Capítulo 05

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Emily

Cada vez que recuerdo mi destino después de mi horario escolar se me pone mal cuerpo.

Vuelvo a levantar la cabeza para poner atención a la clase de matemáticas que estamos recibiendo pero algo llega a mi mesa llamando mi atención.

Vuelvo mi vista hacia bajo y encuentro un papel doblado.

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|¿Estás bien?.|
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Me giro a mirar a Ruth y asiento con desgana y le digo con señas que solo es agotamiento.

Ella frunce el labio en repuesta y me mira con compresión.

Y 3,2,1...

Suena el timbre que da por finalizado el día de hoy.

Desganada procedo a recoger mis cosas.

Me despido de Ruth y sin preguntarme nada más me voy hacia el que es mi destino hoy.

Cuando por fin llego a la conserjería mi compañero de la tarde ya está ahí.

-Tienes cara de que se te ha muerto alguien-.

-Sí las ganas de vivir-Respondo.

Un hombre de mediana edad se acerca a nosotros.

-¿Los castigados de hoy?-Pregunta-A ver si adivino ¿Green?-.

Nuestras caras creo que lo dicen todos ya que una ligera carcajada sale de su boca.

-Esperad un momento aquí.

Procede a meterse en lo que podría decirse que es su guarida. Desde su pequeño mostrador no podemos ver bien que hace pero no tarda demasiado en salir.

-Según el planning los castigados hoy deben encargarse de limpiar las aulas de la segunda planta-Nos explica el conserje.

-¿En serio Stuart? Los del segundo piso son unos malditos guarros como ellos solos-Se queja el rubio.

-Lo siento, son las órdenes Lucius, tu deberías saberlas ya.

Mi compañero de tarde suspiró frustrado y pasó por mi lado visiblemente furioso. Tragué saliva y simplemente le seguí hasta el segundo piso.

Tuve que acelerar mi paso para poder seguirle el ritmo. Cuando llegué al segundo piso no me hizo falta preguntar el porqué de la queja de Lucius.

A penas quedaban algunos estudiantes en esa planta pero la suciedad era visible y no solo en el piso.

Tragué saliva sin saber que hacer ya que el rubio delante mía solo miraba con cara de mala hostia a todos los que se le cruzaban y hacia efecto, muchos se encogian visiblemente al verle.

Que midieron poco más de metro ochenta creo que también afectaba.

-Ven-Me indicó.

Sin pensarlo demasiado le seguí a lo que parecía un cuarto de la limpieza. Si no me falla la memoria creo que en nuestra planta hay otra.

Sin mucho esfuerzo consiguió abrir la puerta con una llave que ni sabía que tenía.

Tomó un cepillo para barrer junto a una pala y los dejó apartados para sacar más cosas.

-Pero mira a quién tenemos aquí, mi amiga la rubia ¿Emma?

Lucius se giró de golpe algo que por un segundo me intimidó pero no era a mi a quien miraba con asco.

Trague duramente y me giré para ver al chico de tez oscura de antes. Enarque una ceja. ¿Pero qué...?

-Se llama Emily imbécil-Dijo para posteriormente cerrar de un portazo el cuarto de la limpieza.

Para sorpresa de nadie se acerco peligrosamente frente a frente a ¿Marcos?

Casi parecía que se iban a besar.

-Que se besen, que se besen.

Los tres nos giramos a la vez viendo a otro de los amigos de Ruth.

-¿Eres tonto o te caíste al nacer?-Pregunta Lucius.

El otro chico solo sonríe burlonamente en respuesta.

¿Por qué creo que se presenta una tarde curiosa?

***

Sin saber mucho que hacer, al final opté por irme a una clase diferente a la de el resto de mis acompañantes de castigos a limpiar las ventanas.

Sinceramente mi yo más poco social quería huir de todo por un segundo en el día. Creo que ha sido mucha información por hoy.

-¿Necesitas ayuda?-Pregunta una voz hasta ahora para mi desconocida.

Me giro tensa pero solo es otro de los chicos con los que se suele sentar Ruth en el recreo.

Simplemente negué con la cabeza en respuesta.

-Soy Alexander, bueno todos me llaman Alex, no nos habíamos presentado como se debía-Continúa extendiendo la mano.

Algo que no es correspondido.

Se rasca la nuca nervioso y notablemente incómodo.

-Bueno, si necesitas algo estoy en el aula de al lado, con Lucius-Dice en modo de despedida.

Tras eso cierra la puerta y me siento estúpida automáticamente. Solo ha intentado ser amable y yo he sido borde joder.

Tomo mucho aire frustrada y grito de forma silenciosa, no quiero que piensen que estoy loca.

Frustrada me apoyo en una de las paredes que tengo cerca y me dejo caer en el piso fruncido demasiado las cejas.
¿Por qué soy tan rara?

-¿Te ayudo?

El Ladrón | ÉL (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora