Los nervios me despertaron temprano esta mañana por lo que ya me encuentro en el liceo.
Voy directamente hacia mi salón de clases y en el camino veo a Leah sentada en una banca, levanta la cabeza al verme se para del asiento, se acerca y me besa.
–llegaste temprano.
—si, me desperté temprano así que no quise perder la oportunidad.
Nuestros labios se unen como ya es costumbre, sin embargo por más cotidiano que se vuelva para mi sigue siendo una exquisites poder besar su boca.
Llegamos a la clase de música, nos posicionamos como de costumbre una alado de la otra, ella con el bajo y yo con el micrófono en la mano.
El resto llega de apoco y por último ingresa el profesor.
—Buenos Días, ¿Como están?
–Preparadas–responde Leah.
—Muy bien, esa es la actitud.—toma una guitarra y se sienta junto a nosotras.—hoy ensayaremos esta canción y luego la tocaremos de inicio a fin para calificarla y ponerle nota.
El repasa los acordes con Leah para refrescar su memoria y luego hace lo mismo con el resto de estudiantes, yo por mi parte repaso la letra en mi celular.
Una vez ya me siento confiada suelto el celular, me relajo y observo a Leah.
Me encanta cuando se ve tan concentrada, con el entrecejo fruncido, y sus ojos sin separarse en ningún momento de aquello que quiere lograr.
–¿Todos listos?–pregunta el profesor.
Todos responden positivo por lo cual comenzamos a tocar todos juntos.
Comienzo a cantar la letra de la canción deja mucho a la imaginación y siempre que la canto siento que se la dedico a Leah.
La miro de reojo, nuestras miradas se cruzan pero ella baja rápidamente a ver a su bajo para no equivocarse como la vez pasada.
Pero al momento del coro me doy cuenta que no llego a una nota, mi garganta se siente seca y dejo de cantar.
Todos los demás siguen.
Me llevo la mano al cuello sintiendo un ligero dolor raspante en mi garganta.
Leah para de inmediato acercandose más a mi.
–¿Estas bien?
—si, si, solo necesito agua. ¿Puedo ir al baño?—le pregunto al profesor.
—si, no hay problema, por mientras nos daremos un descanso.
Leah me queda mirando preocupada, me levanto de mi asiento, me acerco a ella para besar su frente y luego salgo del salón para ir al baño.
Me doy un momento para relajarme y beber agua tranquila, debo admitir que me encuentro un poco preocupada por todo el asunto de Marie pero tengo que mantenerme tranquila.
No ha sucedido nada malo y no sucederá tampoco, tengo que ser más optimista.
Canto un poco en la soledad en la que me encuentro para asegurarme que no me he lastimado la voz.
Ya lista vuelvo al salón.
–¿Todo bien?–pregunta el profesor.
Asiento con la cabeza.
—¿Que te había pasado?
—Es que hay una nota a la que no llego.—respondo sentandome en mi puesto.
—pero si siempre lo has hecho bien.
Mantengo silencio, eso es verdad pero nisiquiera yo se que pasó ahora.
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Amárrame
Teen FictionLilith, era una adolescente simpática, tranquila y obediente que fluía con las corrientes de la vida y las instrucciones de su madre. Un día llegó a su clase Leah una chica inusual, poco femenina, misteriosa y atrevida. En clases de música tendrían...