Treinta y cinco.
Perdón por demorar.Pero Leal quiere continuar contándoles su historia.
****
Leal Lombardi
—¿Me estás diciendo que en caso tengan cachorros... ¿Tú los quieres vender todos y repartir las ganancias a la mitad?
—No...—se apresura a negar instantáneamente con la cabeza y yo levanto una de mis cejas — No a la mitad exactamente. A ti te correspondería el 40% y a mí el 60%.
—¿Por qué a mí menos? —pregunto fingiendo interés. Jamás haría algo así con Rex.
Sí, no les voy a mentir. La idea de que el perro de mi guapo marido sea un padre con sus lindos cachorritos era algo tentador, pero no así. No de esta forma.
— Esta es la 4.tª vez que hago esto con Sora. Ella es una buena madre y es más duro para ella porque llevará a los cachorros. El trato es 60 y 40. ¿Aceptas?... —sonríe—Si lo haces, nosotros también podríamos realizar actividades altamente divertidas.
—¿Qué califica para ti como una actividad divertida? ¿Destreza mental? ¿Ajedrez? ¿Damas?— hago un mohín pensativa — ¿O será la Destreza física? ¿Cuchillos, navajas? —bato mis pestañas con fingido entusiasmo mientras mis labios no pueden evitar moverse de manera sensual esperando alguna reacción del mezquino hombre explotador de animales. —¿Armas? Podemos entrar en confianza, soy experta en todo .
— ¿Dé que demonios estás hablando? Me refería a que podemos follar un rato...—Quiere acercarse y...
—¡Lombardi!— La voz de mi esposo me hace quedar en blanco por unos segundos pensando seriamente si han sido ideas de mi loca imaginación o si de verdad el elocuente hombre de 1.98 está cerca de mí. Cerca de mí y gritando con esa voz tan candente y tan ...
Carajo Leal ....
—¡Leal Lombardi de Bianchi! —gritan una vez más y claramente es el mentiroso de mi marido. Tomo aire lentamente y volteo encontrándome a un Alessandro con el traje totalmente desaliñado, con la expresión completamente diabólica ,causándome escalofríos .
He visto a Alessandro enojado. Pero Jamás lo había visto de esta forma. Sus puños cerrados, sus hombros tan tensos mientras camina directamente hacia nosotros, mirándonos como si quisiera matarnos a ambos .
El hombre que recientemente insinuó que podría engañar a mi marido sin que nadie lo supiese, retrocede como si hubiese visto un fantasma.
Yo por mi parte recupero la compostura y no me dejó intimidar o al menos no le doy el gusto que me vea de esta forma por él. Ni él ni nadie me va a poner la mano encima nunca más. Así que hago lo que mejor sé hacer. Fingir. Sonrío como el acto más natural del mundo, mientras en silencio le pregunto algo que estoy segura, él entiende a la perfección.
¿Qué carajo haces tú aquí?
Al instante en sus hermosos ojos grises noto que ha entendido mi mensaje y él muy idiota hasta me devuelve la sonrisa.
Todo en él me atrae, no sabría explicarles a la perfección lo que me hace sentir, pero son como llamas vivaces eléctricas jalándome, llamándome hacia él.
«Él me hace estúpida y no me gusta»
Sonríe, pero no quita la rabia de él. Lo noto, lo conozco. Está más que disgustado, más allá de ello. Si él esperó una esposa sumisa y abnegada que se joda. Pero mi valentía se esfuma cuando siento su mirada dura y penetrante sobre mí, mirándome como si fuera lo único que existe en este lugar.
ESTÁS LEYENDO
PERVERSAS INTENCIONES +18
RomanceElla creía ser irremplazable ,pero se confundió, él se ha enamorado de alguien más y ella a quedado atrapada en un matrimonio de mentiras. Ahora con un corazón roto, una empresa en ruinas, un divorcio. ¿Leal Realmente podrá encontrar la felicidad...