Capítulo 22

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Leal Lombardi

—No me hagas repetirlo, abre esos ojos Leal.

Me levanta en sus brazos como si no pesara nada, como si fuera un trapo qué puede mover a su antojo y no puedo evitar imaginarme como sería ser embestida contra la pared por este hombre.

<< concentrate  , concentrate >>

Sus manos bajan a mi muslo de forma inesperada, sigilosa y no puedo evitar tensarme mínimamente ante él, pero me controlo y continuo fingiendo, me sorprende que no me haya tomado el pulso, al parecer le importa poco o nada si continuo viva o muerta.

¿Qué esperabas ? ¿Esperabas importarle ?

Por supuesto que no.

Traza caricias lentas en círculos, desde mis tobillos hasta el inicio de mis glúteos, quiero que suba más arriba, pero no lo hace, solo llega hasta allí y luego baja lentamente repitiendo el patrón varias veces, torturándome como si supiera que estoy despierta y que me siento excitada y quisiera castigarme.

Siento la pérdida de su toque, cuando me deja en el asiento de su auto un Bugatti Chiron Profille, valorizado en  10 millones de euros.

Alessandro Bianchi destila elegancia,  lujo, belleza, y es un estimulante sexual andante.

Su atractivo es innegable, eso no entra en discusión, solo falta mirarlo unos segundos para darte cuenta de que es perfecto en todos los sentidos,el condenado tiene todo en su lugar.

Es la mezcla perfecta de hombre con dinero, llamativo, exótico, enigmático.

—Estoy ocupado, me quedé viudo, sí, alista el funeral, y consígueme esas gotas donde parece que lloras como el infierno.

¿Qué?

— Lo que oíste, creo que le dio un paro cardíaco y quedo tiesa, ah me olvidaba, llama a una grúa y encárgate de ese horrible Lamborghini qué lo lleven al desguace.

Aguanto el impulso de levantarle y darle un lapazo para que se calle, con mi bebé nadie se mete.

—Ya te lo dije, se murió o eso parece, si revive ya será cosa suya, no haré nada para reanimarla.

     ¥

Abro un ojo y lo cierro, me quedé dormida en medio de mi actuación y solo pude reaccionar cuando me tiraron a este colchón tan suavecito qué me dan ganas de quedarme a dormir.

Mi ojo traicionero se vuelve a abrir porque no puedo evitar caer en la tentación de verlo un poco más, aprieto mis piernas en un intento por detener la inminente humedad entre ellas, mi coño palpita anhelante de algo que calme mis instintos más carnales.

Mis entrañas maldicen ante tan agradable panorama, quise apartar la mirada, solo dios sabe cuanto , pero me es inevitable, no comérmelo con los ojos, comenzó con el suéter, dejando a la vista su torso firme y musculoso, la prenda cayó al suelo evidenciando esos brazos llenos tinta junto a sus venas qué se marcan dolorosamente en él, dejándome ansiosa de seguir viendo que esconde bajo el pantalón.

El sonido de la cremallera hace qué no pueda apartar la vista, tira la correa, el pantalón y por último su  bóxer, estimulándome con unos glúteos, qué se ven completamente endurecidos, de un tamaño perfecto junto a sus piernas tonificadas y esas caderas de las cuales mis piernas se podrían enredar mientras me embiste fuertemente.

Da unos cuantos pasos adelante y mi corazón va a mil por hora esperando su siguiente movimiento.

<<Santo dios  >>

PERVERSAS INTENCIONES +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora