ADVERTENCIA:
A diferencia quizás de las otras dos partes de esta obra, The Stars Shine PT III:"The Stars shine at the night sky" contiene escenas, momentos y arcos los cuáles tratarán con temas como la depresión, el suicidio o ideas suicidas. Si est...
Sus palabras entran repentinamente poe mis oídos en una fría noche de invierno. Mí mano seguía haciendo garabatos mientras pensaba en que responder.
-Hay más planetas y estrellas. -
-¿Qué hay después de las estrellas?-
-Mas estrellas. -
-¿Y después?-
-Supongo que-Volteo a ver al cielo nocturno-Algun día lo sabremos. -
-Mi papá es militar espacial. Quizás cuándo vuelva me lo diga, si mamá me deja verlo. -
-Me gustaría viajar algún día al espacio. -
Continué mi dibujo a la par que decía esas palabras. Agarré el lápiz azul con el que pintaría el cielo, y lo difumine suavemente con mi dedo.
-Quiero viajar contigo. -Dijo Nav mientras miraba a la ventana. -Y así podremos fotografiar a las estrellas. -
-Algun día-Respondí con una sonrisa, a la par que finalizaba mi dibujo. Un hermoso cometa-
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Cuándo me enfermé, empecé a asistir a hospitales y rápidamente me internaron en uno al centro del pueblo urbano donde vivía. Dejé de ir a la escuela, naturalmente. Y estudiaba en el hospital. Los maestros me traían la tarea, pero, un día no lo hicieron. Lo hizo una niña. Una niña de mi edad.
Cabello azul celeste. Ojos azules y uniforme igualmente de los colores de su cabello. Ella parece haber corrido mucho, por lo cansada que estaba.
Me sorprende que sepa mi nombre completo. Poca gente lo conoce. Poca gente debería conocerlo.
-¡Aquí está tu tarea!-
Ella me entrega apurada un montón de hojas desordenadas e incoherentes, antes de retirarse.
Pero no dejo que se vaya.
-¡Espera!-Exclame, haciendo a esa pobre chica estremecerse. -
-¿Qu-Qué... Quieres?-Ella se da la vuelta dramáticamente, con una expresión que combinaba la pena con el dolor, la desesperación y vergüenza más absolutas que jamás he visto. -
-¿Cómo sabes mi nombre entero?-
Parece exaltarse ante esa pregunta. Quizás lo estaba haciendo sonar como un crimen de guerra.
-¡B-Bueno, La profe Chrysam-me lo dijo!-
Su nerviosismo me ponía nerviosa. Pero quizás estaba siendo demasiado quisquillosa con estas cosas.
