꧁ M O N I Q U E ꧂
—¿Te gustaría…? —mi respiración se detiene—. ¿Te gustaría casarte conmigo?
¿Cómo que casarme? ¿Casarnos? ¿Qué? Mis movimientos se detienen, abro la boca para decir algo, pero nada sale por el nerviosismo y las ganas de salir corriendo. Este era el miedo más grande de Monique D’Angelo, que alguien le dijera las palabras “casarse” o “noviazgo” en plan oficial, real, con sentimientos de por medio y todo eso.
Yo no servía para eso. Me gustaban muchos chicos, me gustaba disfrutar de mi vida sexual, me gustaba no tener que darle explicaciones a nadie. Me gustaba mi libertad, al menos, antes de conocer a Tom.
—Tu silencio me preocupa…—murmura contra mis labios. Sus manos siguen firmes en mi cadera, estamos desnudos, todavía él dentro de mí y es probablemente el peor momento para hablar de este tema.
—Es…—aprieto los labios, estoy jodidamente nerviosa—. No me gustan las bodas. Nunca quise ni soñé con casarme —Tom asiente, medio cabizbajo—. Es que me parece una estupidez, a ver, puedo demostrarte todo lo que siento sin todo eso. No necesito a quinientas personas, un juez y un papel para garantizar que estoy completamente enamorada de ti.
Tom cambia su expresión melancólica por una media sonrisa coqueta —¿Estás enamorada de mí?
—Es un decir.
—Yo tampoco creo que sea necesario casarnos, pero desearía hacerlo porque es contigo —sus labios son suaves, se siente como el cielo cuando los frota suavemente contra los míos. Al momento en que nuestras bocas hacen contacto, me recorre un escalofrío mientras pienso lo que podría ser besarlo así de intenso y profundo, pero en el altar. Lo maravilloso que podría ser sentir sus manos sobre mí sin miedo a que nadie nos descubra. Poder llamarlo “mío” con todo el derecho del mundo, aun si eso lo decide un papel de mierda—. Pero entonces es una pena que no quieras porque yo sí estoy completamente enamorado de ti
—Sí —susurro, apenas conectando mi cerebro, mi boca y las palabras. Tom deja de besarme unos segundos para preguntar.
—¿Sí? ¿Sí qué?
—Sí a las dos preguntas anteriores —mis manos acarician sus mejillas mientras vuelvo a besarlo con desespero, siento su respiración volverse acelerada una vez más—. Sí estoy completamente enamorada de ti y sí acepto casarme contigo después de todo esto.
—Monique Milan Kaulitz, eso suena tan bien —suelto una risita encantada y me acerco para besarlo otra vez, cuando de repente se escucha el “click” de la puerta siendo abierta. Ambos nos levantamos de un salto, no sé dónde queda Tom, probablemente en el armario de toallas en la esquina de la habitación. A mí no me da tiempo de colocarme la bata y Heidi se cubre los ojos al verme desnuda, mientras trato de cubrirme lo mejor que pueda.
—¡Lo siento! —tomo una de las batas en la camilla, mientras trato de esconder detrás de mis pies la bata de Tom que dejó tirada en el piso.
—No te preocupes, solo me he asustado al escuchar que alguien entraba —me hago un nudo rápido, Heidi aleja la mano de sus ojos y me da una sonrisa apenada—. ¿Y dónde está Leni?
—Justo venía a decirte que está esperándote en el sauna —asiento con la cabeza repetidas veces, saliendo del trance y el pánico que me atravesó el pecho al pensar que Leni había sido quien abrió la puerta—. Bueno, te dejo…
—Gracias —la tensión es palpable entre nosotras y Tom, escondido en algún lugar, pero obviamente ella no entiende porqué siente ese extraño presentimiento. Lo veo en su rostro, en sus ojos recorriendo disimuladamente y luego se disipa al ver que le doy poca importancia a que esté aquí. Al final, sale y cierra la puerta detrás de ella.
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Mozzafiato. 「𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 」
FanfictionA Tom siempre le han gustado las mujeres mayores, así que jamás se imaginó que terminaría completamente loco por la mejor amiga de su hijastra. Pero ella sí lo supo desde la primera vez que lo vio; estaba segura que Tom Kaulitz sería suyo. (⚘) Prohi...