a Eren.

—Silencio —exigió Ian—. Pronto llegaremos a la ruta más corta hacia la roca —echó un vistazo a su alrededor—. Parece que no hay titanes. Los otros deben haber cumplido como señuelos.

—Déjame decirte una cosa, Jeager —le dijo Riko—. Durante esta misión, morirán más de uno y más de dos buenos camaradas y lo harán por ti. Serán compañeros tuyos, de mayor y de menor rango. Por supuesto como soldados están preparados para morir, pero esa gente son algo más que peones sin vida. Todos ellos tienen nombres y familias y todos los sentimientos que eso implica. Todos ellos son seres humanos de carne y hueso. Algunos de los cuales han estado conmigo desde mis días de recluta y hoy muchos de ellos están preparados para morir por ti. Ahora tienes la responsabilidad de asegurarte de que sus muertes no serán en vano. Da igual lo que pase; que tú ingenuo corazón no ignore eso. Y prepárate para morir por su vida.

BORN FOR THIS | Ataque a los titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora