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La Diosa de la guerra se había quedado dormida gracias a qué se había quedado agotada por varios siglos estando observando, luchando y también intentando salvar a su gente de los ancestrales desde los inicios de la galaxia.

En su sueño:

La Diosa de la guerra estaba parada en una especie de planeta endemoniado dónde voltea a un lado y a otro dónde sólo logra ver demonios y a la légion de Los Mil Hijos dónde ella alza la ceja mientras comienza a caminar hacia el castillo del Primarca Magnus el Rojo ya qué sería su primera vez qué los conocería ya qué siempre se mantuvo lejos de la humanidad.

Diosa de la guerra:(chisquea sus dedos y aparece al frente del Primarca Magnus el Rojo) eh?.

Magnus el Rojo:(sentado con su cabeza apoyada en su mano con los ojos cerrados) es una sorpresa que llegarás aquí sin ser detenida por mi ejército.

Diosa de la guerra:(mirando a Magnus el Rojo mientras le responde sería) será porqué es mi alma no mi cuerpo físico.

Magnus el Rojo:(abre los ojos dónde al ver que era el alma le sorprende un poco) vaya impresión, lastimosamente no tengo nada que hablar con una xeno.

Diosa de la guerra:(solo tuerce la mirada al escuchar eso ya que siempre lo escuchaba) y yo no esperaba qué el Primarca de Los Mil Hijos cayera tan bajo y si se hubiera quedado neutral en la herejía seguirías en el imperio.

Claramente ésto era una provocación contra el príncipe demonio dónde Magnus el Rojo golpeó con su mano en dónde estaba sentado mientras mirá con enojó a la Diosa de la guerra.

Magnus el Rojo:(mirando con enojó a la Diosa de la guerra mientras le responde gritando)¡¡EL TUVO LA CULPA DE NO HABERME CREÍDO, TODO ESTO ES SU CULPA!!.

Este se levantó con fines de dañar el alma de la diosa aeldarie pero fue detenido por los poderes síquicos de la Diosa de la guerra quién lo estaba mirando con una sonrisa burlona.

Diosa de la guerra: solo deja te muestro que hubiera hecho yo si te hubieras unido a mi.

Claramente le mostró lo que realmente ella tenía pensado durante los milenios 30-31 dónde al final lo sienta violentamente contra su trono dónde para ella pasaron unos 10 minutos pero para Magnus el Rojo pasaron un día enteró, este se levanta con dificultad mientras mirá a la Diosa de la guerra.

Magnus el Rojo:(mirando a la Diosa de la guerra mientras le pregunta) que hiciste.

Diosa de la guerra:(mirándolo mientras le responde con una leve sonrisa sería) claramente te mostré lo qué hubieras hecho estando conmigo, te hubiera dejado investigar lo necesario ya que para mí eso es lo más valioso (Magnus el Rojo sólo escuchaba) dirás que soy una xeno si lo soy pero soy la diosa de esos que llamas xenos, tu ex padre es quien de hecho perdió la guerra de la telaraña ya qué yo lo evité.

Solo la miraba mientras escuchaba lo que decía pero su mente decía una pregunta.

¿Sería bueno unirse a la qué era su enemiga?.

Continuará..

Expansion AeldariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora