Retrum 3: Labios de Ébano [En corrección]

Capítulo 21: Miradas antes que palabras

Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.

William Shakespeare

                                                                                       † † †

Durante los próximos meses, todo iba bien. Desde su cumpleaños, Eric y yo compartíamos una especie de relación. Digo especie porqué no era nada oficial; preferimos amarnos en secreto, de modo que los demás pálidos de la orden no sintieran incomodidad alguna.

La mayoría de las veces, él venía a buscarme a mi casa, e íbamos juntos en transporte público. Podía parecer cutre, pero ninguno de los dos disponía de transporte propio, yo no quería contar nada a mi madre aún acerca de él, y Eric no quería permitir que fuera sola hasta su casa, que era donde solíamos ir.

Durante esos meses de primavera, hubieron varios sucesos destacados: Alex abandonó finalmente los estudios, y trabajó en el taller de su padre tal como nos dijo. Veronica estaba terminando sus estudios con buenas notas, al igual que Jack. Eric comentó que le interesaría tener la licenciatura en Lengua Castellana y Literatura. Todos le abucheamos su elección de futuro, pero es lo que él quería. Quería ser escritor como su padre. Respecto a mí... aún no tenía claro lo que hacer. Y me quedaba poco tiempo, la verdad.

La orden estaba cada vez más abandonada. Salíamos menos, visitábamos menos camposantos... y ni hablemos de hermanamientos. Se notaba el paso de la madurez y la elección de futuro. Y respecto a encontrar a Angelica... nada.

Aunque, se acercaba el verano, y eso significaba tiempo libre.

Decidimos quedar, antes de los exámenes finales.

- Pues creo que me irá bastante bien. - comentaba Veronica, mientras dibujaba con un lápiz muy gastado en su cuaderno de esbozos. Yo le hacía de modelo.

- A mí también. - siguió Jack. - Aunque cuando termine iré de cabeza a estudiar Mecánica.

- ¿Mecánica? - dije sorprendida, girando la cabeza para mirarle.

- ¡No te muevas Lyla! - se quejó Veronica.

- Ay, perdona. - volví a mi posición inicial con rapidez.

- Pues sí. Me apasiona el mundo del motor y eso. Sobretodo las motos.

- Las motos son putas obras de arte con ruedas. - admiró Alex.

- Así es. - asintió Jack.

Eric se levantó de su sitio, algo precipitado. Nos miró a todos con una leve expresión de enfado. A Veronica ya no le importó que moviera la cabeza, ya que dejó de dibujar al ver tal acto.