2: Verdad o reto (2°)

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Nos despertamos varias horas después ya que nos dormimos muy profundamente.

Fue la mejor noche de mi vida, y no puedo creer que me refiera a una noche en la cual NO TUVE sexo. Dormir junto a Tiago, abrazarlo, acariciarlo, hablarle, sonreírle, besarlo… fue lo mejor que me pasó en la vida.

Y lo mejor es que esto recién empezaba.

Ver su carita con la luz de la mañana me llenó el corazón. Por diooos.

Luego de un rato de estar tirados sin hacer nada, me levanté y me fui a bañar.
Me perdí en mis pensamientos mientras me duchaba, hasta que una voz muy conocida me despabiló.

—Mau.

—¿Qué?

—No sé si vos querés… pero…— De repente la cortina se abrió, y pude ver a Tiago en bóxer, él se estaba cubriendo los ojos con una mano. —Solo si vos querés, podemos bañarnos juntos.

Reí e inspeccioné cada esquina de su cuerpo con una sonrisa.

—¿Por qué te tapas los ojos?

—Por si vos no querías que te viera desnudo.

—Quiero que me vas desnudo y yo también quiero verte desnudo, asique…— Muy suavemente quité su mano de su cara y ambos nos miramos. —Entrá.— Lo atraje hacia mí y la cortina volvió a estar en su lugar.

Él me miró un poco nerviosito.

—No quería obligarte a nada ni que te sientas presionado… te prometo que solo es bañarnos…

Me mordí el labio al ver sus cachetitos tomando un color rojizo.

—Tiago no me tenés que prometer nada… y tampoco hace falta que me trates como si fuera un bebé… a pesar de que me encanta que me cuides, yo estoy bastante grande y tengo en claro lo que quiero hacer con vos.

—Sí, pero… igual no quiero… parecer apurado. Podemos ir de a poco y no quemar etapas… ¿querés?

—Sí obvio, pero… no cumplimos ni un día y ya estamos en la misma ducha.— Reí.

—Uy.— Abrió los ojos. —Perdón… si querés me voy.— Quiso salir pero lo tomé del cuello.

—No gil, vos no te vas.— Me acerqué y lo besé. Obviamente me la siguió y comenzamos a chaparnos.

Sus manos se colocaron en mi cintura y me acarició MUY suavemente, con mucha delicadeza. Me encanta que sea tan tierno y delicado.

Como se perfectamente que le gusta, enterré mis dedos en su cabello, también para direccionar el beso a mi antojo.

Era muy raro estar comiéndome a mi mejor amigo, pero no me disgustaba, al contrario.

Nos pusimos abajo de la lluvia y todo fue más pasional. Sus dedos apretaron mi piel y de a poco iban bajando. Llegó a mi cadera y me agarró con un poquito de autoridad, lo cual me volvió loco.

Me empujó suavemente hacia la pared y se pegó a mí sacando jadeos de los dos. Chocó su entrepierna cubierta con la tela del bóxer contra la mía totalmente desnuda. Eso se sintió mejor de lo que me había imaginado en algún momento.

Tenía mucha curiosidad por sentirlo sin ninguna tela, entonces con delicadeza y cariño dirigí mis manos a su espalda, bajé y bajé hasta llegar al boxer.

Dejó de besarme en la boca para ir a mi cuello. Eso se sentía demasiado bien.

—¿T-te lo puedo… sacar?

—Sí.— Respondió sobre la piel de mi cuello.

Le bajé el boxer intentando mantenerme cuerdo por todos los chupones que estaba recibiendo.

One shoots Litiago 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora