Encantando melodías-Parte 1 (0-200) -COMPLETO-

Capítulo 66: Planificación de un atraco

Capítulo 66: Planeando un atraco

Me gustaría agradecer a mi beta, Akisu, por su ayuda en este capítulo.

2 de agosto de 1992, Diagon Alley

Aprendió una cosa con certeza y ese fue el hecho de que Dumbledore era jodidamente aterrador. No quería tener nada que ver con el hombre, de verdad, pero eso fue todo.

Con determinación en sus ojos, el último Potter proclamó: "Esto no ha terminado. Me volveré poderoso y sobreviviré. Esta es una promesa."

Hoy fue el día. Harry se había despertado por la mañana con una gran sonrisa en su rostro. Vivir en Diagon Alley y poder hacer magia sin que nadie dijera nada era simplemente increíble, pero después de un mes de soledad, estaba un poco solo.

El sentimiento fue sorprendente; en su vida anterior, no tenía a nadie. Cuidó de su familia, de su hermano, pero eran familiares. En cierto modo, disfrutó el tiempo en que podía pasar solo, algo que lo hizo sentir como una mierda después de que su hermano falleció. Por desgracia, la vida era cruel e irónica de esa manera.

Y, sin embargo, aquí estaba, libre de cualquier obligación, libre de cualquier supervisión, y se sentía solo. No había esperado estar tan apegado a sus amigos así, especialmente teniendo en cuenta la diferencia de edad mental. Incluso si fuera más un tecnicismo. Honestamente, mirando hacia atrás al año anterior, realmente no debería haber actuado de esa manera. Era impulsivo, cobarde y vengativo. La forma en que humilló a Malfoy por insultar a sus padres fue prueba de ello. Había pasado años como educador en su vida anterior, y sabía que podría haberlo manejado mejor. Aunque, solo enseñó a estudiantes de secundaria, que eran mucho más maduros – si un poco rebeldes – que sus compañeros de clase.

Honestamente, la forma en que rechazó el intento de amistad de Longbottom se debió a su miedo. Neville Longbottom fue el niño que vivió. El peligro lo seguirá hasta los confines de la tierra, y Harry no quería tener nada que ver con eso.

Pero la pequeña rivalidad que tenían no era algo que hubiera hecho en su vida pasada. Simplemente se habría encogido de hombros y dejaría que los niños lidiaran con su propio desastre. Su opinión no debería haber importado, y sin embargo lo hizo.

Harry tuvo que admitir que era diferente del hombre que solía ser. Era maduro para un niño de su edad, pero en realidad no tenía la madurez de un adulto. Esta dicotomía fue confusa. Tenía el alcance emocional de un niño y los recuerdos de un adulto. Y en cierto modo, Harry no quería seguir siendo el mismo hombre de su vida pasada.

Recordó lo vacío que estaba el hombre. No tenía ningún propósito, ambición, amor, odio, ira. No tenía amigos ni rivales, y fue solo el acto de enseñar lo que trajo una chispa de pasión a su vida. No soñaba con la riqueza y, sin embargo, ansiaba amor, pero no sentía que alguna vez pudiera sentirlo o que alguien lo sintiera por él, incluso si no entendía lo que realmente era el amor. Harry todavía no lo entendía, para ser completamente honesto, y sin embargo tenía la esperanza de que alguna vez lo sentiría. Harrison Smith era como un títere de carne que estaba pasando por los movimientos, esperando que algo llenara el agujero interminable dentro de él, y, sin embargo, en el fondo sabía que las posibilidades de que eso sucediera eran escasas.

Al vástago Potter le gustaba distanciarse del hombre. Le gustaba pensar que eran dos personas diferentes, incluso si las dos tendían a superponerse. Tal vez fue un intento desesperado de no compartir H el destino del hombre, y si eso significaba que le quedaba un fragmento de inmadurez, entonces era un precio que estaba dispuesto a pagar.