Encantando melodías-Parte 1 (0-200) -COMPLETO-

Capítulo 37: Contemplaciones del castor

Capítulo 37: Contemplaciones del castor

Me gustaría agradecer a mi beta, Akisu, por su ayuda en este capítulo.

10 de noviembre de 1991, Hogwarts

Hermione Granger sabía que ella era inteligente. En la escuela primaria, ella siempre tenía una calificación completa. Excepto por la educación física, por supuesto, pero esa clase realmente no contaba. Los maestros la amaron, apreciaron su dedicación a sus estudios y la alabaron con elogios.

Pero siempre faltaba algo. Había un agujero en su corazón, una desesperación por conectarse con alguien remotamente cercano a su edad, cualquiera lo haría, de verdad. Cuando recibió su carta de Hogwarts, Hermione estaba entusiasmada con la posibilidad de aprender magia real, pero también con la posibilidad de hacer un amigo. Después de todo, ese debe haber sido el problema. Ella era una bruja y, por lo tanto, debería tener amigos que también sean magos y brujas.

Sin embargo, no fue así. Hermione estaba tan aislada como solía estar en el mundo del muggle. Sus compañeros de clase se burlaron de ella por ser un ratón de biblioteca y la llamaron como 'mascota de maestro', y ella lo odiaba. Se suponía que Hogwarts era un nuevo comienzo, no era más de lo mismo sino con la magia involucrada.

Apenas se resignó a una vida de soledad una vez más hasta ese fatídico día en que conoció a Harry Potter. Era un chico Slytherin de su año. A Hermione no le caía bien al principio. Y no fue porque estaba celosa, porque no estaba celosa, en absoluto. De acuerdo, ella podría haber estado un poco celosa. Era demasiado bueno en todo. Recibió cada hechizo por primera vez, respondió cualquier pregunta que le hicieron los profesores y, sobre todo, tenía amigos.

Los profesores amaban a Harry Potter –, excepto a Snape, es decir, por alguna razón. Era extraño que a su jefe de casa no le gustara tanto sin razón alguna, pero el profesor Snape fue grosero con todos. Pero lo que más le molestó a Hermione fue el hecho de que tenía amigos. Nadie lo llamó por su nombre ni se burló de él. Por el bien de Merlín, probablemente pasó más tiempo estudiando que Hermione y ella era la que se llamaba ratón de biblioteca.

El muggleborn comenzó a observarlo, con la esperanza de descubrir cómo pudo persuadir a todos para que lo trataran mejor, y ella no obtuvo absolutamente nada. Después de un tiempo, ella solo trató de hablar con él, y fue entonces cuando hizo clic. Harry era un tipo realmente agradable que hacía muchos estudios personales. Simplemente eligió un tema al azar y cuando no entendió nada, solo miró un libro sobre el tema. Eso lo hizo mucho más conocedor de lo que cualquier estudiante de primer año tenía derecho a tener, pero Hermione no pudo evitar impresionarse.

Fue sorprendente que se encontrara amiga de él. Era fácil hablar con él, sobre académicos y todo, y también era muy conocedor del mundo del muggle, que era extraño para un vástago de una vieja familia como los Potters, pero al muggleborn realmente no le importó, porque facilitó el flujo de su conversación.

Él fue su primer amigo y un verdadero genio. Hermione era inteligente, lo sabía. Ambos comenzaron a aprender magia al mismo tiempo, pero Harry podía aprender algo en una fracción del tiempo que necesitaba. Fue humillante ver que sucediera en acción. Cuando Hermione quería aprender un nuevo encanto, pensó que invitaría a Harry como un ejercicio de unión. Aprendió el hechizo en dos minutos cuando le tomó horas hacerlo. Simplemente miró el libro, leyó las instrucciones e intentó los movimientos de la varita un par de veces, y simplemente lanzó el hechizo.

Harry Potter era exactamente el amigo que necesitaba. Era brillante, comprensivo, amable y tenía un extraño sentido de sabiduría para él. Era extrañamente distante y desinteresado en muchas cosas –, una de las cuales resultó ser Quidditch –, pero Hermione pudo disculpar algunas peculiaridades en comparación con lo maravilloso que era. Harry siempre trató de ayudarla incluso cuando estaba siendo difícil –, lo cual no era frecuente, por supuesto. Hubiera sido su amigo de por vida si no fuera por una sola cosa. Él era un Slytherin.