26: No acepto

486 33 10
                                    

A partir de mañana, mi vida cambiaría por completo.

Y no sé exactamente porqué, pero no me siento feliz. No me alegra saber que mañana me caso.

Mañana me caso con mi novia, Belén. Y al decirlo lo único que siento es miedo. Lo peor, es que no sé a qué le tengo miedo.

La noche anterior, no quise la despedida de soltero. El hecho de que eso no sea un motivo de festejo para mí, me confundía demasiado, y finalmente me negué rotundamente a hacerlo.

Pero mis amigos, quienes insistían, pagaron una noche de hotel, esa noche anterior, para hacer algo diferente. Yo les advertí que no quería fiesta. Ya me imaginaba emborrachado y triste. Porque no me sentía realmente feliz.

Todos estaban en mi habitación de hotel, habían pagado varias, y yo tenía una para mí solo. Creí que eso me serviría para reflexionar y pensar si lo que estaba a punto de hacer realmente me haría feliz.

Pero hice de todo menos reflexionar.

Cuando los chicos se fueron a dormir, (muy tarde a las 5 AM) Mauro, uno de ellos, se quedó tirado en la cama conmigo. Era mi mejor amigo, los quería mucho a todos, pero él siempre fue especial.

Entonces, acostados en la cama, charlamos de varias cosas, hasta que él tocó ese tema que me carcomía la cabeza.

—Amigo, mañana te casas, ¿No estás contento?— Me miró acostado a mi lado. Teníamos la luz prendida.

Lo miré por un segundo y luego dirigí mi vista al techo. Mi gesto permaneció algo serio, creo. Suspiré y me crucé de brazos.

-Sí...

-Ja, avisale a tu cara, tarado. ¿Qué pasa? ¿No estás contento?

No quería hablar del tema.

Dudé mucho qué responder. Lo miré a él y al techo varias veces, buscando una respuesta coherente.

-No sé.- Hice una pausa. -Es que... No sé... No sé qué me pasa. Pero si no te jode te pediría que no hablemos del tema...

-Pero...- Se giró un poco para verme. -¿No te querés casar? ¿O qué te pasa? Estás muy raro, bro. Dale decime, podés confiar en mí, gato.

Lo miré -Es que no tengo nada para decirte.- Dije. -Literal, ni yo sé. No me hables más del tema, por favor gil.

Hizo un gesto con los ojos y no dijo nada dejando de mirarme.

Pero su posición permitía que yo le pueda ver el rostro perfectamente, y ahí es cuando noté sus inusuales ojeras. Me llamó mucho la atención. Después me di cuenta de su cara en general. Estaba raro. Como cansado, no sé.

-¿Y a vos te pasa algo?- Me miró.

-No, ¿Por?- Frunció el ceño.

-Porque estás raro de cara.

-¿Raro cómo?

-No sé, decime vos. ¿Te pasa algo y no le querés contar a tu hermano?

Rió. -Es que no me pasa nada tarado, no sé de qué hablas. Debe ser el sueño... Es bastante tarde.- Desvió su mirada. Vi como cambió su posición para ya no estar más mirando hacia mí.

Entonces con el ceño fruncido, y después de una pausa, le hice una pregunta.

-¿Vos estás contento con mi casamiento?

Lentamente me miró con cara de confundido.

-¿Por qué yo tendría que estar contento? Sos vos el que tiene que estar feliz, no yo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 23, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

One shoots Litiago 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora