La semana apenas nos saludo y ya está por irse, los días junto a Leahnor parecer ir más rápidos, todo es mejor con ella y aunque se supone que no debe haber nada de romanticismo no puedo evitar ponerme tan contenta con ella a mi lado, aunque se que durará muy poco.Todo con esa pelinegra es una sorpresa en algunas cosas nos llevamos bastante bien y en otras no tanto.
–ven conmigo.–Leah me agarra la mano y comienza a caminar rápido mientras yo la sigo.
–¿A dónde vamos?–pregunto confundida.
Veo que nos acercamos al baño, entramos rápido, Leah en ningún momento me suelta de la mano y comienza a revisar puerta por puerta algún cubículo que este vacío.
Y cuando por fin encontramos uno se mete en el y me lleva con ella dentro.
–¿Que haces?–apenas termino de hablar Leah toma mi rostro en sus manos y me besa.
Un beso desesperado, violento, sus labios buscan impacientes los míos y aún algo confundida se los entrego y le sigo el juego.
Mis manos envuelven su cuello mientras siento que las de ella bajan por mi cintura y me acerca más a su cuerpo.
En medio del beso siento su lengua acariciando mis labios de manera tímida y corta pero yo quiero probar todo con ella, lo quiero todo, por lo que profundizo el beso para hacer lo mismo y finalmente acabar en un exquisito y caluroso beso francés.
Mientras nuestras bocas juegan a darse caricias siento las manos de Leahnor cada vez más abajo, siento como aprieta mis glúteos lo cual me roba suspiros entre el beso pero lo que lo corta definitivamente es el sentir sus dedos justo en mi feminidad sin ningún previo aviso.
–Leah...–exclamo su nombre mientras tomo su muñeca tratando de alejar su mano de ahí abajo.
–desde aquí siento lo mojada que estás.–me susurra al oído mientras me da pequeños besos en el cuello debajo de la oreja.
Sus dedos dibujan círculos sobre aquel punto explosivo, círculos que me hacen sentir el aire más pesado y el calor más intenso.
La campana suena anunciando el fin del descanso pero a la pelinegra poco le importa ya que trata de meter su mano por debajo de mis pantys pero está vez si no dejo que lo haga.
–no, Leah.–tomo su mano con más firmeza.
Me mira juguetona pasando la punta de su lengua en mis labios entre abiertos.
–¿Por qué no?
–aquí no...–suspiro al sentir que quita sus manos de mi entrepierna.
–tienes razón, mejor será cuando vaya a tu casa.–me da un casto beso en los labios y se aleja de mi.–primero salgo yo, si no hay nadie te aviso y sales tú.
Abre la puerta del cubículo y sale, yo aprovecho de arreglarme la ropa.
–sal, no hay nadie.–avisa y obedezco.
Salgo del baño y camino delante de ella para irnos al salón pero me detiene su mano golpeando abruptamente mi trasero.
—mañana no te libras de mi.–exclama dejando en claro sus intenciones.
Algo me dice que no haremos el trabajo ese día.
Me instalo en mi asiento sacando mis materiales de la mochila en lo que llega el profesor.
Leahnor aloja su mano en mi muslo como en cada clase, ya es una costumbre que dudo vaya a perder y la verdad no me molesta, ahora incluso me parece extraño si no lo hace.
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Amárrame
Teen FictionLilith, era una adolescente simpática, tranquila y obediente que fluía con las corrientes de la vida y las instrucciones de su madre. Un día llegó a su clase Leah una chica inusual, poco femenina, misteriosa y atrevida. En clases de música tendrían...