Una dama para el Duque 2° (saga Realeza) EDITANDO

Capítulo//11

Maratón//1/5

El día de la reunión que se festejaba en una mezquita por un imán y tiene como requerimiento dos testigos. La ceremonia explica como deber ser el matrimonio, si están de acuerdo tras el contrato que habían firmados.

Amira se mirada en aquel espejo y deseaba llorar, estaba tan feliz de que su día hubiese llegado. Hoy era su día, un día que nadie iba a interrumpir. Porque se casaba con el hombre de su vida, con el hombre que siempre soñó tener.

Amir por una parte, sonreía falsamente. Tenía que fingir amor y estar enamorado por ella, feliz porque era su día.
Tenía puesto un traje blanco, con diamantes plateados. Amir caminó hasta donde estaba los testigos, que le sonreía con amabilidad.

Amira junto a su tío salían de la casa, caminando lentamente hasta los testigos y familiares. Amira miraba Amir con una sonrisa de enamorada, él por lo tanto su sonrisa no era de un hombre enamorado.
Su tío la entregó, pero antes de irse, quería decirle unas cosas.

—Es el momento, es toda tuya, Amir, cuídamela. — dijo, y le dijo un beso a su sobrina.

—Estamos en esta tarde para unir a dos jóvenes que desean casarse, estar juntos y ser uno. — habló uno de los hombrs—Que han decidido dar el paso y darse el "si, quiero"

«Si usted supiera.» pensó Amir.

—Amir Assim Abadallah, Sabes que estamos aquí con los familiares y testigos de vuestras boda, Allah como el mayor testigo de vuelta unión. Como sabes puedes casarte cuatro veces, siempre y cuando puedas manternas. Pero también sabes que si Amira se niega, no podrás casarte por segundas vez. Firmaste un contrato tus derechos de esposo y ella, sus derechos como esposa.— Amir asintió. —Amira Gaddafi, a ti te digo lo mismo. Pero la mujer tiene menos votos, es decir tienes menos derechos. Pero si tú esposo te da tu libertad, tu puedes hacerlo. Porque tú tío será el testigo de vuestra boda. Si Amir quieres que solo sea tu esposo, puedes negarte a que se case por segunda vez.— Amira y Amir se miraron. —Que pase primero tu tío cómo testigo y firme. — el tío de Amira, se acercó y firmó donde les había dicho. —Ahora Abdel.— Abdel paso y firmó como testigo y así fue uno a uno de la famila.

Amira ya estaba casada y no podía explicar la emoción que sentía en su interior, era alegría, felicidad, una mezcla de sentimientos imposibles de explicar. Pero Amir, feliz no estaba, aunque en poco tiempo, dejaría de fingir amor por ella.

La noche había llegado, empezaba la primera fiesta. El festejo era solo para las mujeres... «ritual mehndi» ella se vistió con un atuendo de ceremonia llamado, «caftan» es largo hasta los tobillos, de diferentes colores, liso y estampado. Tienes dos aperturas en los laterales. Las mujeres la ofrecen dulces, zanahorias, almendras, pistachos, leche, y también velas. Para endulzar su nueva vida.
La reunión era muy divertida, donde hablaban, bailaban y la cena se servía muy tarde.

Iniciaron el primer baile, ellos juntos bailaban en el centro de los familiares. Amira miraba a su marido, pero él la miraba de una forma distinta. Sonreía con una pizca de maldad, porque ella no tendría su luna de miel, si no, su infierno.

—Abdel. — el joven miró a su padre, cuando lo llamó —Quiero que estés atento a la joven, si necesita cualquier cosas, que nos los diga.

—Si, estaré pendiente de Amira. — respondió. —Pero no sabes las ganas que tengo ver Amir, llorando por ella.

—Lo hará si no cambia a tiempo. —dijo su padre. —Este es el número de ella, llámala y que hable para lo que sea.

—Puedo decirle a Amal que se acerque a ella, de todos modos, serán cuñadas. — dijo Abdel y su padre, asintió.