Al Enzo tocar el timbre, Mauro le abrió.
—Gatooo, tanto tiempo.— Saluda el más bajito.
—Jaja… Qué onda…— Saluda medio incómodo y cierra la puerta.
—Piola, piola. Che… Hacete unos mates así charlamos.
—Da, yo no sé hacer mates, gil.
—¿Pero no estaba tomando Tiago hoy a la mañana?
—Y sí, pero se los hizo él. Andá a la cocina y hacete.
—Jajaj, bueno boludo, tranca.— Camina hacia la cocina y entran juntos. —¡AY!— Exclama al ver a Tiago.
—Aah, sí, me olvidé de decirte, gato.— Habla Mauro yendo hacia Tiago. —Tiaguito se fue hoy casi atrás tuyo, pero recién volvió porque… Yo lo quería ver.— Dijo poniéndose de espaldas al morocho.
—Aahh… No, no, es que pensé que estabas solo.— Dijo Enzo mirándolos.
—No, no está solo.— Dice Tiago poniendo una de sus manos en la cintura de Mauro. —¿A qué viniste, gato?
Enzo tragó saliva y dejó de mirarlos para agarrar la pava eléctrica y ponerle agua.
—No… A charlar con Mauro.
—Ajá… ¿Y de qué?
—Eso se lo diré a él, Tiaguito.
El nombrado lo miró mal y Mauro se dió cuenta, le hizo una seña para que se quede tranquilo y le acarició una mejilla.
Después se sentaron en el sillón, y quedó Mauro en medio.
—Bueno, contame, amigo, ¿Qué pasaba?— Dice el pelirrojo.
—No… Es que… Es que yo te lo quería decir a vos… O sea…
—¿Y por qué yo no podría saber, Enzo? ¿Qué tanto secretito?— Dijo Tiago con un tono más enojado.
—Es algo privado, Tiago, no te metas en dónde no te llaman.
—¿Te da la cara para…?— Mauro lo interrumpió.
—Pará.— Lo frenó y lo miró de cerca. —Dejame un toque solo, casquito, no pasa nada.
—¿Es joda? ¿Posta querés que te deje solo?
—Sí, mi rey… Lo tengo que escuchar… Es un segundo…
—¿Seguro?
—Sí.— Le sonrió. —Andá, ahora te llamo.
—Bueno— Asintió no muy convencido.
—Dame un beso.
Tiago le dió un pico y se levantó casi por morir de risa y subió.
Mauro intentó contener la carcajada.
—Eu, me mentiste, sí están en algo.
El pelirrojo lo miró.
—Eeh… N-no… No sé, pero no importa eso. Dale, decí lo que me tengas que decir, pero rápido.
—Sí.— Se le acercó. Mauro se alejó igual. —El Tiago no se puede enterar bajo ninguna circunstancia, ¿Okay?
—¿Y por qué?
—Le estamos organizando una fiesta sorpresa, el sábado es su cumple, gato. Y todos sabemos que si fuera por él no haría nada, pero estoy seguro de que una sorpresa lo va a alegrar.
Mauro abrió los ojos asombrado.
—¿Era eso?
—Sí, tonto
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One shoots Litiago 2
RandomHola!! Estas son mini historias de Litiago. Actualizo cada vez que tengo ideas y tiempo jiji Si tenés una idea y te gustaría que la escriba mandame al priv o al tablón de mensajes!! 😁