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Kayla | prostituyendote


—Que ilusa fuí al creer que tu amor era mio.

El ritmo de la canción no es lento pero la letra la hace lenta, la letra me llena de nostalgia que me recuerda a Leandro.

Cómo lo extraño a Leandro, hace un buen tiempo no me pasaba de extrañar a alguien, la única vez en mi vida que extrañé a una persona fué desde el día en que mi abuela falleció pero ese sentimiento horrible ahora se duplicó al extrañar al hombre que se adueña de todos mis pensamientos.

Unas manos rodean mi cintura y el olor al perfume de Lorenzo me inunda, él se aferra a mi espalda mientras recuesta su cabeza en el hueco de mi hombro e inmediatamente dejo de cantar por que sé lo que me va a decir.

No quiero que cantes, ya te lo e dicho antes asi que no lo vuelvas a hacer.

Hay algo en él que jamás le gustó que cante y eso que todo el mundo canta alguna canción que le gusta y para él es normal, pero cuándo me pasa a mi deja de ser normal.

¿De que trata la canción? —murmura Lorenzo en mi oído.

De una chica que cuenta su historia familiar nomás.

—Ah, aburrido. Apagala.

Él deja un beso en mi cuello para después caminar hacía la heladera para tomar agua. Dejo el fuego de la hornalla bajito mientras la comida se termina de cocinar y paro la musica.

—Haremos algo hoy—avisa, no pregunta—Tenemos dia libre, ¿o tienes que hacer algo? Por que si tienes que hacer algo yo voy contigo.

—No tengo que hacer nada hoy.

—Genial, vamos a pasear por algún lado.

Lorenzo se acerca nuevamente a mi y abre mis piernas para pararse entre ellas mientras con sus manos agarra mi cara y empieza a dejar muchos besos sobre mis labios haciéndome cerrar los ojos al sentir su tacto suave sobre mí.

Me encanta ese plan. Iré a colocar los cubiertos—asiento—Te amo.

Cada vez que tiene la oportunidad de decírmelo me lo dice y sé que se está esforzando para hacer todo bien, incluso desde que volvimos a estár juntos absolutamente todos están de acuerdo en que Lorenzo está mucho mejor, se lo ve mejor, se lo ve contento, activo y mucho más concentrado en el trabajo. Eso me reconforta un poco pero no más de eso, estoy sacrificando mi felicidad por la de él y eso hasta mi papá lo sabe, por eso no está de acuerdo en que haya vuelto con Lorenzo, su primera opción era echarlo del equipo Ferrari pero no podía dejar que hiciera eso.

—¡Que bien huele, por fin aprendiste a cocinar bien, antes cocinabas pura basura!

Ahora cocino bien por que Leandro me enseñó, pero también estaba acostumbrada a que Lean me cocine por que una de sus maneras de demostrarme amor era esa y ahora estár cocinando sin él es triste.

Todo me hace acordar a él, hasta lo más mínimo.

Hace casi un mes y medio nos tomamos un "tiempo", un mes y medio dónde prácticamente soy un zombie y básicamente perdí la felicidad.

El celular me empieza a sonar avisándome de que me están llamando y al ver el nombre del contacto se me escapa una sonrisa, Vicky. Verifico de reojo que Lorenzo se haya ido de la cocina para poder atender.

—¡Kayli!

—Hola mi amor, ¿cómo estás?—contesto la llamada mientras dejo el celular en la mesada y revuelvo la comida.

A escondidas; Leandro Paredes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora