CAPÍTULO 59 - Pacto de Muerte

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Ahora todo está roto.
Completamente destruido.

Me agarro la cabeza con las dos manos, pensando, recapacitando, intentando comprender mínimamente por qué.

Pero no hay un "por qué"
No hay nada.
No hay razones por las qué pueda decir que "pasó lo que pasó"
Y yo, que siempre me considere un padre mediocre, ahora me sentía completamente cómo si hubiese sido un fantasma por dieciséis años.
Sigo velando por respuestas que me guíen a entender por qué mi hija tuvo que irse de esta forma.

¿Por qué tuvo que irse?
¿Por qué?

Ya no queda nada entre mis manos.
Me siento completamente vacío cuando pienso en que ya no volveré a verla sonreír.

Nunca jamás.

Y eso me comenzaba a irritar. Me comenzaba a fatigar.
Al principio, no dormí las noches siguientes al suceso. Mí mente quedó en blanco, llena de incongruencias y malestares que se manifestaban como sombras en las esquinas de cuarto.
Luego, cuándo cerraba mis ojos, oía una voz que susurraba palabras incomprensibles a mí oído.
Eran débiles palabras saliendo de una voz afónica, pero, fueron aumentando sutilmente el volumen, hasta que una frase pudo formarse.

"Quémalos"

Las ojeras de mi rostro, junto con las arrugas formadas por las malas condiciones de sueño que tenía.

"No...No puedo dejar esto así. "

Y, radiante cómo una llama, se gestaba un deseo a fuego lento.

"Debo...buscar al culpable... de esto..."

¿Había un culpable?
Había un culpable.
Y era la sombra que nos ha estado asechando todo este tiempo.

"Ya es hora de terminar con esto."

Eso fue lo que determiné una semana atrás.

Y lo iba a hacer yo solo.
Yo debía ser quién destruyera a esa máquina.
Yo debía ser quién vengara a Nea.
Yo...

Solo quería acabar con todo.

Cálida y templada noche de verano

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Cálida y templada noche de verano.
Dónde el silencio abrasador en la planicie llena todo el espacio vacío que hay en mí.
O al menos, era lo que deseaba que ocurriera.

En cuestión de horas, hice una llamada de emergencia para alertar a mis amigos y aliados de Green Hill, que la cosa se pondría sería ahora.
A los primeros que marqué, obviamente, serían a Sonic y Amy. Ellos recibieron un resumen bastante apurado y mal hecho de la situación, y les dije que en unos días, apenas saliera el sol, me esperaran para hablar seriamente de toda esta situación.

Y, obviamente, para no perder el tiempo, había comenzado a guardar todas mis pertenencias de valor en una maleta. Pero, no solo hice eso con mis cosas, sino que también fui acomodando las pertenencias de mí esposa en su maleta también. Todos nos iríamos de ahí a penas el sol saliera.

The Stars Shine At the Night Sky| PT. III | TLSWC |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora