Capítulo 28

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Leal....

Me siento en el sillón, mientras la rubia empieza a prender la chimenea desesperada moviéndose como si tuviera mil manos, preparando la mesa, poniendo un individual navideño y alistando una taza de porcelana lista para servir el chocolate.

Chocolate, qué estoy segura no es para mí.

Apenas Alessandro entró a la cabaña, empezó a tratarlo como si él fuese la única cosa que pudiera contemplar. Quizo hasta desvestirlo en frente mío, poniendo como escusa qué su ropa estaba húmeda, lo peor de todo es que él no hizo nada para detenerla.

Al menos tengo a Rex, qué no ha dejado de gruñir, aunque la potencia es considerablemente baja luego de que Alessandro lo regañara. Está echado a mi costado mirando con cara de pocos amigos a  Chloe.

— ¿Hace cuándo tú y él se conocen? — dice acomodando la mesa sin mirarme.

— 6 meses. — optó por no decir que la primera vez que él me vio, yo no estaba consciente porque no tengo ganas de darle explicaciones.

— Me da gracia toda esta situación. — muestra una sonrisita.

—¿Por qué? —levanto una ceja tratando de sonreírle cosa que realmente no puedo.

Ella no me agrada.

—Porque se conocen hace poco y ya se han casado .

— Fue amor a primera vista —me encojo de hombros.

—Querida, conmigo no te confundas.

—¿Perdón? —finjo una sonrisa, aunque estoy segura de que salió como una mueca rara, la detesto.

—Lo sé todo.

—¿Y se puede saber qué cosa sabes? —me hago la idiota, mientras acaricio la cabecita de Rex —Digo para que me cuentes.

— Sé que esto es una mentira , así que deja de fingir, conmigo no es necesario cuando todo esto termine, Alessandro te botará.

—¿Cómo estás tan segura que me botara?— acomodo mi cabello detrás de mi oreja y la miro expectante — Al final podría enamorarse de mí y rogarme qué me quede con él.

—Él no le ruega a nadie, mucho menos a ti.

—Pero a ti si te rogaría ¿No es así?

— Tampoco se enamorará de ti —no contesta mi pregunta —Así que deja de hacerte ilusiones.

—La que se hace ilusiones de que te hará caso eres tú, creo que está de más recordarte que yo soy su esposa.

—Esposa Falsa, querrás decir.

—Esposa a fin de cuentas —sonrió —Además debe ser muy pero muy feo.

—¿Qué cosa?

—Qué haya preferido a una completa desconocida para ser su esposa, que a ti, su amiga de toda la vida.

—Perra.

—Señora Bianchi para ti.

Viene directo hacia mí con las cejas fruncidas, el rostro totalmente rojo, mis piernas se mueven y reacciono ,no voy a permitir que me toque un solo pelo, sobre todo ella, la furia en sus ojos en evidente.

Rex sé poza delante de mí y ladra con una furia inigualable ,se ha transformado totalmente de un ser adorable a una arma de matar, su boca está abierta monstrando todos sus dientes y los que más sobresalen son los caninos, dando a entender que podría destrozarla fácilmente en un santiamén si así lo quisiera.

PERVERSAS INTENCIONES +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora