Mozzafiato. 「𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 」

[ v e i n t i c i n c o ] - Aléjate de mí.

꧁ M O N I Q U E ꧂

Es muy tarde, y exageradamente me encuentro dos o tres parejas recorriendo el parque junto a mí. En realidad no lo recorro, solo busco. Con un objetivo en la mente.

Busco a la persona que llamé y que por cierto, apenas si dejé que respondiera un “¿Monique?” antes de colgar y enviarle la dirección de dónde quería verlo.
Unos cuantos pasos después de ver a la última persona, el hombre que tanto tiempo me había negado a ver, está sentado sobre una de las bancas del parque. Esperándome.

Y ojalá pudiera ser en una situación diferente, porque el arrepentimiento y el peso de mis malas decisiones comienzan a dificultar mi caminata.

Pienso que quizá es una pésima idea haberlo llamado para quedar a solas, pero si quiero iniciar un cambio real en mi vida, debo hacer los arreglos desde la raíz. Desde que todo comenzó. Desde Tom.

—Hola —el sonido estrangulado de mi voz hace que él se levante abruptamente, girando su cabeza en mi dirección. Ignoro la chispa de esperanza que destella en sus ojos cafés, porque es más sencillo imaginar que también para él es más fácil estar separados.

—M-monique…—mi nombre vuelve a salir de sus labios, recordándome por qué colgué la llamada la primera vez que escuché su voz después de tanto tiempo. No sabía que después de seis meses, una voz, una palabra, seguirían teniendo el mismo efecto en mí. Pero por más que traté durante todo ese tiempo, al parecer no puedo odiarlo, ni evitar quererlo—. Hola.

Volverlo a ver solo me aclaró una cosa. No importa cuántas veces rompa mi corazón, los pedazos siempre van a amarlo.

—Sé que esto es extraño y muy, demasiado, precipitado…—dejo salir un pequeño suspiro, para tratar de controlar mis nervios. Hace tanto tiempo que no lo veía, pero por alguna extraña razón su rostro se había quedado tan grabado en mi cabeza que era como si nunca nos hubiéramos dejado—...considerando que estuve reacia a escucharte o verte durante estos últimos seis meses, pero temí que si no te llamaba ahora, me arrepentiría luego.

—Está bien, yo también quería llamarte —el carraspeo que emite su garganta le da tiempo para formular bien la siguiente excusa—, pero supuse que no responderías.

—Tal vez no lo hubiera hecho —estaba segura que no lo hubiera hecho, pero al menos sabría que le importaba un poco si hubiese intentado llamar.

—Siéntate, por favor —el crujir de las hojas bajo sus zapatos me alerta que está intentando acercarse y con un movimiento ligero de mi mano, lo detengo.

—No, no, es que espero que esto sea breve —de hecho, no quiero que él hable. Está siendo más difícil ahora que tengo que escucharlo y verlo por mí misma, no a través de noticias o de Bill, incluso—. He estado pensando mucho sobre mis decisiones y cómo estas decisiones comenzarán a hacer mi futuro —“o arruinarlo” evito decir—, Imaginé muchas posibilidades. Me imaginé volviendo a la pista, ganando la competencia de invierno y quizá luego trabajando como entrenadora.

—Seguro serás mucho mejor que tu madre —solo lo dice para llenar el vacío de silencio que se ha creado, pero igual lo agradezco con una media sonrisa que devuelve y lo maldigo internamente por lucir tan mal. Por hacerme sentir tan culpable.

—Me imaginé a Alessio con una chica rubia, pero de rostro desconocido. Leni siendo una modelo famosa y cansándose con algún modelo también, o siguiendo los pasos de su madre y terminar con una estrella de rock, o varias, de hecho —no puedo evitar reír al pensar que he intentado que eso fuera un chiste, pero a él solo le causa incomodidad—. Me imaginé a Max, incluso a Nessa…pero lo curioso, es que en ninguna de esas posibilidades estás tú.