Capítulo 12

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D O C E

Leal Lombardi.

Miro  a mi alrededor y sonrio con satisfacción. La recepción había  quedado totalmente impecable, tal como me la había imaginado desde el principio.

Escogí  un lugar  un tanto alejado de la parte central, porque quería que también tenga un toque de la naturaleza  y no solo un salón elegante .

—Misión cumplida Señorita   —dice Enzo a mi costado mirando a su alrededor con una copa en la mano.

Con el antifaz negro que tiene, parece un hombre más maduro de lo que es  , lleva un esmoquin negro y camisa blanca. En estos 3 meses , su aspecto  dio un cambio radical pasando de un chico flacucho, a un hombre bien formado, si antes atraía miradas imagínense ahora.

Habíamos aprendido a complementarnos a la perfección, pero sabía que eso estaba llegando a su fin, porque aunque me quisiera engañar, yo no era una mujer que le gustara tener  chófer, ni mucho menos que me defiendan. Me gustaba la adrenalina de mi Lamborghini y era algo que estaba extrañando de sobremanera.

— Dentro de una semana Llegará Camila.

Vi por el rabillo de mi ojo como Enzo Sonreía  bajando la mirada.

— Se lo que eso significa , y aunque te extrañe mucho haré todo de mi para cuidar a su hermana.

— Se que lo harás,eres como mi hijo Enzo — dije mirándolo cálidamente a los ojos.

—Y  tú como mi madre, nose que habría sido de mi y de mis hermanas  si no me hubiese resbalado ese día, donde estaríamos y que sería de nosotros  —dijo como si estuviera imaginándose esa perspectiva ahora mismo.

— Tarde o temprano la vida te hubiese recompensado Enzo estoy segura.

××¥××

Empiezo a bajar las escaleras, con un vestido negro de tirantes ceñido a mi cuerpo , qué tiene una abertura en la pierna derecha , labios rojos y tacones qué realzan mis 1.67. Llevo un moño con varios mechones sueltos, un collar de perlas  y una antifaz negro con toques plateados.

Doy una vista rapida a todos los invitados qué se encuentran enfrascados en su propias vidas, tomando y riendo, pero también percibo muchas miradas lujuriosas de varios hombres.

Sé que podría tener una aventura  con varios de los  presentes ahora mismo , era una mujer joven y tenía un buen cuerpo , pero mi corazón era tan obstinado qué sólo quería, y anhelaba a uno.

Uno que está a punto de casarse...

No les voi a mentir ahora parecía estar llevandolo bien , ya saben que él se fuera casar. Aria y mi papá pensaban que lo estaba  superando, pero solo yo sabía, que  ese hecho estaba muy lejano todavía.

Tenía tanto pavor de  encontrarmelos hoy, habían demasiadas posibilidades que vinieran, ya que eran una de las empresas que habían colaborado y yo como la anfitriona de la fiesta tenía que saludar a cada uno de los dueños qué habían colaborado a mi organización.

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Habían terminado de tocar una de las piezas de piano de la noche, cuando nuevamente por casi décima vez mire el salón lleno de gente y no los vi por ningún lado. Había pasado más de 1 hora que la recepción había comenzado y ellos no daban signos de aparecer.

Así qué me permití exhalar  y comenzar a disfrutar del momento, no me malentiendan pero es que no podía estar tranquila sabiendo qué nuevamente tendría que enfrentarlos a ellos dos, y saber que mi corazón iba a terminar rompiéndose más de lo que ya estaba.

— Leal, para de hacer eso.

—Qué pasa Aria? — me hice totalmente la desentendida  mientras mis labios probaban la  4ta copa de champán.

— Al parecer no vendrán y creo que ya lo has comprobado por ti misma, relajate.

Aria nos conoce Leal, no puedes engañarla.

Y así hubiesen aparecido, yo no hubiese dejado que los enfrentes sola, no hoy, no  cuando me he dado cuenta cuanto te sigue doliendo.

No le respondí nada y voltee la mirada hacia un lado antes de que  una lágrima traicionera saliera de mis ojos.

— Pronto me dejara de doler, estoy segura.  

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Tengo los pies hinchados, ya que hoy mi misión es usar unos  tacones más  grandes de lo normal. En el mundo de los negocios tenías que imponer presencia para que te tomen en cuenta y  si eso es lo que tenia que hacer para recibir más donaciones  para  lo haría.

Ya no aguantaba , así que salí del salón principal subiendo al segundo piso, con dirección a uno de los balcones ,probablemente no haiga nadie allí, porque había visto gente en los jardines.

Necesitaba aire y mis pies clamaban un respiro y , no podría quitármelos cuando esten todas las personas mirándome, tenía que guardar compostura y profesionalismo.

Callé abruptamente mi gemido de alivio, ya que me había quitado mis tacones , a lo que mis ojos veían.

Trate de pensar en el peor día de mi vida y nada pareció  compararse a este momento.

¿Marcello?, intenté llamarlo, pero su nombre quedó atorado sin poder salir .

¿Por qué  Marcello tenía sus manos bajo su vestido? ¿Por qué sus labios pecaminosos mordían lujuriosamente su cuello?

¿Por qué?

¿Por qué no era mi nombre el que gemía?

¿Por qué no dice Leal  en vez  de Brenda?

Salgo del balcón cubriéndome la boca para que no escape sonido alguno y me estampo contra la pared más cercana, porque era lo único que podía ayudar a  qué  mis piernas no  fallasen y caiga al suelo.

Es mi culpa, nuestra culpa me atormentaba mi conciencia

Yo, yo lo había perdido

Y esta vez para siempre.

Por esperar demasiado,

Por haber sido una tonta,

Por no haberle dicho que yo también lo amaba y que merecíamos otra oportunidad.

Quería ir y reclamarle a Marcello , pero luego me dije a mi misma.

¿Con qué derecho!?

Él era libre para escoger, para decidir con quien estar  ¿Quién era yo?

Solo somos su pasado, leal.

El es libre , y puede hacer lo que desee.

Libre... Me repetía yo misma una y otra vez.

No podía  sostener más mis lágrimas , así que me puse mis tacones y salí  con la mirada  un tanto perdida controlandome rumbo al jardín.

Cuando sentí que estaba lo suficientemente lejos deje mis tacones  en el suelo sin importar que se dañaran.

Llegué al pasto y me dejé caer
al suelo , clave mi rostro entre mis rodillas y lloré hasta  quedarme sin aire.

PERVERSAS INTENCIONES +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora