31; para pensar

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Leandro |para pensar| parte dos


—¿Por qué a penas nos peleamos empezaste a subir fotos y antes no subías nada? Te la pasaste en los autódromos siendo que cuándo por fin estabas conmigo los evitabas para no cruzarte con Lorenzo, hasta saliste al boliche y empezaste a seguir a chabones por Instagram Kayla.

Sí, siempre revisé sus seguidores y esta semana que nos alejamos empezó a seguir a ocho personas nuevas, todos hombres.

—Subía historias por qué sabía que las ibas a ver y por lo menos para que sepas lo que hacía en esos días. A los autódromos tenía que volver estando con o sin vos por que dentro de nada empieza la temporada y sobre lo de Instagram es sólo un follow nada más. También salí al boliche ayer por que una amiga me insistió en ir nomás pero no pasó nada.

—¿Segura que no pasó nada?

Mi desconfianza en ella desde que nos peleamos decayó un poco y eso también es un bajón, por que cuándo empieza a caer la confianza de a poco se empieza a caer todo y eso es lo único que no quiero.

—Sí Leandro, ¿ahora también desconfías de mí?

—Sí—me sincero.

—¿En serio?

—¿Sabés lo que pasa, Kayla? Es que desde que te conocí llevo mendigando un poco de tu afecto, esforzándome por merecerlo y hasta perdiendome en ese camino. Lo único que quería era sentir que te importaba, quería ser tu prioridad, te perdone y dejé pasar un montón de cosas para no perderte a pesar de que esas cosas a mi me dolían por que me demostraban lo poco que yo te importaba e importo hasta el día de hoy, esas cosas me dejaron inseguridades y poca confianza en vos.

El sentimiento de nunca poder ser lo que es Lorenzo en su vida me seca la mente todos los días y sé que es injusto sentirme así por que soy un hombre grande, no tengo que vivir así.

—Y me doy cuenta que a pesar de todo el daño que me hiciste no te puedo odiar por que sos la persona con la que sentí más conexión y amor, pero a veces cansa esto.

Yo jamás podría odiarla por que el dolor que un día me causó no es nada comparado con el amor que le tengo.

—¿Que me estás queriendo decir con todo esto?—pregunta confundida—¿Me querés dejar?

No, obvio que no quiero eso, se me partiría el corazón al dejarla pero dentro de mi hay algo raro, cómo si fuera una guerra entre mi cabeza y mis sentimientos.

Mi cabeza sabe que tengo que alejarme de ella capaz un tiempo para volverme encontrarme a mí o para por lo menos trabajar en mi estabilidad mental, pero mis sentimientos me atan a ella, no quieren alejarme de ella.

—Yo te quiero, Lean. Yo te extraño siempre que no estamos juntos y yo sea cómo sea siempre voy a estár para vos.

¿De que me sirve? ¿De que me sirve que me diga te quiero? Si para ella es una palabra tan normal y fácil de escupir.

¿De que me sirve que me extrañe? Si lo hace cada vez que el mundo le da la espalda, y la
única opción de no estar tan solitaria, soy yo.

¿De que me sirve que me diga que siempre
va a estár para mi? Si soy yo quien tengo que andar buscándola siempre.

¿De que me sirve que diga que me quede y
que nunca me vaya? Si es ella nada más es un personaje viajero, que cuándo se aburre o enoja agarra sus valijas y se va; asi sin más.

¿De que me sirve?

Capaz es hora de hacerle caso a mi cabeza de una vez por todas.

—Necesito dejar, dejar de pensarte, dejar de
buscarte porque me va a terminar haciendo mal, creo que me estoy arriesgando demasiado, porque sé que tarde o temprano te vas a alejar otra vez y me vas a lastimar, otra vez. Somos dos personas que se encontraron solo por casualidad, que empezaron como algo sencillo, pero lo que siento por vos aumentó hasta que no puedo dejar de sentir, necesito parar y tengo que parar, Kayla.

A escondidas; Leandro Paredes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora