-NARRA DEAN-
De repente noté como un láser rojo me apuntaba justo en el pecho. Procedía de un hombre escondido entre los arbustos que poseía un arma de fuego. Observé mi alrededor. ¡Había más de una docena de hombres armados! Una parte de mi se estremeció, pero otra, la más fuerte, enloqueció (sí, aún más).
-Levanta las manos y dirígete hacia ese árbol-dijo el hombre que me apuntaba, que parecía ser el líder-. Sí, así es. Ahora apóyalas el él.
Seguí todas sus instrucciones, y después se acercaron a mí y un hombre empezó a ponerme las esposas. Ese era el momento que esperaba. Cuando iba a terminar le di un codazo en el pecho con el que calló al suelo. Todos sus compañeros me apuntaron con sus armas.
-No deberías haber hecho eso-dijo el líder.
Sonreí con suficiencia y me di la vuelta para irme.
-¿Tú quién te crees que eres, chaval? No eres especial, recibirás el mismo trato que cualquier otro fugitivo. Vuelve aquí.
-Yo no soy una persona normal, soy Dean Ambrose-le volví a sonreír y seguí caminando.
Avanzó con paso decidido en mi dirección, me cogió del brazo y me dio la vuelta con un movimiento. Le lancé una mirada amenazadora que él sostuvo, el era mucho más bajo que yo, lo que hizo que se me escapara una risilla.
-¿Tú de qué te ríes? ¿Te éstas riendo de mí? Mira, ahora mismo mismo nos vas a acompañar a comisaría-dijo con tono de enfado.
-Sí, lo que tú digas umpa lumpa.
Ante la falta de respeto sus compañeros se aproximaron a nosotros. Moví mi cabeza con un gesto de desaprobación. No podía perder más tiempo. Le asesté un golpe en la cara al líder y luego otro donde más le dolía, los demás me apuntaron con sus respectivas armas. ¿De verdad pensaban que eso me iba a detener? Ya no tenía nada que perder, sólo podía ganar.
Embestí contra el primero de ellos y le quité su escopeta y le golpeé la cabeza con ella. Quedaban diez hombres en pie. Les apunté con la escopeta uno a uno mientras todos ellos me apuntaban a mí. Dos de ellos dispararon sus armas hacia mí, así que rodé por el suelo para esquivar las balas. Estaba a los pies de uno de los que habían disparado, lo que aproveché para meterle el cañón de la escopeta por el culo. El hombre calló sobre mí y lo lancé contra el otro soldado que había tratado de matarme. Tres de sus compañeros huyeron asustados, me quedaban sólo cinco. Me rodearon entre todos y poco a poco fueron acercándose. Esperé a que estuvieran hombro con hombro, muy cerca de mi, y entonces giré sobre mí mismo con los brazos extendidos para tirarlos a todos al suelo, casi como si fuera un "lariat".
Disparé a cuatro de ellos en el brazo, no quería matarlos, pero no veía otra opción para detenerlos. El quinto se levantó y me dio una patada en el estómago que hizo que me retorciera en el suelo. Ahora que me fijaba tenía un estilo de cabello muy peculiar que me resultaba extremadamente familiar: llevaba el pelo largo y húmedo, y una de las mitades estaba teñida de rubio, la otra parte era oscura. Su cruel risa resonaba en mis oídos.
-Hombre, no pensaba encontrarme por aquí a Justin Bieber. ¿Sabe Selena que éstas aquí?-me burlé mientras me incorporaba.
-Cállate Ambrose, ahora mismo no estás en posición de hacerte el chulo.
-Bueno, ¿y esta otra posición qué te parece?-le di la espalda.
Me dedicó una mirada de odio y corrió para darme un rodillazo, pero lo esquivé como si él fuese un toro y yo un torero.
-Ole-exclamé.
Él dio la vuelta para volver a embestir. Un canto se oyó no muy lejos acompañado del graznido de un grupo de cuervos que descendían hacia Seth y hacia mí. Bueno, sólo hacia Seth. Él corrió para escapar de ellos, pero enseguida le alcanzaron y se echaron sobre él. Le pisoteaban todo el cuerpo y la cara, incluido ese pelo lleno de porquería.
-Buenas.
Me sobresalté ante esa voz inesperada. Era Abigail, pero se veía diferente. Su esencia era de un morado más oscuro y brillante.
-Eeh... ¿Has hecho tú eso?-señalé a Seth siendo devorado por los cuervos.
-Así es. Ojalá hubiese llegado antes...
-No importa.
Abigail retomó su canto y los cuervos se dispersaron, dejando en paz a Seth, quedó ahí tirado, inconsciente y lleno de heridas.
Noté un golpe en el hombro. Bray Wyatt me rodeaba el hombro. Me aparté.
-Tienes muchas cosas que explicarme, Bray.
Abigail estaba enfadada, no me gustaría estar en la piel de Bray.
-No tengo nada que aclarar, hice lo que tenía que hacer para cumplir nuestra misión.
-Pero tú sabes lo que le podía haber pasado.
-Me da igual lo que le pase, lo importante es la misión.
-Lo sé, pero todavía es demasiado pronto para, ya sabes-me dirigió una mirada instantánea-, eso.
-¿Entonces qué propones que hagamos? ¿Nos rascamos la barriga mientras esperamos de brazos cruzados? Sabes tan bien como yo que cada vez queda menos tiempo, la humanidad se está destruyendo a sí misma sin darse cuenta, están destruyendo mi mundo, el mundo que yo creé.
-Bray... Tienes razón, pero estás distorsionando la realidad, tú no lo creaste, o al menos no lo hiciste solo.
Carraspeé, me sentía un poco incómodo.
-¿Me podéis explicar qué significan todas esas palabrejas y qué tengo yo que ver con todo esto? Y esta vez hacedlo bien, contadme todos-remarqué esta última palabra-los detalles de manera que lo entienda. Necesito poder confiar al 100% en vosotros. Necesito... entenderos.
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¡Hehey! Al final como veis sí que pude sacarle un poco de tiempo para escribir (aunque quizá el capítulo sea un poco más corto) y lo más importante: ¡No se me borró :')! Les recuerdo que si les gusta la novela (eso espero XD) siempre se agradece que dejen un voto o un comentario.
Una vez más, gracias por leer :D.
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Obsesión (Dean Ambrose Fanfic)
ФанфикDean Ambrose es un famoso luchador de la WWE, es impredecible, hace lo que quiere y no le tiene miedo a nada, al menos hasta que conoce a Elisabeth, una fan de la lucha libre tremendamente obsesionada con él y casi tan lunática e inestable como el p...