Amira tras enterarse que esa mujer iba detrás de su marido, no pudo dormir, ni estar tranquila. A las espaldas de su marido, ella también investigaba, averiguando dónde podría estar esa mujer.
Sabía que Amir se enfadaría cuando se enterara, más estando en embarazada. Pero ella, no se iba a quedar con los brazos cruzados. Iba a cuidar a su marido, como él lo hacía con ella.Amir entró por la puerta totalmente serio, Amira le observó. Caminó hasta él, cuando sintió su mirada en ella, tragó saliva.
—Amor, ¿Qué pasa? — Amir entrecerró sus ojos. —¿Por qué me miras así?
—¿Crees que nunca me iba a enterar? — exclamó. —Deja de saber dónde voy, estaré bien. — la entrego un pequeño GPS que ella puso en el coche. —No hagas nada estúpido.
—Lo hago porque me importas. — siseó. —Eres mi marido, me preocupo por ti, te puedo ayudar desde aquí.
—Pues deja de hacerlo. — respondió con seriedad. —Tú solo preocúpate por los bebés.
—Sabes que no te haré caso, así qué, no gastes saliva. — se cruzó de brazos, desafiándolo.
—Amira, no me cabrees. — advirtió. —No te pongas en peligro, directamente, no hagas nada.
Él subió las escaleras, Amira no iba hacerle caso. Por mucho que le advirtiera o se enfadara. Era su marido y no iba a dejarle solo...
Le siguió los pasos, subió a la habitación y le encontró sin camisa. Con su torso desnudo, solo verle con los pantalones, le había excitado. Amir la miró de reojo, pero siguió a lo suyo. Amira se colocó detrás de él y lo abrazó. Rodeó sus brazos, por su espalda esbelta y fuerte. Amir cerró los ojos y suspiró.—Amira, para. — dijo con voz cansado.
—No quiero que te enfades conmigo. — suplicó besándole la espalda. —Te amo y me preocupo por ti, solo eso.
—Sé que te preocupas por mí. — se giró para mirarla, abrazándola por la cintura. —Pero yo lo hago por tí y por los bebés. — ella asintió. —Te amo, pero no hagas nada.
Ella mordió su labio inferior, miró sus labios y Amir devoró sus labios. Ella tocaba el cuerpo de su marido, él la tumbó en la cama y se puso encima de ella sin poner todo su peso. Devoró su cuello, excitando a la joven. Ella gemía mordiendo su labio. Su marido la desnudaba sensualmente, dejándole como vino al mundo. La penetró con dos dedos y soltó un gruñido, cuando la notó tan estrecha.
Amira arqueó su espalda, gimiendo de placer. Ella le desabrochó sus pantalones, dejándole desnudo. Su polla erecta y dura, chocó con su vagina. Amir, alejó un poco su cintura y dejó que su polla, entrará sola.
Ambos soltaron un gemido al sentirse, el árabe se movía suavemente mientras la besaba.El sonido de sus cuerpos al chocar, el sonido del sudor en casa embestida, sus gemidos placenteros... se escuchaban por toda esa habitación. Amir la agarró de la cintura y la folló con más rapidez, aumentando las penetraciones.
—Amir, me corro. — aviso ella, con la voz entrecortada.
—Hazlo, córrete para mí, entregámelo. — pidió excitado.
Amir se movió más rápido y ambos se corrieron. Amir expulsó su semen en su interior, con el pulso acelerado, salió de ella. La dejó un besó en el vientre y se tumbó a su lado.
—Prométeme que no harás nada. — suplicó acariciando su mejilla. —Por favor, no te pongas en peligro.
—No te prometeré nada, Amir. — sentenció sincera. —Lo siento, pero ella no hará nada a mí familia.
Se metió en la ducha, dejando a su marido en la cama, totalmente mosqueado. Ella podía decir muchas cosas, pero la cosa aquí, es que él la dejara. Se levantó de la cama, se puso un chándal y salió de la habitación. Una empleada al verle con el torso desnudo, se puso nerviosa. Amir siguió su camino, acercándose a su escolta.
—Jamaal. — le llamó y este se giró.
—Dígame, alteza. — le hizo una reverencia.
—Cuando mi esposa salga de casa, no la pierdan de vista. Dígame sus pasos, a donde va y de donde viene. — él asintió. —Cualquier cosa, me lo dice.
—Si, señor. — dijo. —Pero una cosa, ¿Ella no se enfadara, cuando sepa que tiene la seguridad multiplicada y espiamos sus pasos? — preguntó.
—Si, pero prefiero verla enfadada que en peligro. — dijo. —Mi mujer es así, captar mi orden.
Se alejó de él y subió las escaleras, Amira ya había salido de la ducha. Estaba poniéndose el tanga y sus pechos desnudos. Amir sonrió y se metió en la ducha. Ella se vestía, para quedado para ver a sus tíos. Sin saber que Amir, le había multiplicado la seguridad. Sabiendo cómo era su mujer, sabía que ella buscaría a Jade y se vengaría. Por miedo prefirió, multiplicar su seguridad, quería saber sus movimientos.
Amir salió de la ducha con una toalla en su cintura. La observó, sonriendo, caminó hasta ella.
—¿Donde vas? — preguntó, abrazándola por detrás.
—He quedado con mis tíos. — respondió y él asintió.
—Pásalo bien entonces. — la dejó un beso en la mejilla. —Te quiero.
Amira le dio otro beso y salió de allí cogiendo su bolso. Amir observó la puerta por unos segundos y negó. Tenía que proteger a su mujer, Jade sería capaz de hacer cualquier cosa si se siente amenazada. Amir había contratado al mejor detective de Arabia y tenía a sus mejores trabajadores para encontrarla.
Jade era un peligro para ellos y sobretodo para su mujer.—Amir viene a por mí. — dijo Jade hablando por el teléfono. —Si me encuentra, estoy pérdida.
—Eso fue tu culpa, te metiste con un hombre de la realeza, le robaste. — dijo hombre. —Ahora ese idiota está en el hospital y entrará en prisión, pero no te debe preocupar eso. Te tienes que preocupar para que no abra la boca, porque entonces si, estás perdida.
—Tienes que ir y matarlo. — exclamó ella. —Pueden decirle donde estoy.
—Escuchame, Jade. Lo haré, pero después te olvidas de mí.
—Te estoy pagando para eso.
—Aun no he visto nada de ese dinero. — colgó.
Jade estaba nerviosa, muerta de miedo. Ese hombre debía morir, podría abrir la boca y eso no le convendría.
—¡Joder! — lanzó el teléfono.
Temía por ella, no podía ir a prisión, podría comerse muchos años de cárcel. Tenía que irse antes de que la encontrarán. Realmente no sé fue de Arabia, cambio su nombre, su aspecto. Para estar cerca, pero cometió un error al no irse, ahora era la más buscada por la policía y Amir.
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Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Amir y Amira, espero que os guste.
Perdonad el retraso...
Actualizaré todos los días y así la terminamos.
Decidme qué pensáis de este capítulo, os leo .
Besos desde España nos leemos pronto
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Una dama para el Duque 2° (saga Realeza) EDITANDO
RomansaAmir Assim Abadallah, es un Duque de Arabia Saudí. Un hombre que sufrió un desamor, pero aún el corazón de Amir, le pertenece a esa mujer. Su padre, le obliga a contraer matrimonio con la sobrina del jeque de Dubai. Amira, es una mujer que desde qu...