Capítulo//29

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Amir se arreglaba, tenía una pequeña reunión con otros hombres. Él se quiso negar, pero no podía hacerlo. Sus primos, también estaban invitados.
Se miraba en el espejo, colocando el cuello de su corbata. Amira que había llegado en ese momento, le miró con una sonrisa. Le miraba de arriba abajo, con admiración. Amir la vio y se giró con una sonrisa.

—¿Esta corbata me queda bien? — le preguntó a su esposa.

—Si, te queda bien y te combina. — respondió, yendo hacia él. —¿A donde vas? — preguntó, colocándoles mejor la corbata.

—Han organizado una pequeña reunión, es para que los hombres se junten y bueno... beban y lo pasen bien. — Amira, asintió. —Lo bueno que estarán mis primos y no me aburriré.

—¿Dónde es la reunión? — preguntó, ocultando sus celos y dudas.

—En un club, todos los años lo hacen en el mismo lugar. — Amir observó a su esposa y la vio conteniéndose. —Amira, no pasará nada. Estaré un rato y me vendré.

—¿Habrá mujeres? — se cruzó de brazos y Amir sonrió.

—Si, pero solo para los hombres solteros. Yo no haré nada, nena. — ella asintió. —No puedo negarme a ir, sería una falta de respeto.

—No pasa nada, tenemos que confiar y seguir. — sonrió. —Ve, yo estaré aquí para dormir juntos.

—Prometo llegar pronto. — la besó. —Te veo luego, cariño.

Amir salió de la habitación, casi corriendo. Amira no podía negar que la duda y la intriga estaba ahí. La estaban torturando, pero tenía que confiar en él y darse una oportunidad. No sabía cómo de malos, sería que Amir estuviera rodeado de mujeres y alcohol. Tenía que dejar de pensar en eso, tenía que confiar en él, tenía que darle esa confianza. Porque de lo contrario, su matrimonio, jamás funcionaría.

Amir llegó al club, y Ferit estaba juntamente en la puerta, hablando por teléfono. El marqués al ver a su primo, le saludó levantando su mano y sonriéndole. Amir se acercó a él y le dejó hablar tranquilamente, podía sospechar que hablaba con una mujer. Por la forma de hablar y sonreír, con un hombre jamás iba hablar de esa manera tan cariñosa.
El duque bajó la mirada y ocultar su sonrisa.

Cuando esté colgó, Amir le miró con los ojos entrecerrados. Queria saber quién era la mujer que había conquistado el corazón de el mujeriego de Arabia.

—¿Por qué me estás mirando de esa manera? — preguntó este guardando su móvil. 

—Mañana nos vemos, te invito a cenar al mejor restaurante de Arabia. — imitó con burla la voz de Ferit. —¿Quién es la pobre mujer que está contigo?

—No te interesa, Amir. — exclamó, abriendo la puerta del club.

—Venga, hombre. Dímelo, no te lo calles. — insistió y Ferit hizo oído sordos.

Amir reía, tenía curiosidad por saber quién era la chica. No podía dejar de insistir, pero iba a ser pesado hasta que se lo dijera. Aunque Ferit iba hacer oídos sordos, no iba a decirle nada.

Durante la noche, Amir bebía y reía. Había mujeres bailando frente a ellos, Zayn, hablaba con uno de los hombres sin mirar a ninguna. Mientras los demás observaban como ellas, bailaban semidesnuda.
Amir miró la hora y se dio cuenta que marcaban, las dos de la mañana. Cogió su chaqueta y se levantó, los hombres le miraron con el ceño fruncido.

—¿Donde vas? Ahora empieza lo mejor. — dijo uno de los hombres.

—Me voy, yo estoy casado. Estado aquí un rato. — respondió. —Zayn, ¿Te vienes?

—Si, yo también me voy. Cómo Amanda se enteré que cuando empezó la fiesta, seguía aquí, me arranca los huevos. — dijo riendo y Amir le siguió.

—Amira, se los pondría de collar. — ambos salieron del club y dejaron a los solteros que disfrutaran de ello.

Amir se subió en su coche y puso rumbo a su casa, esperaba que Amira estuviera despierta y poder charlar con ella un rato. Pero conociéndola, estaría durmiendo como un tronco.
Cuando llegó, dejó el coche aparcado y fue hacia la casa. Cuando entró, no se escuchaba ni una mosca. Subió las escaleras y abrió la puerta de su habitación, miró y se encontró con su mujer, durmiendo. Tenía la sábana hasta su cintura, su pelo por toda la almohada y respirando con tranquilidad.

Caminó hasta la cama y se empezó a quitar la ropa, quedándose solo en boxer. Se metió en la cama y se acercó a ella, para dejar un beso en un frente.


—¿Estás despierta? — preguntó en un susurro, pero ella no respondió ni se movió. —Te quiero.

Con esas palabras, Amir se tumbó abrazando a su esposa. Cerró sus ojos y dejó que el sueño le venciera.

Amira, se tomaba el café en el jardín. Amir aún no había despertado, aun seguía en la cama durmiendo como una marmota,  Amira no quiso despertarle.
Su teléfono sonó y ella lo cogió, había decidido un mensaje. Ella con el ceño fruncido, abrió ese mensaje.

"Tal vez crees que tu cuento es de felicidad, eternidad y fidelidad. Yo que tú, abriría los ojos de una vez y dejaría esos cuentos para los niños. Porque mejor no miras más allá y ves de una vez, que tú marido no te ama ni te amará. Qué por mucho amor que te prometa, te seguirá siendo infiel."

Con ese mensaje, venía una foto. Amira tenía miedo de abrirla y ver algo que le partiera el alma, pero quería saber también que había en esa imagen. Con sus manos temblorosas, decidió abrir la imagen. Lo que vio le estrujó el corazón, era una foto donde Amir salía en un club, riendo y pasándolo bien. Ahí no estaba lo raro, si no que reía con una mujer. Una mujer que estaba muy pegado a él, Amir la abrazaba por la cintura y la miraba con anhelo, mostrando su sonrisa. Esa mujer era Jade, estaban los dos muy juntos en esa foto, muy abrazados y enamorados.

Amira dejó caer sus lagrimas, dejó salir ese dolor que su pecho tenía. Esa imagen la hizo dudar, la hizo creer algo que no era tal vez ciertos.

«¿Entonces ayer no fue a la reunión que él me dijo?» se preguntó ella misma. «¿Me mintió para verse con ella?»


**************

Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Amir y Amira, espero que os guste.

Decídme, ¿Qué debe hacer Amira? ¿hablar con Amir? ¿Las imágenes serán reales? O leo.

Besos desde España, nos leemos pronto.

Una dama para el Duque 2° (saga Realeza) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora