Capítulo 15

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Emily

El sonido del agua cayendo en la ducha es lo único que inunda la casa ahora mismo, pues estaría sumida en un completo silencio de no ser porque Lucius se encuentra en el piso de arriba tomándose una ducha.

Mi mirada se encuentra en el vacío sin saber que hacer. Miro a Ruth quien sigue durmiendo plácidamente en el sofá con la boca abierta. Por extraño que parezca, siento paz al tener esa estampa frente a mí.

Aunque la paz, dura poco. Mi cuerpo se pone en alerta al oír el sonido del timbre. Dudo si abrir, no es mi casa. Termino entrando en pánico.

—RUTH— Gritan dos voces agudas desde fuera de la casa y me asusto a diferencia de mi compañera de habitación.

Oigo unos gruñidos suaves a mi derecha pero ningún movimiento por su parte. Parece que no tiene intención de levantarse.

—5 minutos máaaas.

Frunzo el ceño mirándola sin saber que hacer. Nuevamente unos golpes vuelve a hacer actor de presencia molestando a mi única amiga sobre la faz de la tierra.

—Me cago...

Con enfado, se quita la toalla de la cabeza y la tira a un lado. Normalmente Ruth es un ser pacífico pero parece ser que en este momento es todo menos pacífica. Con rabia, abre la puerta y no pasan ni 5 segundos para que dos terremotos con energía de sobra invadan el salón.

La cara de cansancio de Ruth es cambiada por unos minutos por una expresión más simpática dirigida a su vecina que no tiene culpa de nada. Aunque al principio no se percatan de mi presencia finalmente uno de los dos hermanos, el que parece ser más mayor, se queda un buen rato y parece que analizándome haciendo que de un momento a otro me sienta ligeramente incómoda.

Me recoloco en el sillón bajo su atenta mirada y con la conversación de Ruth con su vecina de fondo. Por un segundo esto pasa a ser un duelo de miradas mientras el menor de los hermanos, aunque notó mi presencia, ha continuado revoloteando por la casa sin darme mucha importancia.

Gracias a Dios.

No corro con la misma suerte por parte del hermano mayor, el que me juzga con una intensa mirada para lo que mi parece, eternamente. Trago saliva incómoda hasta que el chirrío de unos tablones de madera provenientes de la escalera capta la atención de todos los presentes, incluso de el hermano juez que no tarda en ir corriendo hacia Lucius dejándome a mi de lado.

Dejo ir todo el aire contenido en mis pulmones por fin y todo gracias a Lucius, quien ahora se encuentra entre risas bromeando con el hermano de Ruth. La conversación con la vecina de Ruth finalmente termina y viene a mi rescate.

Cuando Ruth se gira y ve Lucius en toalla, deja ver claramente en su rostro una visible expresión de sorpresa y asco al mismo tiempo, que me da vía libre para recolocarme de una forma más cómoda en el sofá ya que no tengo la atención de nadie sobre mí ahora mismo.

—¿Qué hace un rubio cachitas en mi casa?—Pregunta una voz desconcertándonos a todos lo presentes.

—¡Papá! — Gritan los dos hermanos menores de Ruth al unísono. 

Ruth por su parte se ríe mientras que Lucius muta semáforo en rojo, algo que es claramente visible ya que tiene la piel muy pálida.

—Papá no seas malo, no es como que nunca hubieras visto a Lucius.

Por su parte, el padre de Ruth se ríe mientras aún abrazado por sus dos hijos menores. En el momento en el que los deja en el suelo y les manda a ser responsables e irse a su habitación a hacer sus tareas, la atención termina por posarse en mi persona.

Quiero huir.

Mientras el padre de Ruth me mira curioso, yo trago saliva y abro los ojos como platos al percatarme de que aún no le he saludo.

—Oh disculpe, hola — Saludo torpemente.

—¿Recuerdas papá que dije que las rubias eran arpías cabezas huecas sin talento ni sentimiento? Resulta que esta no, ella es Emily.

Vaya presentación, por la puerta grande. Te has lucido Ruth.

—Si me disculpáis, yo aún sigo medio desnudo...

Ahora soy yo la que se enciende, mi mente había omitido por completo ese detalle que no era insignificante precisamente. 

Volví a tragar saliva mientras veía a Lucius volver arriba en busca de ropa limpia que por alguna extraña razón estaba guardada en la casa de Ruth.

Tras algunos minutos incómodos después, la conversación volvió a trasladarse a la sala de estar de los Bianchi.

El padre de Ruth me mira, Ruth me mira, ¿Yo? Al suelo como buen ser asocial que soy, odio conocer gente nueva en general pero normalmente trato de esconderlo, creo que lo hago bien pero justo ahora creo que no es el caso.

—Y bueno Emily, ¿Estudias con Ruth? —Empieza a interrogarme su padre mientras se acomoda en le sofá.

—Papá por dios ¿Qué clase de pregunta es esa?

—No me jodas Ruth, es tu primera amiga femenina que conozco en años, debo saber si está aquí por voluntad propia.

Antes esta tierna conversación entre padre hija, no sé porque, ya me siento bastante más aliviada.

—Papá ella es muy tímida, simplemente...

—Sí, estudiamos juntas y creo, no, ella también es mi única amiga "femenina" porque es la única persona que no me hace sentir un bicho raro.

Contesto finalmente, ganándome la mirada de todos los presentes, incluso la de Lucius quien se encuentra bajando las escaleras ahora mismo mirándome con una pequeña sonrisa dibujada en la cara.

—Pues...encantado Emily—Responde su padre tendiéndome una mano.

Tomo aire y sonrío en la medida de lo posible mientras le estrecho la mano. Finalmente Lucius hace a todos los presente en la sala de estar conocedores de su presencia, haciendo que el señor Bianchi se levante frenética a abrazarle.

Por su parte Ruth se acerca a mí.

—Avisa la próxima vez, que casi me emociono.

Cierro los ojos y me río ligeramente, ay Ruth.

—Bueno señor Bianchi, creo que me voy a ir yendo, me espera mi esposa en casa.

—Oh Gaby, se sabe cuidar solo ¿Eres consciente no? Además creo que Ruth estaría más cerca de serlo ¿No?

—Papá ¿Puedes dejar de emparejar con cada persona con pene que se haga llamar mi mejor amigo? Además, Lucius es como mi hermano, por dios—Se queja Ruth.

Me río ante la situación ganándome la intensa mirada de Lucius, haciendo que por un segundo el mundo se detenga y se me olvide respirar. Intento recuperar la compostura y trago saliva.

—Creo...creo que yo también debería irme— Aparto la mirada y me dispongo a recoger mis cosas.

Oigo como el señor Bianchi se despide de Lucius y procede a dedicarse a su que haceres. Por su parte, Ruth se dedica a bromear con Lucius, de quien siento su mirada clavada en mi espalda mientras termino de recoger mis pocas pertenencia.

—Bueno Ruth, nos vemos mañana en la biblioteca.

—¿Biblioteca?—Cuestiona Lucius.

—Se acerca un examen la semana que viene y me ha pillado en bragas, así que necesitaré ayuda.

—¿Puedo ir con vosotras?

—Lucius, eres buenísimo en química ¿Para qué...? Auuu.

Veo a Ruth sobarse el brazo mientras Lucius sonríe de una forma un poco tétrica.

—Nos vemos mañana entonces.

Lucius se dirige a la salida y deja tras de sí a una Ruth desconcertada. Me encojo de hombros y me despido de ella con la mano para finalmente abandonar el hogar de los Bianchi.

¿Por qué tengo la sensación de que se avecina una situación totalmente incómoda?

Ah sí, yo a solas, con él.

Mierda.



El Ladrón | ÉL (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora