49; voy a cambiar

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Leandro;  voy a cambiar

—Primera, segunda, tercera y cuarta.

Kay baja la palanquita de la moto mientras me va diciendo cada cambio y yo para ser sincero no entiendo un carajo, sólo sé que en primera arranca y tengo que mantener el equilibrio.

—Dale, ya está en primera, acelera despacito y va a salir—explica.

Acelero la manopla derecha de la moto pero la moto no se mueve ni por casualidad, insisto acelerando a fondo pero no, ni siquiera hace el tipico ruido de las motos, nada.

—Pero dale—insiste mi novia.

Sigo insistiendo movimiento para adelante  mi muñeca sobre la manopla pero nada, no se que carajo le pasa a la moto esta de mierda.

—Pero no avanza amor—me quejo.

—Y si no aceleras nunca va a avanzar—dice indignada ella.

—¡Pero si la estoy acelerando!—explico resignado.

—No, si no haría ruido el caño de escape, no la estás acelerando Lea.

—Si, mira—le muestro como trato de acelerar y no acelera—¿Ves?

Kayla me mira entre cerrando sus ojos y con una mueca en su boca como si fuera un bicho raro. Yo estoy indignado por la moto esta, más trucha es.

—¿Lea, vos me estás jodiendo? Es para abajo amor, tenés que mover la mano para abajo no para arriba, con razón nunca aceleraba la moto—rie—Dios amor, que pavote sos.

Muevo la mano para abajo tal cuál ella me dice y la moto arranca con una velocidad increíble que me toma desprevenido y hace que me aferre a las manoplas para no caerme, cada vez la moto va más rapido y yo estoy cagado hasta las patas.

—¡Frena, frena!—grita como loca Kay, por los espejos de la moto la veo correr atras mío.

—¿Como freno? ¡No se frenar, ayúdame!—grito cagado hasta las patas.

Me aferro a las manoplas y muevo el volante de un lado a otro por que no se como hacer para que vaya derecho.

—¡Frena amor!

—¿¡Como!?

—¡Con el freno de abajo, el que te dije hace ratito!

Hago memoria y me acuerdo del coso que me dijo que era el freno, lo aprieto con fuerza y la moto maldita frena en seco haciendo que mi pecho golpee contra el volante y pierda el equilibrio cayendo de costado al piso.

Me hice mierda.

Mi novia se acerca corriendo y me saca de encima la moto trucha mientras se ríe, después me ayuda a levantarme. Me reviso el cuerpo y no tengo ni un rasguño, tampoco me duele pero si estoy enojado con la moto esa de mierda, alto palo me pegué.

—Deja de reirte—la miro con cara de culo y ella aprieta los labios tratando de no reírse más—Moto de mierda, no quiero andar más, ya fué.

—Sos tremendo monumento y te domo una motito 110 amor, el bandidaje no es lo tuyo claramente, te perdiste de ser titulado un turromantico.

—Que moto de mierda loco, más difícil manejar esa cosa—me quejo.

—O vos sos medio burro, si yo te explique bien pero no me prestas atención.

Se me olvida la moto trucha y paso mis manos por sus hombros pegando mi pecho a su espalda y recostando mi peso sobre ella mientras dejo besos en sus cachetes.

—¿Que hablas, amore? Si toda mi atención la tenés vos, siempre la vas a tener pero pasa que esa truchada es media complicada, pero para que sepas si te preste atención.

A escondidas; Leandro Paredes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora