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Leandro | vofi 


—Que lindo está el día.

El día pareciera que se prestó para nosotros, por fin salió el sol en Turín y esta menos frío de lo normal, por eso mismo al tener un tiempo libre vinimos a una plazita del barrio para pasar el rato tomando mates y los nenes jugando.

—Vos estás más linda que el dia—ella gira a verme, yo ya la estaba viendo.

—Vos no estás, vos sos más lindo que el día—me chamuya ella.

Con mi brazo atrapo su cintura y la tiro apenas hacia mi haciendo que me abrace y  nos recostamos sobre la manta que pusimos en el césped, quedando aún abrazados pero mirando el cielo.

—Que ganas de quedarme siempre así, pegado a vos y no separarme ni un segundo.

—Que intensidad, amore—rie burlándose ella mientras acomoda su cabeza en mi pecho.

La intensidad y yo vamos agarradas de la mano siempre y cuándo esté Kayla de por medio, a veces soy hasta pesado pero no me puedo controlar con ella al lado, necesito tenerla siempre cerca mío, ya sea ella o algo de ella, su olor, su escencia, algo de su propiedad, cualquier cosa mientras venga de ella. Soy un maricon enamorado con ella.

—Mira, esa nube tiene forma de algo pero no me acuerdo la palabra—señala.

—Forma de bebé.

La nube literalmente tiene forma a un bebé en posición fetal, ¿será una señal de Dios acaso? ¿Acaso Dios me está pidiendo que se la ponga y le acabe adentro?

—¿Estás embarazada, amore?—pregunto entusiasmado cuándo en el foco de mi cabeza me llega esa idea.

—No, ¿por?—pregunta confundida.

Mi entusiasmo se va a la mierda, era obvia la respuesta pero que se yo, capaz y pintaba.

—Que mal—me quejo.

—¡De cerebro humano, sí, de cerebro humano tiene forma esa nube!

Un cerebro humano no, se parece mucho a un bebé en posición fetal, me parece que alguno de los dos necesita anteojos.

—Me dejaste pensando, tonto—me pega suave en mi mano la cuál reposa en su panza.

—¿En que, mi vida?

—¿Por que me preguntaste si estaba embarazada?

—Por que viendo esa nube y su forma pensé que capaz y lo estabas.

—Ah, me asustaste boludo.

—Mala, no querés tener un bebé conmigo.

Kay rie y gira sobre su propio cuerpo quedando boca abajo viéndome.

—Mentiroso, si quiero pero ahora no, más adelante, ya te dije—me pellizca suavemente los cachetes—A mi me gusta que seamos sólo cuatro por ahora, vos, esos dos loquitos que están tirandose del tobogán hace fácil una hora, y yo.

A mí también me gusta que seamos cuatro, pero siento y creo que cuándo seamos cinco vamos a ser el doble de felices de lo somos ahora, si eso es posible, además de que la amarro para siempre a mi.

—No me hagas pucherito, amore. ¿Para que quiero un bebé? Si vos ya sos uno, mirate—me jode entrelazando una de nuestras manos.

—Hay lugar para uno más, unos cuántos más.

—En unos cuántos años más se van a ocupar esos lugares seguro.

No estamos buscando un bebé por ahora, pero no por que yo no quiera, todo lo contrario, uno de mis anhelos más grandes es ser papá nuevamente y junto a Kayla pero es entendible y totalmente respetable que ella no quiera ser mamá en este punto de su vida. Es chica todavía, recién tiene veinte años, tiene toda una vida por delante para ser mamá y realmente es entendible que siendo tan jóven no quiera ser mamá.

A escondidas; Leandro Paredes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora