Estuve meses rechazando a Tiago. Meses y meses siendo un hijo de puta con él. Y me di cuenta de lo maldito que fui una vez que lo perdí, una vez que él dejó de buscarme.
Una noche tomé valor, salí de mi cama y lo busqué por toda la casa con intención de encararlo de una, sin vueltas. Encajarle un beso para dejarle en claro que sí me gusta, y que todo el tiempo que intentó conquistarme no fue al pedo.
Pero llegué tarde, porque al bajar al playroom, ví a una mujer semidesnuda en el sillón, y después lo ví a Tiago.
Mi gesto cambió automáticamente y salí corriendo de ahí.
Tiago me siguió, y me frenó del brazo.—No, no, no, pará Mauro…
—No.— Dije sintiendo los ojos débiles. —No hace falta Tiago… No sabes lo estúpido que me siento… Soy un imbécil… Un pelotudo…
—No digas es…— No pudo terminar de hablar ya que salí corriendo hacia la cocina.
Lo perdí para siempre. Y lo peor es que me lo merezco. Tiago no merece a alguien tan cagón como yo.
Soy la persona más absurda que existe.
Luego de un rato de estar en la cocina secando los platos, escuché la puerta y era Tiago quién entraba en silencio. Me giré para verlo pero solo un segundo.
—Mau… Hablemos, por favor.— Se puso a mi lado pero no muy cerca. Lejos.
—Estoy ocupa… Sí, hablemos.— Me puse frente a él. —Y… Y quiero hablar yo… ¿Q-querés saber qué me pasa? ¿O no te importa?— Hablé con la voz débil.
—Sí, Mauro, obvio que me importa…— Habló con un tono entre calmado y preocupado, sus ojitos estaban tristes.
—Bueno, genial, ¿Sabés qué siento? Siento que soy un pelotudo, que por ser un cagón de mierda, me perdí a alguien tan maravilloso como vos.— Mis ojos se aguaron. Realmente estaba muy triste. —Porque todo este tiempo yo me hice el tarado pero… Pero recién, literalmente recién, pude asimilar que me gustas… Y qué todo este tiempo fui un hijo de puta por miedo, por vergüenza… Por pelotudo. Y… Y recién tomé valor para ir y encararte… Y te encuentro con una piba… Y… Y me hace sentir más estúpido…
Los ojos de Tiago también tenían lágrimas que querían salir, pero él sabía controlarlas. Yo no.
—Mauro… Claramente somos personas muy diferentes. —Yo asentí con la cabeza. —Hace meses que estoy atrás tuyo… Intentando que me pases cabida… Y vos ni la hora… Y me di cuenta de que las cosas no pueden ser forzadas, Mau… Insistí, pero me cansé, me cansé, te juro que me cansé.
—¿T-te cansaste de mí?— Dije entre lágrimas. Igualmente intentaba que no se note tanto que estaba partido al medio.
—No. Nunca en la vida podría cansarme de vos, Mauro.— Negó. —Me cansé de sentirme un payaso que se desvive porque le den bola… Y decidí seguir mi vida, Mau… Decidí dejar todo atrás y hacer mi vida… Porque no puedo más con ésto, necesito empezar de nuevo, de verdad…
Llorando, me limpié las lágrimas.
—O-osea que no me querés más…
Negó. —Sabés que no va por ahí, y que no se trata de eso. Lo sabés muy bien.— Explicó entre llantos muy leves.
Intenté suspirar buscando calma y asentí. Me limpié las lágrimas y empecé a caminar.
—Voy a… a ver una cosa…— Dije antes de salir de la cocina. Una vez fuera, dejé salir todas mis lágrimas y mis llantos. Me cubrí la cara con las manos y lloré. Lloré desconsoladamente.
Fue lo único que hice en los próximos días. Llorar y llorar.
Lo perdí, y no hay forma de que lo recupere.
veinteveinticuatro
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One shoots Litiago 2
RandomHola!! Estas son mini historias de Litiago. Actualizo cada vez que tengo ideas y tiempo jiji Si tenés una idea y te gustaría que la escriba mandame al priv o al tablón de mensajes!! 😁