CAPÍTULO 18 - Dormir

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A medida que el tiempo fue avanzando, mis párpados fueron quedándose cerrados. Sólo podía sentir el aire fresco entrando por la ventana, y la respiración de mi esposa. Quién, hacía rato había cerrado los suyos.

Y entonces.
finalmente.
pude dormir.

Soñé que caía, pero al despertar nada había.
Solo éramos yo y la nada. La nada y yo.
Era extraño, pero podía ver mis manos y sentir mis dedos moverse. No, no era algo irreal, no era una ilusión, era la realidad.

Cruel realidad.

Pero, seguía sin reconocer el sitio en el que me encontraba. Era un vórtice vacío y oscuro, sin nada a mi alrededor.
La nada misma.
Ella me rodeaba.
Entonces, antes de darme cuenta, me dí cuenta de que nada tenía sentido.

Digo, no es como si lo hubiese tenido en un inicio—Pero esa sensación de "hacer lo correcto" hacía tiempo se había esfumado.
Pensé que al despertar estaría Franziska o alguien más esperándome, pero parece ser que, aquél mundo tranquilo y calmado ahora se había convertido en...esto.

Miseria pura.
Quería despertar.
Pero no podía despertar.

Intenté mover mis piernas, pero no sentí que estuviera avanzando hacía ninguna parte.
De hecho, para mi, nada tenía sentido ya.
No tiene sentido caminar en el vacío, si de todas formas ya estás perdido. Digo, no tiene sentido buscar algo si ya se que no encontraré nada.
No encontraré a Franziska.
Ni el campo verde.
Ni la mesa con los juegos de té, las sillas y la sombrilla.
Ella se fue.
Todo se fue.

Solo podía pensar en una cosa:

¿por qué?
¿Por qué se fue?
¿Por qué Franziska ya no está aquí?
¿Por qué si Franziska ya no está, sigo volviendo aquí?

Entonces recordé sus palabras.
Vagamente las recordé:

"Eres tú quién decide volver aquí"

¿Yo quise volver aquí? ¿Yo quise estar aquí? ¿Aparecer aquí? ¿Vivir aquí? ¿Existir aquí?

¿Qué sentido tiene? Ahora que ella se ha ido, nadie escuchará mis problemas. Nadie me dará soluciones.

Estoy solo.
Terriblemente solo.
Abrumadoramente.
Lamentablemente.
Deplorablemente.
Tristemente solo.

Me tomó un rato darme cuenta de eso.

Ahora solo quería despertar.
Dejar de dormir.
Despertar de esta realidad.
Pero nadie podría hacerlo. Solo yo podía, pero era inútil, no sabía cómo.

Solo puedo preguntarme porque se fue, y porque decidí volver. Digo, no es como si fuese a aparecer de la nada atrás mío.

¿Oh si...?

—¡Ka-Bum!—

De pronto, unas manos cubrieron por completo mi ya confusa vista.
No supe como reaccionar. Tardé en darme cuenta que no sentía bien mis ojos.

—¿¡Quién eres!? ¿¡Fran!?—

Era imposible que fuese ella, pero, por si acaso dije su nombre. Sin embargo, la claramente persona menor de voz chillona negó rotundamente.

—¡Buu, incorrecto! ¡Es muuuuy fácil!—

No habían muchas personas que conociera que actuarán así.
Pero, de todas formas, sentí como si ya hubiera vivido esto antes.

—¿Acaso eres...-

—¿Una coliflor? ¡Imposible! ¡Nonsense!—

—¡No, no!—
Esa palabra fue suficiente para darme cuenta.
—¡Eres...Nea!

—¡Cooooorreectoooo!—

  Ella quitó sus manos de mi cama, y se postró frente mío.
  Se veía tan... diferente.
  Tan pequeña.
  Tan inocente.
  Tan orgullosa.
   Esta era la Nea Prower que recordaba.

—¿Qué haces... aquí?—

  Pregunté completamente desconectado de la situación en la que nos encontrábamos. Ella simplemente sonrió y respondió a mi pregunta inocentemente a su modo.

—Bueeeno, Nea no lo sabe, ¡Pero está feliz de ver a papá aquí! Aunque le dolió un poquito que no lo adivinara rápido. —Una expresión de puchero y victimismo infantil se hizo presente en ella. —Ya no te importa Nea, no?—

  Lo peor de todo, fue darme cuenta de que realmente le había sentido, porque de un momento a otro, mi mano se encontraba sobre su cabeza, acariciándola.

—N-no es eso. No esperaba verte en este lugar, Nei. Eso es todo. —

  Rápidamente, su expresión de "suma tristeza" Se convirtió en una rebosante de alegría y energía. Y no dudo en darme uno de sus característicos abrazos mortales.

—¡¡Teeeeee quierooo!!—

Podía sentir mis huesos crujiendo, por a su vez, sabía perfectamente que sería inútil intentar apartarla de mi en este estado.

—Y-Yo también...—

   Apunto de quedarme sin aire, dije esas palabras e intenté apartarla lejos, pero era imposible, ¡Era peor que una piraña!
   Finalmente, el abrazo mortal se terminó antes que el aire de mis pulmones, y pude ver aquella maligna expresión de felicidad en ella.

Pero.
Lamentablemente.
Los buenos momentos nunca son para siempre.

  Como una bruma negra interponiéndose frente a mi, toda aquélla felicidad que pude haber experimentado momentáneamente, fue consumida

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  Como una bruma negra interponiéndose frente a mi, toda aquélla felicidad que pude haber experimentado momentáneamente, fue consumida.
Consumida por el vacío.
Cuando volví a parpadear, el techo, el silencio, el dolor de cabeza, y la suave brisa nocturna me invadian.

Desperté con sudor corriendo bajo de mi frente y el ya mencionado malestar que iba intensificandose de a poco.

Miré alado mío y ella ya no estaba.
Ya no estaba durmiendo a mi lado.

Tal vez.
Solo tal vez.
Quiera volver atrás en el tiempo.

Quiera volver atrás en el tiempo

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Continuará...

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SweeLuci se despide y vuelve a su tumba!!!

The Stars Shine At the Night Sky| PT. III | TLSWC |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora